domingo, 30 de agosto de 2015

María Bayo: «Nadie cuestiona el precio de las entradas del fútbol, pero sí el de la ópera»



La soprano española se encuentra impartiendo el curso «Las óperas italianas de W. A. Mozart» en la UIMP, en Santander

María Bayo (Navarra, 1961) es una de las sopranos españolas más internacionales. Tras más de 25 años de carrera, ha pisado los escenarios de los principales teatros del mundo, como la Scala de Milán, el Staatsoper de Berlín, La Monnaie de Bruselas, el Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York. En la actualidad sigue destacando por su gran versatilidad y pone todo su talento al servicio de los más jóvenes en el curso que está realizando en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, «Las óperas italianas de W. A. Mozart».


¿Qué le diría a aquellas personas que consideran que la ópera es demasiado elitista?
Es lo de siempre, la ópera ni es aburrida ni es elitista. Lo que pasa es que los medios de comunicación tampoco ayudan a que se fomente toda esa cultura musical, a que la gente tenga una curiosidad por ir a esos eventos. Realizar unas clases abiertas como las de este curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo hace que el público tenga unos conocimientos de lo que supone el arte del canto, que se ha ido mejorando y perfeccionando durante tantos siglos. Hay que fomentar todo lo que sea educar desde pequeños en el colegio y propiciar que los mayores tengan la posibilidad de asistir a clases en directo para que comprueben cómo trabaja un artista que tiene ya unas bases técnicas.
¿Cómo se puede atraer a la gente con los altos precios que tienen las entradas en tiempos de crisis?
Esto es muy polémico. Las entradas en el fútbol pueden llegar a valer más de cien euros y nadie se cuestiona ese precio, pero sí en la ópera. ¿Por qué? Porque el fútbol se está fomentando cada día en los medios de comunicación. Además, hay estadios enormes, con lo que las entradas deberían de ser más baratas, pero no porque las megaestrellas que son los futbolistas fomentan todo aquello que hacen y nadie se cuestiona ese dinero, pero sí se cuestionan que cueste cien euros ir a una ópera.


Picasso en el Prado, como Pablo por su casa



Son solo diez cuadros -ocho se ven por primera vez en España-, pero conforman una pequeña gran retrospectiva, una antología esencial de Picasso. Abarca sesenta años de su prolífica carrera, de 1906 a 1967, y están representadas sus principales etapas: la rosa, el cubismo, su periodo neoclásico, la reinterpretación de los grandes maestros, sus años finales… Picasso regresa al Prado, el museo del que fue nombrado director el 19 de septiembre de 1936 mediante un decreto firmado por Azaña. Aceptó el cargo, pero nunca lo ejerció, ya que jamás volvería a España. Ahora lo hace, y con todos los honores. Recibido como un jefe de Estado en la pinacoteca, cuelga en su galería central, espacio reservado solo para los más grandes de la Historia del Arte. Y él, sin duda, es uno de ellos.



El Kunstmuseum de Basilea ha cerrado por trabajos de reforma y ampliación durante poco más de un año y, gracias a un acuerdo con España, ha cedido gratuitamente sus obras maestras al Reina Sofía (166) y al Prado (diez Picassos). El maestro español solo estuvo una vez en su vida en la ciudad suiza: el 7 de septiembre de 1932, camino de Zúrich, donde iba a inaugurar una exposición, hizo un alto en Basilea. Acompañado por su esposa Olga y su hijo Pablo se alojaron en el hotel Les trois Rois. Quería ver a Paul Klee, aunque el encuentro no se produjo. La historia de Basilea con Pablo Picasso, de quien atesora una de las mejores colecciones del mundo -más de 300 obras, entre óleos, dibujos y estampas-, es una historia de admiración mutua, de amor correspondido. En el último siglo se han celebrado en esta ciudad más de ochenta exposiciones dedicadas al artista español.



ABC . Natividad Pulido