viernes, 30 de septiembre de 2016

Sólo 29 personas salieron



Judios que pasaron por las calles de Kiev el 28 de septiembre 1941, hace 75 años. Los nazis y policías ucranianos dijeron que fueron transportados por tren en el Mar Negro y Palestina. Durante 36 horas, todos fueron asesinados - junto con más de 33.000 personas. . Sólo 29 personas salieron
FOTO: Creative Commons
Aquí fueron 33.000 muertos durante dos días. La matanza de los nazis convencido de que era posible para exterminar Judios de Europa
Todo el mundo pensaba que iban a tomar el tren de Kiev hasta el Mar Negro. Durante las 36 horas que gestiona nazis matan a más Judios de lo que habían soñado.
- Llevar documentos, dinero y objetos de valor, así como ropa de abrigo y mantas, era modesto para los Judios en Kiev.
renegados de Ucrania fueron informados por los nazis para apagar el rumor de que eran Judios hasta el Mar Negro y luego a Palestina.

«Garbo», el espía que tenía al enemigo en casa



Harta de las medidas de seguridad que sufría en Londres, su esposa, Araceli González, estuvo a punto de revelar la identidad del agente y poner en riesgo la maniobra que derrotó a Hitler.
Engañar al mismísimo Adolf Hitler sobre el lugar y la fecha elegidos para el desembarco de Normandía no fue tarea fácil. Pero el español Joan Pujol García, alias «Garbo», lo consiguió, convirtiéndose así en uno de los agentes secretos más importantes del siglo XX. Ahora bien, la operación estuvo a punto de irse al traste ante las amenazas de descubrir su verdadera identidad por parte de una de las personas de su círculo más cercano: su propia mujer. Agobiada ante las estrictas normas de seguridad que impusieron a toda la familia con su traslado a Inglaterra, Araceli González casi levantó su tapadera, lo que obligó al espía a urdir otro plan familiar paralelo, fingiendo su propio arresto para no poner en riesgo la operación que cambió el rumbo de la historia durante la Segunda Guerra Mundial. Así consta en los documentos revelados ayer por los Archivos Nacionales de Kew, que o bien podrían montar una de las novelas de Ian Fleming. Los informes, escritos por el servicio de contraespionaje británico MI5, explican cómo en 1943 la joven esposa de «Garbo» amenazó con ir a la Embajada española y revelar la identidad de su marido si no le permitían viajar a España para ver a su madre.
Estilo «simple y animado»
El catalán fue reclutado por los británicos en 1942, con un supuesto empleo como traductor de la cadena pública BBC. El MI5 se interesó por él cuando éste ya había empezado a engañar a los alemanes con falsas informaciones sobre el Reino Unido que proporcionaba desde Lisboa. Para dotar de credibilidad a sus mensajes, el espía se servía de «una guía azul (una guía turística), un mapa de Inglaterra, horarios de trenes», tal y como explica una nota del servicio de contraespionaje británico fechada el 12 de julio de 1943. «Tenía un estilo simple y animado, un gran ingenio y un celo nacido de la pasión y del idealismo por su trabajo», añade el documento.
El matrimonio y sus dos hijos fueron trasladados a Harrow, al noroeste de Londres, desde donde él continuaba gestionando para los nazis una supuesta red de subagentes, que en realidad eran ficticios, mientras trabajaba para el MI5. Para evitar ser reconocidos, Pujol mantenía a su familia encerrada en casa y controlada, lo que acabó con la paciencia de su esposa, que amenazó con ir a la Embajada española y contarlo todo. «No quiero vivir ni cinco minutos más con mi esposo», espetó la joven al oficial británico a cargo de «Garbo», Tomas Harris. «Aunque me maten, me voy a la embajada», añadió.
El MI5 no podía dejarla ir porque ello hubiera levantado la tapadera. Para evitar una crisis, el agente Harris engañó a Araceli, diciéndole que su esposo había sido despedido por su actitud insensata. Con todo, el mismo Pujol sabía que eso no sería suficiente y decidió dar un paso más. Sugirió montar una trama para hacer creer a su esposa que había sido encarcelado al intentar defenderla, lo que llevó a Araceli a intentar suicidiarse. Como parte de este montaje, los agentes del MI5 llevaron a Araceli González a ver a su esposo al centro de detención donde supuestamente estaba preso, lo que hizo que ella prometiera portarse bien a cambio de que le dejaran en libertad. Harris alaba en el documento la destreza de Pujol al urdir una farsa «que permitió salvar una situación que, de otra manera, hubiera sido intolerable».
Tras la disputa familiar, «Garbo» convenció a los alemanes de que el desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944, era una maniobra de distracción y que el grueso de las tropas aliadas iban a entrar en Europa por Pas de Calais, mucho más al noroeste de Francia. Pujol dijo a Berlín que «el presente ataque era una operación de distracción a gran escala con el propósito de establecer una sólida cabeza de puente para atraer al máximo número de reservas alemanas y retenerlas ahí de cara a dar un segundo golpe con éxito asegurado», según narró Harris en un informe oficial del 13 de junio de 1944. El régimen de Hitler nunca descubrió el engaño y llegó incluso a recompensar a este barcelonés con la Cruz de Hierro, casi al mismo tiempo que lo condecoraban los británicos, convirtiéndose así en la única persona condecorada por ambos bandos.

