11 Desde 1968 hasta
2002, Roberto Cercelletta se hizo impunemente con los deseos que dejaron los
turistas
Algo más de 850 euros en 15 minutos. Esa era la suma que,
según la Policía romana, levantaba seis veces por semana Roberto Cercelletta.
“Levantaba” es el término más adecuado para describir lo que hacía este
italiano en la Fontana di Trevi : desde 1968 hasta 2002, cuando finalmente
decidieron arrestarlo, se llevó casi todos los deseos que dejaron los turistas.
Fue durante gran parte de esos 34 años una de las personas
más conocidas del lugar. Todos sabían lo que hacía pero no podían meterlo preso
porque, para la Justicia italiana en ese entonces, no cometía ningún delito.
Tenía dos modalidades para sacar las monedas: barría, las
juntaba y luego se agachaba para ‘levantarlas’, o con un imán con forma de
espada
Cercelletta era desocupado y tenía problemas mentales. Con
la complicidad de la penumbra de las primeras horas del día, se sumergía en las
aguas de la obra maestra barroca. Tenía dos modalidades para sacarlas: barría,
las juntaba en un sector de la fuente y luego se agachaba para levantarlas; o
con un imán con forma de espada, lo que agilizaba su tarea. Para la mayoría era
un personaje simpático.
Pero todo cambió en 1999. Ese año, una nueva ley destinada a
proteger los monumentos de la ciudad incluyó una prohibición para revisar las
fuentes, como la de Trevi, y estableció una multa para quienes lo hicieran. La
policía comenzó a multar a Cercelletta.
Un día hizo una locura: en señal de protesta ante los
intentos de sacarlo de la fuente y alejarlo de su botín, sacó una navaja y se
hizo varios cortes en la panza. Lo llevaron preso.
Ese 9 de agosto de 2002 el hombre dijo en la comisaría que,
en realidad, no juntaba tanto dinero. Y explicó que las monedas que sacaba las
compartía con otros indigentes y que si él no se las llevaba otra persona lo
haría. Y justificó que su arresto no era correcto porque se pasaban por alto
tres décadas de tradición. “No tendré derecho a hacerlo, pero lo hago desde
hace 34 años”, explicó.
Cuentan las crónicas de ese momento que, al escuchar ese
argumento, los efectivos que lo rodeaban comenzaron a sonreír, en una clara
muestra de simpatía. Pero en el resto de Italia se desató un escándalo. Es que,
supuestamente, todo lo arrojado por turistas en la fuente estaba destinado a
organizaciones benéficas. Para ellos, Cercelletta no era un personaje
simpático.
Estuvo en prisión poco tiempo. Y reapareció el 6 de marzo de
2011: volvió a entrar a la fuente y otra vez se hizo cortes en la panza. La
Policía, sin demasiadas vueltas, lo sacó. Murió en diciembre de 2013.
Dónde van las monedas de la fuente
En marzo de este año hubo una puja por los casi 1.400.000
euros que se recogen en la Fontana di Trevi y que en la actualidad se destinan
a Cáritas de Roma.
La alcaldesa Virginia Raggi quería destinar todo este
dinero, a partir de abril de 2018, al Ayuntamiento de la ciudad, pero las
críticas la hicieron cambiar de opinión y dio marcha atrás.
En un comunicado fechado el pasado 3 de abril, informaron
que “la Junta capitolina prorrogó hasta el 31 de diciembre de 2018 la cesión de
las monedas de la Fontana di Trevi a Cáritas de Roma, para destinarlas a
iniciativas de solidaridad y asistencia de las personas más frágiles”.
Los casi 1.400.000 euros que se recogen en la actualidad se
destinan a Cáritas de Roma