0Las obras han vuelto
después de un año de negociaciones secretas con un abogado que afirmaba
representar a herederos en posesión de los lienzos
Fundación Palacio Friedenstein, lugar al que han vuelto las
obras tras el robo
Cinco cuadros de grandes maestros de la pintura de los
siglos XVI y XVI vuelven a manos de la Fundación Palacio Friedenstein cuando se
cumplen 40 años de su robo en la ciudad alemana de Gotha (centro), entonces
parte de la RDA.
Se trata de obras de grandes del Siglo de Oro neerlandés
-Frans Hals, Anton van Dyck, Jan Lievens y Jan Brueghel el Viejo-, así como de
un cuadro del pintor gótico alemán Hans Holbein el Viejo. Según ha dado a
conocer este viernes la fundación, los cuadros volvieron a sus manos el pasado
septiembre, después de un año de negociaciones secretas con un abogado que
afirmaba representar a una comunidad de herederos anónima en posesión de las
obras.
El robo pasó a la historia como la mayor sustracción de
obras de arte cometida en la RDA
A cambio de la entrega de los cuadros, el letrado reclamaba
en un principio 5,25 millones de euros, según informaciones del semanario Der
Spiegel. Finalmente, se ha llegado a un acuerdo para pagar una suerte de
“gratificación”, cuyo importe exacto aún no ha sido establecido, una vez que la
autenticidad de las obras haya sido verificada.
El robo, cometido en diciembre de 1979, desató entonces todo
tipo de especulaciones, desde que los ladrones habían viajado desde Alemania
Occidental a que se trataba de una de las operaciones de contrabando de la
temida policía secreta oriental, la Stasi. Se presume que los ladrones
penetraron en el palacio rompiendo una ventana del segundo piso; la alarma, por
motivos desconocidos, nunca sonó.
Se ha llegado a un acuerdo para pagar una suerte de
“gratificación”, cuyo importe exacto aún no ha sido establecido
Todo apunta a que los cuadros -valorados entonces en cinco
millones de marcos orientales- fueron elegidos de manera deliberada, puesto que
los asaltantes no se llevaron otras obras de mayor valor expuestas en salas
contiguas. El caso jamás fue esclarecido y pasó a la historia como la mayor
sustracción de obras de arte cometida en la RDA.
Mientras que la Policía Criminal de Berlín ha abierto una
investigación por posible extorsión y receptación de objetos robados, las obras
se encuentran en un laboratorio adscrito a los Museos Estatales de Berlín a la
espera de que se verifique su autenticidad.