El desayuno con diamantes de Louis Vuitton: después de
Tiffany, se queda el segundo mayor diamante del mundo
La adquisición supone la apuesta definitiva de la firma de
lujo por la joyería
Patricia C. Serrano
No se trató de un paso en falso, ni de mero maquillaje o
pura glotonería empresarial. Cuando hace un mes y medio Louis Vuitton compró la
prestigiosa firma de joyería Tiffany &Co., marcó una nueva estrategia con
la que busca otro liderazgo en el lujo. La confirmación ha llegado con la
noticia de que Vuitton ha comprado el segundo mayor diamante excavado desde
1900 para su talla y comercialización.
Según informa el diario Financial Times, se trata de una
piedra en bruto de 1.758 quilates hallada por la empresa minera Lucara en la
mina Karowe, en Botsuana, el pasado mes de abril. En tamaño, sólo la supera el
diamante desenterrado en 1905 en Cullinan (Sudáfrica), que superó los 3.000
quilates.
El grupo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennesy) ha despuntado
como comprador sorpresa en un sector en el que, pese a su relación con el lujo,
es un recién llegado. La alta joyería emerge así como nuevo norte de una casa
propietaria de decenas de marcas relacionadas con la moda, los accesorios y la
perfumería.
Asegura con acierto la periodista Lauren Indvik en Financial
Times que, "cuando una pareja va a comprar un anillo o una pulsera de
zafiros, su primera opción rara vez sería Louis Vuitton". El conglomerado
empresarial propietario de Christian Dior, Givenchy o Loewe, entre otras
marcas, es consciente de su desventaja en la joyería de lujo y con sus últimos
movimientos parece decidido a cambiar la dirección del viento. La adquisición a
finales de noviembre de Tiffany &Co. por 14.700 millones de euros -con un
valor de 135 euros por acción- supuso una declaración de intenciones del nuevo
rumbo que deseaba acometer LVMH, que ahora se consolida con la compra para el
tallaje de un diamante que ya forma parte de la historia de la gemología.