Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Hasta el 25 de Enero 2026
Es bien conocida la fascinación de Andy Warhol por Jackson
Pollock, su obsesión por contar con una obra suya en su amplia colección de
arte o la relación de su famosa serie de choques de automóviles con el mítico
accidente que acabó con la vida de Pollock una noche de agosto de 1956.
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza organiza una exposición
que reúne la obra de estos dos nombres clave en el arte del siglo XX, a los que
se unen otros y otras artistas que, en ese mismo periodo, replantean problemas
relacionados con las nuevas estrategias espaciales. Se trata de dos figuras
extraordinariamente complejas, en apariencia muy distintas, pero unidas, como
toda una generación de artistas, por sus preocupaciones hacia los cambios en la
tradición pictórica, lo espacial o la fascinación por los grandes formatos.

La oportunidad de contemplar estas obras reunidas en las
salas de la exposición permite descubrir que ni Jackson Pollock fue siempre un
“maestro abstracto” ni Andy Warhol únicamente el artista ocupado por temas
banales, de masas, representados desapasionadamente. A medio camino entre lo
abstracto y lo figurativo, cada uno a su modo, propusieron revisitar el
concepto de espacio, su uso como lugar de ocultamiento y capas; ambos
trastocaron la noción del fondo y de la figura, y ambos se centraron en un
proyecto que, en sus estrategias pictóricas, les servía como camuflaje. Se
trataba en los dos casos de un proyecto hasta cierto punto autobiográfico para
unos artistas que trabajaron sobre la repetición, la serialidad y la
abstractización como forma de mostrar nuevas formas de mirar en el mundo que
les tocó vivir.