Proceden de un álbum de su amante Eva Braun rescatado por un
fotógrafo británico en el búnker de Berlín
Aunque probablemente se trata del mayor asesino de la
historia, todo lo relacionado con Adolf Hitler (1889-1945) sigue suscitando un
morboso interés. El próximo 15 de marzo, una casa de subastas del Sureste de
Inglaterra sacará a la venta un álbum de fotos que perteneció a Eva Braun, la
amante y luego esposa del genocida. El precio de salida es de 21.600 euros. La
curiosidad es que entre las 73 imágenes inéditas hay algunas de Hitler y su
camarilla en un ambiente relajado, que rompe el escrupuloso cuidado de su
imagen de los nazis. En una de las fotos, Hitler pasea por un camino de su
mansión de descanso de Berghof, en los Alpes bávaros, con un gesto que casi
parece una de las parodias que le dedicó Chaplin.
Pocas semanas después del suicidio, el fotógrafo de guerra
inglés Edward Dean entró en el búnker berlinés de Hitler con las tropas rusas y
con el afamado periodista Richard Dimbleby. Un soldado soviético abrió a punta
de bayoneta el armario cerrado de la habitación de Eva Braun. Había ropa
interior, un frasco de colonia y un álbum de fotos con la esvástica dibujada en
portada. El fotógrafo se quedó con el cuaderno, que todavía hoy, 72 años
después, se asegura que huele a la colonia de Braun.
Coleccionistas
En los años ochenta, Dean vendió el álbum a un coleccionista
de recuerdos de su guerra, quien tras guardarlo durante treinta años lo vendió
a otro, que a su vez lo saca ahora a puja en la casa de subastas C&T, de
Ashford (Kent). Las fotografías ven así la luz pública por vez primera. La
novedad es que algunas de ellas muestran imágenes ligeras de Hitler y su
círculo de colaboradores, figuras tan terribles y conocidas como Himmler,
Goering y Goebbels. En dos de las instantáneas, Hilter sonríe rodeado de niños
y vecinos de Berghof. En otra medita con unos papeles en la terraza de su refugio
alpino y en la más curiosa pasea con pose chaplinesca. Goering, el responsable
de la Lufwaffe, aparece subiendo a un coche. Goebbels, jefe del aparato de
propaganda, es aclamado por una multitud en Berghof, y Himmler, el implacable
líder de las SS, sonríe a la cámara de manera aviesa.
No sé sabe quien tomó las fotografías, pero se cree que dado
el nivel de acceso, el autor tuvo que ser un escolta o la propia Eva Braun, que
es lo más probable, pues no aparece en las imágenes. Braun tenía conocimientos de
fotografía y son bien conocidas ya muchas películas cortas e imágenes de tono
idealizante que tomó en Berghof.
Fotógrafos de Hitler
«Los fotógrafos de Hitler eran muy cuidadosos con la imagen
y es muy raro ver fotos de él que no hayan pasado por la censura», explican en
la casa de subastas inglesa. También señalan que «en el mercado abierto hay muy
pocos objetos de los últimos días del búnker de Berlín». Otras fotos muestran
el despacho vacío de Hitler en la cancillería del Reich, en Berlín, y a soldados
alemanes en todo positivo.
Desde 1935, Hitler pasó casa vez más tiempo en su refugio de
Berghof, un chalé alpino en origen, que fue ampliando sucesivamente, hasta
dotarlo de un sistema de comunicaciones que le permitió dirigir desde allí la
guerra. A los ingleses les queda el desdoro de que allí recibió corteses
visitas de Neville Chamberlain, Lloyd George y los Duques de Windsor. Los
coqueteos nazis de Eduardo VIII, que abdicó en diciembre de 1936 y pasó a
convertirse en Duque de Windsor, se consideran bien probados. En 2015 apareció
una polémica película casera de 1933, en las que siendo niña la actual reina
Isabel hacía el saludo nazi animada por su tío Eduardo. Se cree que quien rodó
la bochornosa imagen fue el padre de Isabel, el futuro rey Jorge VI, muy
aficionado al cine y la fotografía.
Berghof fue bombardeado con intensidad por los británicos
solo doce días antes del fin de la guerra. En 1952, el Gobierno alemán lo
derruyó para que no se convirtiese en un santuario neonazi.