La muestra es la coronación del 500.º aniversario de la
muerte de Da Vinci
Imbatible Mona Lisa sigue sonriendo día tras día a todos sus
admiradores desde su nueva ubicación
La exposición que abrirá el 24 de octubre en el Louvre, y
que el martes por la noche recibió la confirmación de un importante préstamo
italiano, que había sido suspendido por el gobierno de Mateo Salvini, es la
coronación del 500.º aniversario de la muerte de Da Vinci y se anuncia como la
más importante del rosario de festejos.
La suma de Leonardo y del Louvre, desde el 31 de diciembre
pasado el museo récord en el mundo con sus más de diez millones de visitantes
anuales, ha desencadenado una demanda de entradas sin precedentes. A un mes de
la muestra, ya hay 110.000 reservas. Porque además no existirá la posibilidad
de pasar por taquillas físicas. La única vía para obtener una franja horaria de
visita es Ticketlouvre.fr.
Cesión
estelar
Del préstamo italiano destaca un dibujo excepcional: ‘El
hombre de Vitruvio’
El Louvre aconseja por otra parte a los millones de
admiradores de Mona Lisa , el único cuadro que recibe en espacio propio y que
no estará integrado en la exposición, que reserven sus horarios de visita por
internet. Porque desde que a finales de julio la mudaron, de su espacio
personal en la Salle des États (en renovación) al segundo piso del ala
Richelieu, el tiempo de cola para verla no sólo se cuenta por horas, sino que
atosiga taquillas y corredores.
De ahí que la reserva en la red, hasta hace poco un recurso
complementario, amenace con volverse obligatoria. Incluso empieza a hablarse de
un enfrentamiento cuantitativo entre los 500 años de Da Vinci y los 3.000 de
Tutankamón. Si los tesoros de la momia acaban de batir todos los récords para
una exposición en Francia, con 1.423.170 visitantes, su éxito empezó antes de
abrir las puertas, gracias a las 150.000 entradas vendidas por internet. Y a la
decisión de que la red fuera la única taquilla.
La exposición Da Vinci puede superar esas 150.000 entradas
de aquí al día 24. Así, terminaría de convencer a las autoridades del Louvre de
que el futuro de la taquilla es virtual. ¿Un futuro sin colas? Es decir, sin el
peso para el museo en organización y salarios y de intemperies y nervios para
los visitantes. Además, la reserva previa –dicen– permitiría organizar
aperturas suplementarias, en caso de gran afluencia.
Y hay que considerar que el Louvre es un pueblo de 2.200
personas (entre conservadores, científicos, operarios, vigilantes), con
14,5 km de salas y pasillos y 72.735 m2de salas de exposición, que presentan
38.000 obras (sobre las 568.000 conservadas en el edificio).
Es decir que a la vida cotidiana de ese pueblo, más la de la
Gioconda , se le sumarán los clientes de Da Vinci. Por eso, tras el fiasco
paradójico de Vermeer (éxito de público, en el 2017, pero caos de colas y
espacio), a Da Vinci se le ha otorgado un pabellón íntegro (el Napoleón). Y es
porque una de las claves del caos Vermeer fue que la venta por internet
abriera junto con la exposición, que la de Da Vinci se anticipó mes y medio.
Entradas virtuales
El museo aconseja a los visitantes que reserven sus horarios
de visita por internet
Ahora bien, toda exposición debe contar una historia y las
de Da Vinci se suceden al ritmo, casi, de las dedicadas a Picasso. El propio
Louvre expuso una rica selección de dibujos en el 2003 y otra sobre su Santa
Ana , nueve años después. Un año antes Londres reunía 325.000 visitantes en tres
meses con el contrapunto de las dos vírgenes de Da Vinci. En el 2015 hubo
retrospectiva en Milán. Más recientemente Florencia expuso a Verrocchio,
maestro de Da Vinci y en el Clos Luce, último domicilio del inventor, pintor y
dibujante zurdo, hay actualmente una muestra estudio sobre La última cena , y
hasta el 7 de octubre, el Condé de Chantilly muestra la Mona Lisa desnuda.
De la próxima se conoce poco. Pero el préstamo italiano
incluye un dibujo excepcional ( El hombre de Vitruvio , de 1490, y frágil, por
lo que solo estará en París algunas semanas) otros cuatro dibujos y dos copias
de óleos. A cambio, según el acuerdo firmado por los ministros de Cultura de
ambos países, el Louvre presta cinco Rafael a Roma, para una gran exposición
que abrirá en marzo.
De Italia llegaron ya otros trece préstamos de distintos
museos, incluida la célebre e inconclusa
Scapigliata , de la Galería Nacional de Parma. Y una
escultura de grupo, en bronce, de Verrocchio, La incredulidad de santo Tomás ,
“decisiva en la formación del joven Leonardo” .
Opinión autorizada: lo afirman Vincent Delieuvin, a cargo de
la pintura italiana del siglo XVI en el Louvre, y su colega Louis Franck,
archivista y paleógrafo, miembro del departamento de artes gráficas, comisarios
de la exposición Da Vinci. Los comisarios prometen originalidad: “Desde hace
diez años hemos revisado toda la documentación existente y un corpus de textos
literarios y poéticos, en latín e italiano, del siglo XVI”. También compararon,
en los óleos, dibujos subyacentes, con otros, preparatorios, de taller. Y
trazaron cartografía de pigmentos “para detallar el procedimiento creativo de
Leonardo y el del taller, por ejemplo”.