miércoles, 30 de septiembre de 2020

¿Qué pasó con el vestido rosa de Jackie Kennedy el día del atentado de John?

 

Y mañana: ¿A qué doloroso tratamiento se sometió Rita Hayworth para ser una estrella de cine?


 

El día que asesinaron a su esposo, Jacqueline Kennedy, primera dama de EE.UU., llevaba un traje dos piezas de falda y chaqueta rosa con sombrero a juego. Uno de los preferidos del presidente. Quedará asociado para siempre a la terrible imagen de una mujer, en un coche en marcha, intentando recuperar en un reflejo macabro “parte de los restos biológicos de John”.

 

Tras el tiroteo, cuando le sugirieron que se cambiase en el vuelo de vuelta a casa y se pusiera una ropa que no estuviera manchada de la sangre de su esposo, ella se negó. “Dejad que vean lo que han hecho”.

“Su última expresión fue clara –recordaría Jackie–, tenía la mano levantada, pude ver cómo un trozo de su cráneo salía disparado..., se separaba de manera perfectamente limpia de su cabeza. Después cayó. Su sangre y su cerebro estaban en mi regazo”. Por eso quiso llevar el traje durante horas, como testimonio de la barbarie.


 

El asiento quedó cubierto de la sangre de Kennedy mezclada con pétalos de las rosas rojas –American Beauty– que le habían regalado al aterrizar en Dallas.

Después (una escena bien resuelta en el filme sobre el atentado, con Natalie Portman como Jackie) sugirió cómo debía pasar a la historia el presidente. Recordando la parte de Camelot, el musical, que más le gustaba a él: “No dejéis que se olvide que una vez hubo un lugar y que durante un brillante y breve momento se llamó Camelot”.

El famoso traje rosa que Jackie decidió no quitarse hasta regresar a Washington está guardado hasta nueva orden. La prenda pertenece ahora a los fondos de los Archivos Nacionales de EE.UU. y se conserva como tesoro nacional.

 Cuando Caroline, la hija, la cedió, impuso una condición: que no se expusiera al público para “no causar más dolor a la familia”.

 Así que las dos piezas de lana rosa siguen ocultas en unas instalaciones, en Maryland, al noroeste del país. Guardadas en una caja fabricada ad hoc, sin ácidos y con control de temperatura y humedad, y dentro de un contenedor.

Según People, si el traje llega a exponerse al público será ya en otro siglo, tal vez en el 2113. Cuando se cumplan 150 años del atentado los descendientes de John y Jackie podrán decidir sobre ella.

 Aunque se dijo que el traje era Chanel en realidad es una copia de “Chez Ninon”, tienda de moda neoyorquina que copiaba diseños de casas europeas.

lunes, 28 de septiembre de 2020

A la venta una obra de Botticelli, que podría superar los 80 millones de dólares

 

«Joven sujetando un medallón» saldrá a subasta en enero de 2021 en la sala Sotheby's de Nueva York

El «Retrato de Michele Marullo Tarcaniota», de este artista, propiedad de la familia catalana Guardans-Cambó y declarado BIC, no se vendió en 2019 en Frieze Masters

Un empleado de Sotheby's sostiene «Joven sujetando un medallón», de Botticelli

Los coleccionistas de grandes obras maestras esperan a mejores tiempos para sacarlas al mercado, conocedores de que no es el mejor momento, dada la crisis global que ha llevado a cabo la pandemia. Hace tiempo que no se ven en subasta obras de Picasso, Giacometti, Van Gogh... que superen los cien millones de dólares. En el caso de los maestros antiguos, aún es más raro que salgan al mercado. Como excepción, el «Salvator Mundi», atribuido a Leonardo, vendido en 2017 por 450 millones de dólares. Un cuadro que se halla en paradero desconocido y sobre el que hay muchas dudas sobre su autoría.

 

Pero la sala Sotheby's pone al mal tiempo buena cara y desafía a la crisis sacando a subasta una obra de Sandro Botticelli, que podría superar ampliamente los 80 millones de dólares, incluso superar los cien millones. La venta será en enero en su sede de Nueva York. «Joven sujetando un medallón», una rara obra del maestro del Renacimiento, es, según los expertos de Sotheby's, «uno de los retratos más importantes de todas las épocas». El récord del artista lo ostenta la «Madonna Rockefeller», vendida en 2013 por 10,4 millones de dólares.

Es uno de los pocos retratos pintados por el maestro italiano que han llegado hasta nuestros días. «Solo han sobrevivido una docena de retratos pintados por Botticelli», explica a Efe el director neoyorquino del departamento de Grandes Maestros de Sotheby's, Christopher Apostle. «Un gran retrato como este es realmente un acontecimiento insólito; un cuadro en estas condiciones y con este impacto visual, que dice tanto sobre el Renacimiento, sobre Florencia... en este momento, es un acontecimiento muy insólito», añade. La última vez que esta obra salió a la venta fue en 1982, cuando un coleccionista privado la adquirió por unas 810.000 libras esterlinas (cerca de 1 millón de dólares al cambio actual), tras lo que ha fue enviada como préstamo a las pinacotecas más importantes del mundo, entre ellas la National Gallery de Londres (de 1969 a 1978), la National Gallery de Washington (1990 a 2013) y el Metropolitan Museum de Nueva York (a comienzos de este año).

Comparable a dos retratos datados entre 1470 y 1480, el «Retrato de un joven con la medalla de Cosimo de Medici», que luce en la Galería de los Uffizi de Florencia, o «Giuliano de Medici», en la National Gallery de Washington, este cuadro se diferencia porque el retratado sujeta un medallón dorado que es casi una «segunda obra» pintada sobre la primera y muestra un santo en actitud de bendecir.

 El medallón es un trabajo original del siglo XIV atribuido al pintor Bartolommeo Bulgarini y su significado «está por descodificar, pero debe de estar relacionado de alguna manera con la identidad del joven noble que lo exhibe con tanto orgullo», indica la casa de subastas en un comunicado. «Es un hombre joven muy atractivo, probablemente en la veintena. No sabemos quién es, pero se piensa que podría ser un miembro de la familia de los Medici, aunque no es seguro. Lo que sabemos es que claramente era alguien de ese círculo, de los Medici, los Vespucci... una de las familias que eran ciudadanos significativos de la República de Florencia por entonces», sostiene Apostle. Algunos han sugerido que podría ser Giovanni di Pierfrancesco de Medici, cuyo hermano, Lorenzo, fue un importante mecenas de Botticelli.