lunes, 12 de junio de 2017

La tecnología corteja a la cultura



Vista de la muestra, "Los objetos hablan", título de la exposición de pinturas y objetos del Museo del Prado que se ha inaugurado hoy en el museo de Bellas Artes de Sevilla



YAGO GONZÁLEZ
A pesar del efecto disruptivo que suponen las descargas online y los nuevos dispositivos móviles en los hábitos culturales de los ciudadanos, el avance tecnológico ofrece posibilidades en la difusión del arte y en la investigación del patrimonio.
Cambio de modelo
83% museos en la red. El 83% de los museos españolas cuenta con presencia en redes sociales, digitalización de imágenes y aplicaciones educativas.

Descargas ilegales de películas, gigantes online que destruyen librerías, redes sociales que sustituyen la lectura del periódico de papel... Muchos ven en la tecnología a un letal enemigo de la cultura o, al menos, de los hábitos de consumo cultural de las últimas décadas. Evidentemente, el avance tecnológico ha transformado por completo la manera en que, por ejemplo, las personas leen libros o ven películas, y ese cambio se está llevando por delante modelos de negocio. Pero quedarse en la parte negativa sería reduccionista. La técnica, que progresa a velocidad de vértigo, también ofrece a los ciudadanos experiencias culturales nunca vistas y permite profundizar en la investigación del patrimonio histórico.

-4,2% piratería. El acceso ilegal a contenidos digitales en 2016 bajó un 4,2% respecto al año anterior. Lo más pirateado fueron películas, series y música.
Un reciente informe de la entidad pública Acción Cultura Española (ACE) asegura que las nuevas tecnologías se han convertido en "una herramienta cada vez más indispensable para profesionales del sector y para el conocimiento cultural de nuestra sociedad". Un ejemplo es la impresión en tres dimensiones, que consigue traer al mundo real el patrimonio que hasta la fecha sólo podía consultarse digitalmente. "Las opciones que plantea el 3D para la presentación de réplicas de originales y la restitución de elementos desaparecidos o deteriorados son muestra del potencial que tiene este nuevo recurso", señala el informe.
4% leer en pantalla. Sólo el 4% de las ventas del sector editorial procede de textos digitales. En 2016 las compañías editoriales facturaron 33 millones de euros por esta vía.
Pero es que, además de la reproducción, la tecnología puede ser una gran aliada en la educación y la difusión de contenidos. Según ACE, "las propuestas tanto multimedia como virtuales ofrecen al usuario la posibilidad de interactuar con el objeto cultural, garantizando el aprendizaje al presentarse los contenidos bajo un enfoque lúdico y racional al mismo tiempo. Todo ello sin renunciar al rigor de los contenidos, que de esta forma tienen la posibilidad de romper las barreras del mundo académico y presentarse a un público no especializado".
90% cines digitales. A cierre de abril, en España había 699 salas de cine, 24 más que un año antes. Cerca del 90% ya ha sustituido el celuloide por proyección digital.
Una herramienta con gran capacidad pedagógica es la realidad virtual, que permite "una experiencia cognitiva eficiente y un acercamiento al objeto cultural de gran realismo". Algunos de los grandes museos del mundo como el British Museum o el Louvre también han incorporado esta técnica.

En España, el 83% de estos espacios cuenta con presencia en redes, digitalización de imágenes y aplicaciones educativas. En Madrid, el Museo Arqueológico Nacional, en colaboración con Samsung, acaba de lanzar un sistema de realidad virtual que permite a los visitantes sumergirse en cinco épocas de la historia de España: Prehistoria, Protohistoria, Hispania Romana, Edad Media y Edad Moderna. Con las explicaciones de una guía virtual, los usuarios pueden meterse en espacios como una cueva del Paleolítico, un foro hispanorromano, un poblado celtíbero o una vivienda del Siglo de Oro.
Cada vez más museos incorporan técnicas de realidad virtual para acercar la Historia a los usuarios
Un gigante de la potencia y el alcance de Google tampoco podía permanecer ajeno a la difusión de las grandes obras que ha dado la Humanidad. El proyecto Google Cultural Institute, iniciado en 2011, aspira a convertirse en un macromuseo virtual donde el navegante pueda visitar la colección de un museo y admirar sus obras con una precisión milimétrica. Cada vez hay más cuadros digitalizados en gigapíxeles, una medida que otorga una resolución mil veces superior a la de una foto convencional.

Además, la recopilación de imágenes en 360 grados, la técnica del famoso Street View, también se está utilizando para que los internautas recorran los pasillos y las salas de los museos. Pero la ambición museística del gigante de Silicon Valley no se queda en la pintura o la escultura. La última idea del Google Cultural Institute es digitalizar incluso las obras de teatro, música y danza, de forma que el usuario contemple el espectáculo como si estuviera en el escenario.
LA LECTURA, AÚN EN PAPEL
El sector editorial todavía resiste la expansión tecnológica. Los últimos datos procedentes de Estados Unidos y Gran Bretaña indican que los dispositivos táctiles de lectura copan el 30% del mercado, en la línea de los últimos años.

Según el último informe de Libranda, empresa dedicada al desarrollo tecnológico de editoriales y librerías, el año pasado las editoriales españolas facturaron 33 millones de euros por la venta de textos digitales, lo cual, a pesar de ser un aumento del 11% respecto a 2015, sólo representa un 4% del negocio del sector.
Muy diferente es el impacto en la industria audiovisual. El sector ha visto en el cine digital una gran reducción de costes: cada película en rollo de celuloide cuesta entre 1.000 y 2.000 euros, mientras que los proyectores digitales, que usan películas almacenadas en discos duros, suponen un enorme ahorro. De hecho, el 89% de las salas de cine en España son digitales, frente al 10% de 2009, según datos de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación. Además, se está produciendo un aumento exponencial de la proyección en 3D: el 50,6% de los establecimientos españoles ya dispone de esta tecnología.

Por primera vez desde 2011, el número de salas ha aumentado. A cierre del mes de abril había en España 699 locales, 24 más que en el último censo, pero aún muy por debajo de los 1.018 de 2008.