Hergé, pintor abstracto y coleccionista



Una exposición en el Grand Palais profundiza en la vida y obra del padre de Tintín, que fue bastante más allá del cómic para acercarse al arte contemporáneo
Cuando en 1969 preguntaron a Hergé qué futuro preveía él para el cómic en el año 2000, el creador de Tintín expresaba su deseo de verlo convertido «en un medio de expresión de pleno derecho, como la literatura o el cine ». Casi medio siglo después, el Grand Palais consagra una retrospectiva al artista: su obra como dibujante, sus incursiones en el mundo de la pintura abstracta, su fascinación por las artes primeras o sus gustos de coleccionista. Uno de los méritos de esta exposición, que se titula simplemente «Hergé», es el descubrimiento de aspectos como su pasión por el arte contemporáneo. Esta admiración le llevó a reunir una colección audaz y vanguardista, con obras de Roy Lichtenstein, Serge Poliakoff, Jean Dubuffet, Andy Warhol yLucio Fontana, entre otros.
Audaz y vanguardista
«Se comprende muy bien qué ha podido encontrar un dibujante de cómics en un tipo de artistas como Wahrol o Lichtenstein», comenta Cécile Maisonneuve, asesora científica de esta exposición, «pero hay también cosas sorprendentes por su carácter audaz y vanguardista, como las obras de Lucio Fontana o Jean-Pierre Raynaud». Cuando Hergé comienza a comprar las creaciones de Fontana, éste no es un artista todavía reconocido, al contrario, incluso algunos críticos se burlaban de su obra.
Los gustos artísticos de Hergé van apareciendo en sus primeros álbumes de Tintín, desde los años 30. Comenzando por «L’Oreille cassée» (1936), en el que cita una pequeña estatua que había llegado a Bélgica para ser expuesta. se trata de una estatuilla de la cultura Chimu procedente de Perú, y presente estos días en el Grand Palais. Estos guiños a sus gustos artísticos se prolongan hasta la producción de la última aventura de «Tintín y los pícaros», en la que introduce varias obras de arte, «como la que se ve en la villa a la que llega el capitan Haddock, en San Theodoros, en la pared hay una obra abstracta muy en la línea de la obra de Serge Poliakoff, que por aquella época colecciona», comenta.
Hergé quiso también seguir los pasos de los artistas que admiraba y, en los años 60, cogió los pinceles para dedicarse unos años a la pintura. Para Cécile Maisonneuve, esta producción del virtuoso del cómic «puede sorprender al gran público porque es una creación que no tiene nada que ver con su trabajo de dibujante». La obra pictórica de Hergé es abstracta, algo inesperado de la parte de un genio de la figuración. Son unos cuadros en los que trabaja el color y la materia. «Se trata de un ejercicio de estilo aplicado en el que parece que Hergé va rindiendo homenaje a los artistas que admira como Miró, Klee, Van Lint...». Pero el artista, «consciente de sus límites», renuncia pronto a seguir por esa vía. La exposición del Grand Palais acoge el mayor número de planchas originales reunidas a día de hoy de Tintín. Es también la ocasión de redescubrir la influencia que ejerció sobre Hergé ,su primer contacto con la cultura china a través de su amigo Tchang Tchong-Jen, que le inspiró el personaje de Tchang en Le Lotus bleu, y sus épocas más atormentadas.
Como todo hombre, Hergé fue un artista que atravesó etapas difíciles, sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial, y la fase de depuración que él mismo sufrió por haber triunfado durante la Ocupación. Tras la liberación de Bélgica fue detenido en cuatro ocasiones. Le reprochaban haber seguido trabajando para «Le Soir» cuando estaba en manos de los nazis, y le prohibieron publicar sus dibujos, aunque un año después se cerró su dossier y le permitieron seguir publicando. Este periodo también quedó marcado por la aparición de nu nuevo personaje clave, el capitán Haddock, que aparece por primera vez en el álbum «El cangrejo de las pinzas de oro». Otro aspecto poco conocido de Hergé es su incursión en el mundo publicitario, y esta exposición es la ocasión de descubrir una lección de grafismo.
- Dónde: Grand Palais. París.
- Cuándo: hasta el 15 de enero. Todos los días salvo los martes.
- Cuánto: 13 euros.




