martes, 13 de abril de 2021

El 13 de abril de 1921

 

El 13 de abril de 1921 nacía en Scheveningen (Países Bajos) el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza. 

El decurso de su vida y los azares del destino han querido que, cien años después, la celebración de este aniversario redondo posea una especial relevancia para la cultura y el arte de España. La realidad de Madrid como una de las grandes capitales de Europa sería muy diferente a la actual si, en 1981, el barón Thyssen y la ex Miss España, Carmen Cervera, no se hubieran conocido en Cerdeña y hubieran iniciado una relación sentimental que les llevaría a contraer matrimonio en 1985. La intervención de su nueva esposa resultó determinante para que Heinrich von Thyssen valorase la posibilidad de convertir a España en la sede de su prestigiosa colección artística. A priori, las opciones de Madrid eran bajas en comparación con las de otras grandes metrópolis como Londres, Madrid, Bonn o Los Ángeles. El conocimiento que el barón tenía de España estaba bastante desenfocado; y si a esto se suma el prestigio cultural del que históricamente gozaban las ciudades antes mencionadas, las posibilidades de hacerse con la -por muchos considerada- mayor colección privada del mundo decrecían por momentos.

 ¿Por qué el Barón Thyssen fue un gran coleccionista?

En apenas diez años (1928-1938) reunió un gran catálogo de obras de grandes maestros, como Durero, Fra Angelico, Caravaggio o Fran Hals

 Heinrich von Thyssen, el coleccionista

El perfil de coleccionista de Heinrich von Thyssen poco tiene que ver con las nuevas estrellas del coleccionismo artístico. Si el paradigma del coleccionista actual es un joven emprendedor, que se ha hecho millonario en breve espacio de tiempo y que posee una escasa formación cultural, el paradigma de coleccionismo representado por el barón atiende a patrones más clásicos: aristócrata, con una colección heredada y que se encarga de enriquecer, y una contrastada formación que le lleva a comprar arte por algo más que el deseo de alcanzar un estatus social. Los coleccionistas actuales basan su política de adquisiciones en unos pocos nombres de artistas, cuyas obras otorgan un seguro y rápido prestigio social. No hay un auténtico gusto o criterio personal, sino la necesidad de parecerse los unos a los otros para pertenecer a la misma “tribu” de privilegiados. El resultado suele ser un panorama homologado, sin variedad ni sorpresas, regido por modas que terminan por aburrir. En contraste con esto, la colección Thyssen se caracteriza por una heterogeneidad y amplitud cronológica que la lleva a abarcar desde la Edad Media hasta los albores de la posmodernidad. Esta profundidad histórica -que, en la actualidad, solo podría hallarse en casos excepcionales como el del Museo Soumaya, sede la Fundación Carlos Slim- es lo que convierte al Museo Thyssen en un ejemplo de coleccionismo artístico en vías de extinción.