miércoles, 27 de enero de 2016

MET BREUER Y BASS MUSEUM



El peligro de morir de éxito en Nueva York y Miami


E stos sí son buenos tiempos para los museos en los lugares de moda, como Nueva York, la ciudad de las ciudades, o Miami, la capital global del mundo hispano. En un planeta cada vez más desigual, el incremento de las grandes fortunas, la de los llamados del 1%, y la expansión del turismo de masas hasta límites casi tóxicos han provocado que los grandes recintos museísticos –por tamaño y/o calidad– se hayan quedado pequeños. Y sus dirigentes, ávidos a la hora de conseguir financiación privada de los mecenas –a cambio de prebendas impositivas–, han visto el filón económico al dar cabida a más visitantes.
Mientras prosigue la gran ampliación del MoMA, el traslado del Whitney al turístico Meat Packing District de Manhattan dio pista al enciclopédico Metropolitan Museum para enviar al edificio vacío, obra de Marcel Breuer, su arte contemporáneo y moderno. Es lo que se conoce como Met-Breuer, y su apertura se prevé para este marzo. También se traslada el museo del International Center of Photography, que deja el medio Manhattan para irse al Bowery, junto al icónico New Museum. Sus dirigentes jamás escondieron su objetivo: extender el número de visitantes.
Si Nueva York está de moda, no lo está menos Miami en el “continente latinoamericano”. De ahí la expansión del Bass Museum, encargado a los arquitectos Arata Isozaki y David Gauld, los mismos que ya hicieron la primera expansión entre 1998 y el 2002.
A pesar de tanto crecimiento, han empezado ya a sonar voces de alerta. La extraordinaria residencia de la Frick Collection o del Museo de Historia Natural, ambos en Nueva York, han echado el freno a sus planes de expansión. El peligro es morir de éxito. / Francesc Peirón


SAN FRANCISCO MoMA

Nuevas colecciones y un gran centro de fotografía

El MoMA de San Francisco tendrá poco que envidiar a su homólogo de Nueva York cuando terminen las obras de ampliación dirigidas por el taller de arquitec-tura noruego Snøhetta y que va a multiplicar por tres el espacio del edificio anterior que diseñó Mario Botta. Serán en total 43.000 metros cuadrados distribuidos en diez luminosas plantas que albergarán de momento las 600 obras comprometidas para la inauguración y 260 obras de la Colección Fisher, tras un acuerdo histórico para los próximos cien años. En la tercera planta se instala el Centro Pritzker de fotografía, que será la mayor galería de Estados Unidos dedicada a esta disciplina artística. Una monumental escultura de Richard Serra dará la bienvenida en la planta baja. La integración del edificio en el entorno urbano de San Francisco ha sido una exigencia del museo y una obsesión de los diseñadores de Snøhetta, hasta el punto de que las ondulaciones de la fachada oriental se inspiran en las aguas de la bahía. El proyecto se ha llevado a cabo con un presupuesto de 610 millones de dólares aportados por 500 donantes. La inauguración está prevista para el 14 de mayo. / Jordi Barbeta






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