jueves, 14 de septiembre de 2017

Ringo Starr, de nuevo en la carretera



El ex Beatle publica «Give me more love», con colaboraciones de Paul McCartney


Ringo Starr, fotografiado sobre un panel publicitario de su nuevo trabajo – ABC
The Cavern, en agosto de 1962, tuvo que aguantar gritos del público exigiendo el regreso de su predecesor a la batería. «¡We want Pete, we want Pete!» (queremos a Pete), gritaban los fans que no querían verle en el grupo. El bueno de Ringo aguantó el chaparrón, sabía que sólo necesitaba un poco de tiempo.
Cuatro años antes, Lennon, Harrison y McCartney habían probado con un chaval llamado Colin Hanton en su primer conjunto, The Quarrymen. Algo taciturno, no encajaba con la personalidad de la banda. Después con Tommy Moore, con quien hicieron una breve gira escocesa ya bajo el nombre de The Silver Beatles. No tenía grandes habilidades con el instrumento. En 1960, Norman Chapman estuvo cerca de convertirse en el primer baterista estable del grupo, pero el servicio militar boicoteó la formación. Fue entonces cuando cogió las baquetas el rocker Pete Best, un tipo de gran carisma estético pero bastante problemático. Cuando empezó a faltar a demasiados ensayos y bolos, los Beatles lo tuvieron claro. Querían a Ringo, el baterista de Rory Storm and the Hurricanes, quien ya había sustituido a Best en algunos conciertos en Liverpool y Hamburgo. Era muy bueno, simpático, derrochaba energía sobre las tablas e iluminaba la batería con su presencia, y además tenía un flamante Zephyr Zodiac. El próximo viernes, el feúcho de los Beatles regresa con «Give me more love», un nuevo trabajo con el que parece querer exprimir una vez más la energía juvenil que siempre ha corrido por sus venas.
Aunque su aportación creativa a los Beatles fue limitada, el día que el grupo se separó Ringo Starr ya estaba beatificado como cuarta parte de la leyenda. Al igual que sus compañeros, arrancó con éxito una carrera en solitario que a finales de los setenta pegó un fuerte bajón. Sólo publicó cuatro discos entre 1978 y 2003, pero a partir de ahí recuperó el aliento y ha estado entregando un álbum cada dos o tres años hasta «Postcards from paradise», publicado en 2015.
Cuenta Starr en «Give me more love» con la flamante colaboración de su colega Paul McCartney en dos canciones: «Show me the way», una balada de nostalgia y reencuentro, y «We’re on the road again», un auténtico cañonazo de pub-rock que abre el disco que debió haber sacado en 1985. Grabado en el estudio de su propia casa en Los Ángeles, incluye diez temas inéditos en los que colaboran otros amigos ilustres como Joe Walsh, Edgar Winter, Steve Lukather o Don Was. Curiosamente, lo más jugoso de esta entrega son los cuatro «bonus tracks»: tres son colaboraciones de las actuaciones en el evento Peace & Love que organizó por su cumpleaños en 2016 («You Can’t Fight Lightning», «Photograph», «Don’t Pass Me By»), y el otro es una versión de «Back Off Boogaloo» basada en la grabación original de la canción, descubierta recientemente durante una mudanza.
Naíf y no demasiado brillante, el álbum goza sin embargo del innegable empuje que sale de forma natural cuando aún se tiene hambre. El Ringo energético, optimista y desenfadado que sedujo a los Beatles sigue con sus virtudes intactas. Hay pop, rock, country, reggae, blues… Un CD ideal para viajar por carretera, algo que el propio Ringo hará a partir de octubre cuando arranque su nueva gira con los All Starrs, la banda con la que lleva tocando desde 2012 y que integran figuras como Steve Lukather, Todd Rundgren, Gregg Rolie, Richard Page, Warren Hamm y Gregg Bissonette. Por ahora sólo tienen fechas por Estados Unidos, así que habrá que confiar en que Macca le hable maravillas de su última parada en el Calderón y se anime a visitarnos.

La baronesa Thyssen vende una obra de su colección por 3,2 millones de euros



Carmen Cervera ha dejado sin colocar otras dos piezas en la subasta, que ha tenido lugar en Christie's Nueva York


La baronesa Thyssen ha vendido una figura de bronce de gran tamaño de Buddha de su colección de arte por 3,2 millones de euros, en una subasta celebrada en Christie's Nueva York bajo el título «Piezas de arte de la India, Himalaya y el Sur de Asia».


La estatua de Buddha, vendida por 3,2 millones de euros - CHRISTIE'S


La casa de subastas ponía a la venta la mencionada figura, del siglo XIII o XIV, por un precio de salida de entre 497.000 y 663.000 euros, que se ha visto ampliamente sobrepasado. Sin embargo, Carmen Thyssen ha dejado sin colocar otras dos obras que también formaban parte de la puja: un estela de piedra negra de Umamaheshvara, del siglo IX, cuyo precio de salida oscilaba entre los 83.000 y los 125.000 euros; y una figura de bronce de Sambandar, con precio de salida entre los 497.000 y los 663.000 euros
La venta de esta obra llega dos meses después de que el Ministerio de Cultura y la baronesa decidieran ampliar el plazo de negociación para la cesión de su colección al Estado hasta el 31 de diciembre.
Se trata de la tercera prórroga que se produce este año. En abril de 2016, la baronesa y el Gobierno renovaron la cesión gratuita de la colección por seis meses, en lugar de un año, como era habitual. Las partes ya habían acordado a principios de año una prorroga que finalizó el 30 de abril, a la que se sumó posteriormente otro aplazamiento que culminaba el pasado mes de julio.
Cuando el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza procedió al reparto del resto de sus cuadros y bienes entre los diversos miembros de la familia, el grueso de las obras pasó a su esposa, Carmen Thyssen. Dicho conjunto, integrado por obras de Canaletto, Fragonard, Courbet, Boudin, Monet, Sisley, Renoir, Degas, Gauguin, Rodin, Matisse, Picasso, Kirchner, conforma todavía hoy el núcleo central de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
Diario el mundo, madrid