El ex Beatle publica «Give me more love», con colaboraciones
de Paul McCartney
Ringo Starr, fotografiado sobre un panel publicitario de su
nuevo trabajo – ABC
The Cavern, en agosto de 1962, tuvo que aguantar gritos del
público exigiendo el regreso de su predecesor a la batería. «¡We want Pete, we
want Pete!» (queremos a Pete), gritaban los fans que no querían verle en el
grupo. El bueno de Ringo aguantó el chaparrón, sabía que sólo necesitaba un
poco de tiempo.
Cuatro años antes, Lennon, Harrison y McCartney habían
probado con un chaval llamado Colin Hanton en su primer conjunto, The
Quarrymen. Algo taciturno, no encajaba con la personalidad de la banda. Después
con Tommy Moore, con quien hicieron una breve gira escocesa ya bajo el nombre
de The Silver Beatles. No tenía grandes habilidades con el instrumento. En
1960, Norman Chapman estuvo cerca de convertirse en el primer baterista estable
del grupo, pero el servicio militar boicoteó la formación. Fue entonces cuando
cogió las baquetas el rocker Pete Best, un tipo de gran carisma estético pero
bastante problemático. Cuando empezó a faltar a demasiados ensayos y bolos, los
Beatles lo tuvieron claro. Querían a Ringo, el baterista de Rory Storm and the
Hurricanes, quien ya había sustituido a Best en algunos conciertos en Liverpool
y Hamburgo. Era muy bueno, simpático, derrochaba energía sobre las tablas e
iluminaba la batería con su presencia, y además tenía un flamante Zephyr Zodiac.
El próximo viernes, el feúcho de los Beatles regresa con «Give me more love»,
un nuevo trabajo con el que parece querer exprimir una vez más la energía
juvenil que siempre ha corrido por sus venas.
Aunque su aportación creativa a los Beatles fue limitada, el
día que el grupo se separó Ringo Starr ya estaba beatificado como cuarta parte
de la leyenda. Al igual que sus compañeros, arrancó con éxito una carrera en
solitario que a finales de los setenta pegó un fuerte bajón. Sólo publicó
cuatro discos entre 1978 y 2003, pero a partir de ahí recuperó el aliento y ha
estado entregando un álbum cada dos o tres años hasta «Postcards from
paradise», publicado en 2015.
Cuenta Starr en «Give me more love» con la flamante
colaboración de su colega Paul McCartney en dos canciones: «Show me the way»,
una balada de nostalgia y reencuentro, y «We’re on the road again», un
auténtico cañonazo de pub-rock que abre el disco que debió haber sacado en
1985. Grabado en el estudio de su propia casa en Los Ángeles, incluye diez
temas inéditos en los que colaboran otros amigos ilustres como Joe Walsh, Edgar
Winter, Steve Lukather o Don Was. Curiosamente, lo más jugoso de esta entrega
son los cuatro «bonus tracks»: tres son colaboraciones de las actuaciones en el
evento Peace & Love que organizó por su cumpleaños en 2016 («You Can’t
Fight Lightning», «Photograph», «Don’t Pass Me By»), y el otro es una versión
de «Back Off Boogaloo» basada en la grabación original de la canción,
descubierta recientemente durante una mudanza.
Naíf y no demasiado brillante, el álbum goza sin embargo del
innegable empuje que sale de forma natural cuando aún se tiene hambre. El Ringo
energético, optimista y desenfadado que sedujo a los Beatles sigue con sus
virtudes intactas. Hay pop, rock, country, reggae, blues… Un CD ideal para
viajar por carretera, algo que el propio Ringo hará a partir de octubre cuando
arranque su nueva gira con los All Starrs, la banda con la que lleva tocando
desde 2012 y que integran figuras como Steve Lukather, Todd Rundgren, Gregg
Rolie, Richard Page, Warren Hamm y Gregg Bissonette. Por ahora sólo tienen
fechas por Estados Unidos, así que habrá que confiar en que Macca le hable
maravillas de su última parada en el Calderón y se anime a visitarnos.