Para conmemorar tan significativo aniversario, algunos cines
de distintas partes del planeta emitirán el filme de nuevo
Había una vez unos habitantes que vivían en la lejana tierra
de Pepperland, un alegre paraíso musical bajo el mar protegido por la Sgt.
Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Un día, la ciudad es atacada por los Blue
Meanies, unos seres extravagantes que odian la música en todas sus formas y que
convierten todo lo que les rodea de color azul. Por si fuera poco, y para
asegurarse de que pueden hacer todas sus fechorías, los invasores encerrarán a
la banda en una burbuja mientras paralizan a todos los ciudadanos.
El anciano alcalde de la villa envía al joven Fred a buscar
ayuda en un abandonado submarino amarillo. Tras llegar a Liverpool, persuade a
Ringo, John, George y a Paul, que acabarán partiendo hacia Pepperland para
combatir a los terribles Blue Meanies. Por el camino, surcarán diferentes
mares, donde el espectador descubrirá un mundo de fantasía que no tiene ni pies
ni cabeza y verá situaciones e imágenes realmente creativas y surrealistas. Una
vez en el lugar, la tropa salvadora alza el país en rebelión y, finalmente
acaban venciendo. Pepperland se restablece, los Meanies son obligados a
rendirse y John ofrece su amistad, a la que el jefe Blue Meanie acepta.
Finalmente una gran fiesta tiene lugar.
Este es nada más y nada menos que el argumento de Yellow
Submarine, una película animada de 1968 dirigida por el canadiense George
Dunning y basada en la canción de los Beatles. Un filme que, por cierto, este
martes cumple 50 años de su estreno. Para conmemorar tan conmemorativo
aniversario, la cinta volverá a algunos cines (primero en EE.UU. y más tarde en
Europa) gracias a un acuerdo entre Abramorama, Apple Corps Ltd y Universal
Music Group.
El filme es un cuento fantástico sobre paz, amor y esperanza
repleto de canciones del grupo como Eleanor Rigby, When I’m Sixty-Four, Lucy in
the Sky With Diamonds, All You Need Is Love, It’s All Too Much y la propia
Yellow Submarine. Un proyecto que, pese que es evidente que ha triunfado y lo
sigue siendo a lo largo de las épocas, no entusiasmó en sus inicios a los
propios protagonistas. Probablemente, tras ver el fracaso de su anterior cinta,
Magical Mistery Tour. Acabaron aceptando llevarlo a cabo tras oír las voces de
ellos, imitadas por otros actores. De este modo, acordaron que ellos no se
involucrarían, ni siquiera para poner voz a sus personajes.
Pese que es evidente que ha triunfado y lo sigue siendo a lo
largo de las épocas, no entusiasmó en sus inicios a los propios protagonistas.
Probablemente, tras ver el fracaso de su anterior cinta, ‘Magical Mistery Tour’
Cuando los de Liverpool crearon la canción dos años antes,
muchos fans se sorprendieron, pues no acabaron de entender qué hacía una canción
infantil (pues así la calificaban los propios autores) en su álbum. Sin
embargo, cuando el filme salió a la luz, muchos creyeron y quisieron
comprender, que no se trataba verdaderamente de una canción para niños, sino de
una alusión a las drogas. Y es que muchos vieron estos dibujos como un viaje de
los artistas al mundo del LSD. Toda una experiencia psicodélica, sensorial y
naif, plagada de guiños a la cultura popular, y con algún que otro mensaje
político encubierto. McCartney siempre se ha empeñado en negarlo.
La primera vez que el público escuchó la famosa canción del
vehículo subacuático fue en Revolver. Un disco que, según cuenta la leyenda,
arrancó una noche en la que Lennon, George y sus respectivas mujeres cenaban en
casa de su amigo, el dentista John Riley, quien insistió mucho en que se
terminasen sus respectivos cafés. Más tarde, confesaría que había vertido LSD
en dicha bebida. Lennon, furioso, dijo: “¿Cómo mierda te atreves a hacernos
esto?”. A esto le siguieron una serie de visiones que asustaron a los
cantantes. Lennon diría después en una entrevista para Rolling Stones: “Dios,
fue horripilante, pero fantástico. La casa de George parecía como un submarino
enorme”
Las sucesivas experiencias alucinógenas introdujeron a los
Beatles en el universo del LSD. Pero no eran vírgenes en este sentido, fumaban
marihuana con cierta regularidad desde que Bob Dylan los iniciase en el verano
del 64. Los críticos notaron esta clara influencia en el álbum Revolver y en
posteriores producciones. Algo que acabó de evidenciarse con la película. Un
film onírico y lisérgico que hablaba de combatir el mal con paz y amor. La
película perfecta para el boom hippy de los 60.
LARA GOMEZ RUIZ Barcelona