Els quaranta dies del Musa Dagh, que Edicions de 1984
publica en una buena traducción al catalán de Ramon Monton (en castellano está
descatalogada), está considerada como la gran novela del genocidio armenio. La
publicó en 1933, justo el año en que Hitler llegó al poder, el judío austriaco
Franz Werfel, que en 1938 se vio obligado a exiliarse a EEUU ante el avance del
dictador alemán. La novela fue, en cierto modo, un avance de la barbarie que
iba a azotar Europa, hecho que explica que fuera el libro más leído por los
judíos del gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra
Mundial.
Werfel, que en 1929 se había casado con Alma, viuda de Gustav Mahler, tuvo
la idea de escribir Els quaranta dies del Musa Dagh después de un viaje
que aquel mismo año realizó por Oriente Próximo. Allí vio a miles de refugiados
armenios, entre ellos muchos niños y mutilados, y tuvo noticia de los horrores
que había ocasionado la deportación de miles de armenios ordenada por el
gobierno de los Jóvenes Turcos. Millón y medio de personas murieron en aquel
holocausto del que se cumplen ahora cien años.
A la vuelta de su viaje, Werfel se documentó a fondo sobre el genocidio y
decidió escribir una novela a partir de la resistencia que los habitantes de
seis aldeas armenias organizan, en 1915, en la montaña de Musa Dagh (montaña de
Moisés), a orillas del Mediterráneo, ante la persecución a que los someten las
tropas turcas.
Estamos ante una novela coral que en algunas ocasiones muestra gran aliento
literario y en otras tienes la sensación de que se alarga demasiado. Es muy
probable que las casi mil páginas de la edición en catalán se habrían acortado
de haberse publicado por primera vez ahora, pero la novela de Werfel es un
fruto de otra época que ha logrado superar la prueba definitiva: continua
siendo interesante más de 80 años después de su aparición.
De entre los muchos personajes que aparecen en la novela, el de Gabriel
Bagradian se erige en principal. Se trata de un comerciante armenio de París,
casado con una francesa, que sentirá la fuerza de la tierra cuando regresa con
su mujer y su hijo al pueblo armenio de Yoghunoluk, situado en territorio de
Turquía y en la cercanía de la frontera de Siria. Tras comprobar la injusticia
de que son objeto sus compatriotas, participa activamente en la defensa que
organizan en la montaña de Musa Dagh, donde se refugian mal armados con sus
pertenencias y donde intentan llamar la atención de los barcos extranjeros que
patrullan por la zona.
La novela parte de unos hechos históricos que Werfel
noveliza a partir de una serie de personajes que incluyen a sacerdotes,
médicos, periodistas y gente llana del pueblo. La esposa y el hijo de Gabriel
Bragadian también juegan un papel destacado en una novela que incluye una
historia de amor en medio de un mundo en guerra. El personaje del pastor
protestante Johannes Lepsius, un misionero y orientalista real que defendió a
los armenios frente a las atrocidades de los turcos, es otro personaje
destacado en esta novela en la que la resistencia de los armenios de Musa Dagh
es en todo momento el tema central.
Resistencia y diáspora
La resistencia en Musa Dagh se prolongó en realidad 53 días, hasta que un
barco francés rescató a los refugiados armenios y los evacuó a Egipto. Werfel,
sin embargo, prefirió reducirla a 40 días, ya que le parecía un número más
bíblico. Recordemos, por ejemplo, los 40 días que Jesús se retira a meditar al
desierto.
Cuentan que cuando en 1938 Hitler planeó invadir en Polonia y eliminar a los
judíos, uno de sus generales objetó que el mundo no se lo perdonaría. La cínica
respuesta del dictador fue: «¿Y quién se acuerda hoy del genocidio armenio?»
Libros como el de Werfel sirven para que persista la memoria de un genocidio
olvidado, de un genocidio que, cien años después de perpetrado, por increíble
que parezca, sólo es reconocido en todo el mundo por veintidós países.