Página del diccionario de construcción naval de Rafael
Monleón. - Archivo del Museo Naval
El 1 de noviembre de 1631 el galeón español Nuestra Señora
del Juncal terminó naufragando en el Golfo de México. De sus trescientos
tripulantes solo 39 lograron volver a la costa con vida.
El Galeón Nuestra Señora del Juncal se hundió en las aguas
del Golfo de México en 1631 al poco tiempo de zarpar del puerto de Veracruz con
300 personas a bordo.
El Galeón Español Nuestra Señora del Juncal, partió de
Veracruz en octubre de 1631, demasiado tarde para evitar las tormentas de esos
meses en el Caribe pero fue el momento en que los piratas no estaban rondando
la zona (nadie mejor que ello para conocer el mar y saber que esos días tenían
que quedarse en puerto), a parte de eso, se sumó que el capitán de la nave
murió pocos días antes de zarpar, lo cual parecía estar pidiéndole a gritos que
se quedaran en puerto, pero no hicieron caso a las señales.
Nuestra Señora del Juncal iba a rebosar de cargamento de oro
piedras preciosas para financiar a Felipe IV en su Guerra de Flandes. El
entonces virrey de Nueva España el marqués de Cerralbo, al conocer el destino
de la escuadra exclamó: «Se ha perdido la flota más rica que hasta ahora ha
salido del Nuevo Mundo»
Después de una semana intentando achicar agua y echando por
la borda casi toda la mercancía que habían quedado a bordo, el Nuestra Señora
del Juncal no aguantó mas y se fue a pique. El sobrepeso que llevaba por el
enorme cargamento de metales preciosos y que había sido reformado para poder
albergar más personas, modificaron su flotabilidad, lo cual no ayudó ante la
tormenta que se les vino encima.
La embarcación llevaba un sólo bote salvavidas, ya se sabe
que en esa época los sistemas de seguridad no eran lo primordial, en el cual se
subieron los nobles que navegaban en Nuestra Señora del Juncal, con tan mala
suerte que salieron despedidos por lo que finalmente lo ocuparon 39 marineros.
Junto con Nuestra Señora del Juncal, naufragaron otros 2
grandes navíos de la flota que le acompañaba, el resto pudo regresar, como
pudo, a la costa mexicana
En los años 90 la empresa Odyssey intentó expoliar el tesoro
de Nuestra Señora del Juncal, aunque el gobierno Mexicano se lo impidió redactando
un proyecto para inventariar los restos que quedan bajo el mar y considerándolo
patrimonio cultural sumergido pertenecientes a la categoría de los bienes que
son objeto de estudio, custodia, conservación y difusión, pero que en sí mismos
son inalienables e imprescriptibles y, en consecuencia, no susceptibles de
comercialización.