lunes, 25 de abril de 2016

Cuando París mandaba en el arte



El Guggenheim de Bilbao ha inaugurado una interesante exposición sobre el arte creado en París entre 1900 y 1945, cuando pintores, escultores y escritores de todo el mundo se concentraron en una ciudad que no sólo acogía, sino que impulsaba las vanguardias. En ese ambiente de frenético intercambio de inspiraciones y tendencias fue posible que grandes pintores como Pablo Piccaso pasaran del impresionismo al surrealismo, sin perder su esencia. La exposición, comisariada por Lauren Hickson, subraya esos cambios y la relación entre los creadores. “Le Moulin de la Galette”, pintado en otoño de 1900 por Pablo Picasso, recibe al visitante con un recuerdo de Toulouse-Lautrec, mientras que el broche lo pone, en la tercera sala, otro Picasso, “Mandolina y guitarra”, realizado en 1924, que se alinea y convive con obras surrealistas. En la exposición todavía podemos ver otros tres piccasos, “Garrafa, jarra y frutero”, de 1909, “Botellas y vasos”, de 9011, y “Mujer con guitarra”, de 1913, en los que el pintor malagueño deja de lado el color y fragmenta las formas, abriendo paso al cubismo.
La muestra, que se compone de cincuenta obras procedentes de la colección permanente del Guggenheim de Nueva York, permite ver la comunicación entre artistas, hasta el punto de que, según explica Lauren Hickon, es difícil separar o distinguir las primeras obras cubistas con las que Pablo Piccaso y Georges Braque dan pie a una nueva forma de reflejar la realidad, descomponiéndola en formas geométricas, en busca de su esencia interior.


Si al principio de la exposición el protagonismo es de los personajes, en la última parte descubrimos mil y un miradas sobre la ciudad de París, algunas de las cuales necesitan interpretación para saber que un conjunto casi neutro e incoloro de formas planas tiene algo que ver con el lugar del que en aquellos años surgía todo. La muestra estará en la tercera planta del Guggenheim de Bilbao durante seis meses, en virtud del acuerdo de colaboración firmado en 2014 entre las pinacotecas vasca y norteamericana. Cada dos años habrá en las salas clásicas del museo de Bilbao una exposición similar con los fondos de la colección de Nueva York. Lauren Hickson señala que las obras que pueden verse ahora en el Guggenheim de Bilbao “siguen hablando”, a pesar de que algunas de ellas fueron creadas hace más de un siglo. “Son obras de arte que no pueden agotarse”, dijo. La comisaria resaltó el momento en el que fueron creadas porque entonces “la cultura occidental se reinventó”, mientras París se iba transformando. Entre las piezas de Pablo Picasso, Georges Braque, Marc Chagall, Robert Delaunay, Juan Gris, Vasily Kandinsky, Marcel Duchamp, Albert Gleizes, Fernand Léger, Joan Miró, Amedeo Modigliani, Yves Tanguy y Piet Mondrian se puede uno imaginar el ambiente creativo del París de la primera mitad del siglo XX, antes de que la ocupación de Francia durante la Segunda Guerra Mundial forzara la huida a Estados Unidos de los creadores que se habían concentrado en París, trasladando a Nueva York el foco de atracción de las vanguardias artísticas.


La comisaria de la muestra llama la atención sobre el hecho de que la visión del arte europeo que permiten esas obras se produce a través de una colección americana y contó como Solomon Robert Guggenheim compró muchas de esas obras en los años treinta, en los propios estudios de los artistas, en el momento en el que las estaban creando. Como anécdota, se refirió a la correspondencia que Solomon Robert Guggenheim mantuvo con Marc Chagall, hasta que, años después, consiguió que le vendiera “El violinista verde”, que puede verse en la exposición. La muestra abarca hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y a través de ella puede estudiarse el inicio de los movimientos más importantes del arte moderno, desde el Cubismo al Orfismo y al Surrealismo. Lauren Hickson destacó durante el recorrido por las tres salas las contradicciones de la Escuela de París y el hecho de que entre estilos y enfoques distintos, los artistas presentaran el impulso común de rechazar las estéticas conservadoras y transformar la percepción de la vida cotidiana en la ciudad moderna.

viernes, 22 de abril de 2016

Nueva -portrett "Rembrandt" - 347 años después de la muerte del artista



Para el ojo no entrenado ve esta pintura como un retrato hasta ahora desconocido del artista Rembrandt, sino que es creado por la tecnología moderna.
En general, se tomó 18 meses para crear el nuevo retrato - una imagen que es el resultado de un equipo de historiadores del arte, desarrolladores y científicos informáticos han digitalizado 346 de Rembrandt van Rijn obras conocidas, escribe NBCNews .
- Usamos la tecnología para mejorar el negocio, pero no lo hemos utilizado para agitar nuestras emociones. Se podría decir que estamos utilizando la tecnología y datos tales como Rembrandt mismo usó colores y pinceladas para crear algo nuevo, dijo Ron Augusto, que funciona en Microsoft - una de las partes en el proyecto The Next Rembrandt , junto con la publicación del retrato.
Aftenposten explica Marc Smulders en ING, la compañía financiera holandesa detrás de la idea del proyecto, la elección recayó en Rembrandt ya que es uno de los artistas más innovadores que han vivido en los Países Bajos.
Estamos muy satisfechos con el resultado. Uno puede ver que se inspira en las pinturas de Rembrandt, pero es por supuesto único campeón que puede hacer una pintura de Rembrandt, dice Smulders y continúa:
- Este proyecto demuestra el poder y la belleza de datos y la tecnología.

jueves, 21 de abril de 2016

El arte pop entró primero por la puerta de su casa



El Thyssen expone a través de portadas de discos la estrecha relación entre la música y las tendencias artísticas del momento en 'Pop Tops'
Si le gusta la música de los 60 y 70, rebusque entre sus discos antiguos. Probablemente tenga arte pop en sus estanterías, quizás es propietario de un Warhol o un Lichtenstein, o de las creaciones que ellos inspiraron en artistas españoles. "En España el pop art como movimiento atístico se conoce mucho antes a través del diseño para la música que en galerías y museos", explica Francisco Javier Panera, comisario de la exposición 'Pop Tops'. El Museo Carmen Thyssen refleja esa estrecha relación entre la música y el arte de la segunda mitad del siglo XX a través de portadas de discos, revistas, carteles de conciertos y de películas con una clara estética pop.


Alrededor de 300 piezas integran la muestra, abierta al público hasta septiembre, que funciona a modo de "banda sonora" a la ya inaugurada exposición 'Reflejos del Pop'. Los colores planos, las repeticiones y la graduación cromática de los cuadros de la era pop están también en formato single y LP de grupos españoles de la época. Warhol y Lichtenstein, artistas educados con la música pop y rock de fondo, fueron pioneros en plasmar sus creaciones en portadas de discos, "era el formato que para ambos mejor representaba la idea del arte en la era de la reproductibilidad técnica que permitía que llegara a todo el mundo". Ahí están los diseños de Warhol para la Velvet Underground o el de Lichtenstein para Bobby Orlando, ambos en la exposición. Años después, el fotógrafo español Alberto Schommer se apropiaría de una imagen de este último para crear la portada del grupo Pop Tops y la estética Warhol con fotos repetidas en distintos colores se toma para la portada española de un disco de los Rolling Stones.