viernes, 19 de febrero de 2016

La compra de arte más cara de la historia: dos cuadros por 450 millones



Adquisición millonaria    


En primer plano, 'Interchange', de De Kooning. Detrás, 'Number 17A', de Pollock, en el Instituto de Arte de Chicago. 
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    El magnate Kenneth Griffin destina parte de su fortuna a la adquisición de “Interchange” y de “Number 17A”
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Kenneth Griffin es el protagonista de la compra de arte más cara de la historia. El magnate pagó 500 millones de dólares (450 millones de euros) el pasado otoño por “Interchange” (1955), un lienzo de Willem de Koonig, y por “Number 17A” (1948), de Jackson Pollock. La compra se hizo pública el jueves por la noche.
Griffin destinó 300 millones de dólares por el de Koonig y 200 por el Pollock. “Interchange”, que hasta ahora era propiedad de la fundación David Geffen, se convierte así en la obra de arte contemporáneo más cara jamás vendida.
La pieza se convierte también en la más valorada de la historia, igualada con “Nafea faa ipoipo” (¿Cuándo te casarás?), de Paul Gauguin. No es la primera vez que “Interchange” bate records. En 1989 ya cayó en manos de Shigeki Kameyama. El coleccionista japonés pagó 20,6 millones de dólares en una subasta en Nueva York

Griffin ha cedido las dos obras de arte al Instituto de Arte de Chicago, la ciudad donde Citadel, su firma, tiene la sede. El protagonista es el gestor de fondos mejor pagado de Wall Street a sus 47 años y su fortuna asciende a 7.400 millones de dólares.
Más inversiones
El pasado mes de septiembre, el agresivo inversor ya realizó la mayor operación inmobiliaria en Nueva York comprando por 200 millones tres plantas de un rascacielos de Central Park South. La crisis se llevó por delante más de la mitad de su fortuna, pero el magnate logró pasar el temporal y ahora su fondo es uno de los que tiene mejor rendimiento.
Griffin es fideicomisario del Instituto de Chicago desde 2004 y ha dedicado parte de su fortuna a la ampliación del centro. También donó 40 millones al Museo de Arte Moderno de Nueva York el pasado diciembre.
El comprador empezó a construir su propia colección privada hace dos décadas. Entre sus reliquias se encuentra una obra del artista alemán Gerhard Richter, por la que pagó 46 millones de dólares en una subasta celebrada hace ahora un año en Sotheby´s.