Si aceptamos que las últimas tendencias siguen surgiendo en
Londres hay que tener en cuenta que la cerámica es allí el material de moda y
los ceramistas, los diseñadores más deseados.
El ‘Remembrance Day’ conmemora cada año el final de la I
Guerra Mundial. En 2014 ese día, también llamado Poppy Day, porque los
británicos lucen amapolas rojas en sus solapas, la Torre de Londres se llenó
con 888.246 amapolas… pero de cerámica. La idea fue obra del artista Paul
Cummins y su particular homenaje a los caídos en la guerra ha consolidado una
tendencia que parece haber llegado para quedarse, la de la cerámica como
manifestación artística. Inglaterra siempre ha gozado de una amplia tradición
ceramista. No en vano, tanto el Museo de Londres como el Victoria and Albert
Museum albergan sendas colecciones que son el orgullo de sus conservadores.
El renacimiento de esta disciplina milenaria lo demuestran
las numerosas iniciativas que pueden encontrarse en la capital alrededor de las
figuras y objetos de barro. Se multiplican espacios en los que pintarlas, o
directamente diseñarlas, siempre que la pieza tenga alguna referencia a ‘Alicia
en el País de las Maravillas’ como Wonderland Ceramics (237 Victoria Park
Road); o cafés dedicados por completo a este arte y su expresión más
contemporánea como Punk Me Up Ceramics Café (34 East Dulwich Road) o el
Biscuits Ceramics Café (3-4 Nelson Road, en Greenwich). También se pueden
encontrar estudios de artesanía que solo hacen piezas de cerámica e iniciativas
académicas para devolver a la disciplina el esplendor del que gozó en el pasado
y que ahora parece renacer debido también, en parte, a la sensibilidad post
crisis económica que valora la artesanía, la fragilidad y la delicadeza que
caracterizan a los objetos de alfarería.
De hecho, una de las escuelas ceramistas más en boga habla
de su espacio y de su propuesta como “un sitio para hacer del mundo un lugar
mejor”. Estos neoalfareros están promoviendo que un paseo por cualquier mercadillo
de Londres se esté convirtiendo, poco a poco, en un destino habitual en el que
contemplar cómo los artistas más jóvenes y rompedores están apostando por un
arte cuyo origen se sitúa en el Neolítico. En los puestos de Covent Garden,
Portobello, o Spitalfields no tienes que buscar cerámicas contemporáneas, la
encontrarás sin esfuerzo.
Los nuevos usos que los ceramistas ingleses pretenden darle
a sus obras son heterogéneos; absolutamente cualquier cosas es susceptible de
tener su réplica en este material. Pero lo relevante, más allá de la
funcionalidad de los objetos, es su significado artístico y cultural: el
rescate de un oficio añejo en una de las ciudades más modernas del mundo y la
vuelta del aprecio por lo sencillo.
Recientemente, ‘It’s nice that’, una de las publicaciones
más vanguardistas e influyentes en lo que a cuestiones sobre el arte y la
creatividad se refiere, hablaba del ‘pottery’ no solo como la disciplina del
momento, sino como el arte que muy pronto todos querremos volver a tener en
nuestras casas y que, afortunadamente, todavía no es prohibitivo adquirir si
buscamos propuestas de artistas emergentes que están modificando los acabados y
procesos de la cerámica, y también sus sinergias.
Ferias sobre cerámica contemporánea como la Ceramic Art
London, que se celebra todos los años en Londres están fomentando esta nueva
ola de apreciación por esta manifestación artística, de la que hemos encontrado
huellas desde antes de que existiera la historia. La próxima vez que paseando
por Londres encuentres un pequeño puesto que exponga esculturas, tazas,
lámparas, jarrones o cajitas dedica unos minutos a observarlas y a tratar de
encontrar la razón por la que todo indica que este arte seguirá vigente muchos
años más.
Cerámicas clásicas
Reino Unido siempre ha sido un lugar destacado en lo que a
producción de cerámica se refiere. Son ya clásicas las producciones de
Stoke-on-Trent, zona en la que tradicionalmente existe una enorme concentración
de artesanos de la porcelana inglesa. No es difícil planificar una excursión
hasta allí y una vez en el destino podrás ver fábricas de marcas emblemáticas
como Wedgwood, Spode o Royal Doulton, entre otras muchas.
Los nuevos nombres propios
Dicen los expertos que corras a hacerte con una pieza de
Angel Oloshove antes de que se corra la voz de que es un genio que destaca por
su personal uso del color. Saskia Pomeroy es conocida en el mundo del arte por
dedicarse al mundo del diseño gráfico y la impresión en textil, pero la moda de
la cerámica también ha llegado a su estudio y sus objetos alegres y algo naif
están cotizándose cada vez más. Como los de Sean Roy Parker, un artista
londinense que está convirtiendo sus tiestos en el objeto de deseo de medio
mundo.