IMPORTANTE OPERACIÓN POLICIAL



Recuperan dos cuadros de Van Gogh robados en 2002 por la mafia italiana
‘Salida de la iglesia de Nuenen ’ y ‘Vista de la playa de Scheveningen’ han sido halladas por la policía de Nápoles y se encuentran en buen estado
El director del Museo Van Gogh de Ámsterdam, Axel Rüger, ha asegurado este viernes que la policía anti mafia de Nápoles ha logrado recuperar dos cuadros del pintor neerlandés que fueron robados del centro el 7 de diciembre de 2002. A través de su página web, el museo ha afirmado que las pinturas se encuentran en buen estado, aunque han aparecido sin marco. Se trata de los lienzos Salida de la iglesia de Nuenen (1884) y La playa de Scheveningen al desatarse la tormenta (1882). Aún queda por aclarar cuándo serán devueltas al museo estas dos obras de la primera etapa de la carrera del pintor, uno de los principales exponentes del postimpresionismo.
Durante el robo, los ladrones se apropiaron además de otras pinturas. La policía italiana precisó que algunos de los componentes de la banda que robó los cuadros habían sido detenidos hace algún tiempo, pero se desconocía el paradero de las obras.
Las dos obras de Van Gogh fueron halladas en un local de Castellammare di Stabia (cerca de Nápoles, sur de Italia) durante una operación contra la mafia. Salida de la iglesia de Nuenen representa a los feligreses saliendo del templo donde el padre de Van Gogh ofició como pastor y fue pintado por el artista para su madre, que acababa de romperse una pierna. Por su parte, La playa de Scheveningen al desatarse la tormenta es un lienzo de pequeñas dimensiones (34,5 por 51 centímetros) que representa una escena del litoral cercano a La Haya, con un mar bravío y un cielo tenebroso. El artista tuvo que luchar contra los elementos para pintar esta obra del natural y algunos de los granos de arena que arrojaba el vendaval sobre la tela húmeda todavía se conservan incrustados en ella.
La policía napolitana confirmó que los cuadros son de un precio incalculable. Se conocerán más detalles en una rueda de prensa que los inspectores del caso ofrecerán esta tarde.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Gibraltar tenía un precio



