Psicólogos de las Universidades de Kent y Lincoln han
estudiado a un grupo de más de 30.000 individuos durante dos años
Pintura, escultura, arquitectura... ¿usted respira arte por
los cuatro costados? Si su respuesta es que sí, sepa que usted es más propenso
a ayudar a otras personas, según un estudio realizado por los investigadores de
las Universidades de Kent y Lincoln (Gran Bretaña). Y los expertos apuntan que
este fenómeno no tiene nada que ver con los ingresos económicos o la clase
social.
Un grupo de psicólogos analizaron el comportamiento de más
de 30,000 individuos para examinar qué factores predecirían mejor la llamada
“conducta prosocial”, es decir, tener comportamientos que no dañan, que no son
agresivos. Durante dos años de estudio descubrieron que las personas que
participaban más vivamente en actividades culturales estaban más predispuestos
a ofrecerse como voluntarios y a donar dinero para obras benéficas.
Los expertos apuntan que este fenómeno no tiene nada que ver
con los ingresos económicos o la clase social
El equipo evaluó la relación entre asistir a eventos
artísticos o participar de forma activa en el arte y dar caridad o participar
en algún tipo de voluntariado. Descubrieron que incluso después de tener en
cuenta las variables demográficas -género, recursos individuales, ingresos
personal... incluso el compromiso deportivo-, quienes participaban en las artes
tenían aún más probabilidades de exhibir un comportamiento prosocial.
”Es notable que, independientemente de la personalidad, edad,
educación, empleo y ahorros de las personas, su compromiso con las artes sigue
siendo un mejor elemento para predecir su prosocialidad que cualquier otra
variable”, explica Dominic Abrams, de la Facultad de Psicología de la
Universidad de Kent.
Solo la edad y el ahorro mensual tuvieron mayores efectos en
las donaciones caritativas que la participación de las artes. Y solo el nivel
educativo y las horas de trabajo tuvieron un mayor impacto en el voluntariado.
Los expertos sugieren que la inversión en las artes debe comportar ganancias
sociales y económicas sustanciales, sobretodo si las políticas gubernamentales
hacen que las artes estén disponibles para personas de todos los orígenes
sociales.
”Nos sorprendió la solidez estadística de estos hallazgos, y
nos impresionaron las poderosas implicaciones del papel de las artes en la
creación y mantenimiento de la prosocialidad en toda la sociedad”, apunta Julie
Van de Vyver, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Lincoln.
”Si la cultura puede ser un catalizador psicológico social
tan poderoso para fomentar y mantener la prosocialidad, se demuestra que las
artes hacen una contribución crucial hacia una sociedad cohesiva y socialmente
próspera. Es particularmente interesante que las personas que se comprometieron
más con las artes hace dos años continúen demostrando una mayor prosocialidad
ahora“, añade.
Dominic Abrams considera que dada “la complejidad de la
sociedad, no se puede confiar únicamente en las interacciones individuales para
la cooperación. Pero hay otros factores que pueden crear estos beneficios.
Cualquier persona puede dedicarse a las artes, ya sea creando o disfrutando las
creaciones de los demás. El compromiso con la cultura es una forma en que las
experiencias y el significado se comparten”.