Ángel Viñas relata en 'Sobornos' los pagos de Londres a la cúpula militar española para asegurar que Gibraltar siguiese en manos británicas
‘Gibraltar español’ es un grito que ha enardecido a la derecha española a lo largo del siglo XX. Pero irónicamente, entre 20 y 30 jerarcas del Ejército de Franco y de su entorno próximo recibieron entre 1940 y 1944 un mínimo de 350 millones de euros en términos actuales básicamente… para garantizar que Gibraltar siguiese siendo inglés. Ese era el objetivo inicial, sostiene el historiador Ángel Viñas, de la operación de sobornos de la cúpula militar española que el Gobierno británico, con el millonario Juan March como intermediario, lanzó durante la segunda guerra mundial. La operación, desvelada tras la desclasificación de documentos británicos en el 2013 y relatada en el libro ‘Sobornos. De cómo Churchill y March compraron a los generales de Franco’ (Crítica), se planteó inicialmente garantizar seis meses de neutralidad española, los necesarios para completar las fortificaciones de Gibraltar hasta convertirla en una plaza inexpugnable frente a un ataque del Eje. 

Entre los jerarcas a sueldo de Londres estarían Nicolás Franco, el hermano del generalísimo y embajador en Lisboa, el general Varela, ministro del Ejército, el general Galarza, ministro de Gobernación, además de los generales monárquicos y aliadófilos Kindelán, Orgaz y Aranda, que siempre se han citado como dispuestos a dar un golpe de Estado contra Franco si este entraba en guerra al lado de Alemania, con la financiación del Foreign Office a través de March
¿LA DOCTRINA OFICIAL?

Los historiadores franquistas y neofranquistas han elogiado a Franco por la prudencia que demostró al saber mantener la neutralidad pese a las presiones de Hitler. “Si esta era la doctrina oficial, la neutralidad o no beligerancia, resulta que a todos esos generales Londres les pagaba un porrón de dinero para qué apoyasen esa doctrina oficial del régimen…”, ironiza Viñas. “Siempre hubo la incertidumbre, perfectamente fundada, de que Franco no es que estuviera lanzado a la guerra, sino que podría entrar, y que estuvo muy, muy, muy tentado. Yo doy nuevos argumentos a favor de esta tesis, y que al menos Serrano Suñer estaba tan deseoso de entrar en la guerra que en 1941, siete meses después de Hendaya, todavía suplicaba una cartita de Hitler en la que este accediese a las condiciones de Franco”.

Otro motivo para no confiar en España. “Los alemanes, con toda la razón, no confiaban en que los españoles pudiesen guardar un secreto, porque demuestro que a las 24 horas de la conferencia de Hendaya los ingleses sabían que había pasado allí”, añade Viñas. La fuente, un no identificado ‘Agente T’, un camisa azul del círculo de Serrano Súñez. “Los británicos habían situado a gente al lado mismo del Caudillo. En el año 40 los británicos no tenían redes de información, en 1944 para el embajador Hoare, que viene del MI6, de la inteligencia militar, Franco ya no tiene secretos”, apunta Viñas
"Derrocar a Franco nunca fue el objetivo británico. Apostaron por él desde el primer momento"
Por supuesto, Franco no estaba en la lista de sobornados o sobornables (no le hacía falta, como demuestra el anterior libro de Viñas sobre el enriquecimiento del jefe del Estado): se trataba de trazar redes de seguridad concéntricas a su alrededor. Para espiarlo. Para disuadirlo de que entrase en la guerra. Para reaccionar en caso de que lo hiciera. “Aunque derrocar a Franco nunca jamás fue su objetivo. El interés permanente de Inglaterra entre 1936 y 1946 es estabilidad en la península Ibérica. Franco lo prometía más que la República. Gran error, pero apostaron por él desde el primer momento. Solo si Franco se desmanda, entonces se va a por él por todos los medios”.

La sombra británica está detrás de Franco, siempre ha insistido el historiador, desde verano del 36. “El país que más influencia tiene, sutil, en los destinos de España entre 1936 y 1946 es sin duda el Reino Unido, más que Alemania. La influencia alemana es obvia pero no logra sus objetivos. Para Hitler España era importante pero no tanto, en tanto que para los ingleses España era vital. Gibraltar. Punto. Para los ingleses era absolutamente vital que Gibraltar no cayese”.