lunes, 20 de abril de 2015

¿Llegaron los chinos a América antes que Cristóbal Colón?



Investigadores de la Universidad de Colorado han encontrado objetos de origen asiático en Alaska

Un grupo de investigadores de la Universidad de Colorado ha identificado objetos de origen asiático, fechado de antes de la llegada de Cristóbal Colón a América. Así lo explica en la revista ´Live Science´ el arqueólogo Owen Mason. Las conclusiones de los arqueólogos se basan en un silbato y una hebilla con miles de años de antigüedad encontrados en el cabo Espenberg, en Alaska.
Según los expertos, dichos objetos tienen una antigüedad superior a los 1.400 años. Ambos objetos cuentan además con características que dejan claro su origen asiático. Uno de los principales indicadores sería que están hechos en bronce, un metal que no había sido descubierto en América en aquellas fechas.
Estos hallazgos se sumarían a otros desvelados recientemente, que ponen en entredicho que Cristóbal Colón descubrió el continente americano. De esta manera, antes de que la Pinta, la Niña y la Santa María llegaran a tierra americana, ya se habría producido otro desembarco previo.

La gran novela del genocidio armenio



Els quaranta dies del Musa Dagh, que Edicions de 1984 publica en una buena traducción al catalán de Ramon Monton (en castellano está descatalogada), está considerada como la gran novela del genocidio armenio. La publicó en 1933, justo el año en que Hitler llegó al poder, el judío austriaco Franz Werfel, que en 1938 se vio obligado a exiliarse a EEUU ante el avance del dictador alemán. La novela fue, en cierto modo, un avance de la barbarie que iba a azotar Europa, hecho que explica que fuera el libro más leído por los judíos del gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial.
Werfel, que en 1929 se había casado con Alma, viuda de Gustav Mahler, tuvo la idea de escribir Els quaranta dies del Musa Dagh después de un viaje que aquel mismo año realizó por Oriente Próximo. Allí vio a miles de refugiados armenios, entre ellos muchos niños y mutilados, y tuvo noticia de los horrores que había ocasionado la deportación de miles de armenios ordenada por el gobierno de los Jóvenes Turcos. Millón y medio de personas murieron en aquel holocausto del que se cumplen ahora cien años.
A la vuelta de su viaje, Werfel se documentó a fondo sobre el genocidio y decidió escribir una novela a partir de la resistencia que los habitantes de seis aldeas armenias organizan, en 1915, en la montaña de Musa Dagh (montaña de Moisés), a orillas del Mediterráneo, ante la persecución a que los someten las tropas turcas.
Estamos ante una novela coral que en algunas ocasiones muestra gran aliento literario y en otras tienes la sensación de que se alarga demasiado. Es muy probable que las casi mil páginas de la edición en catalán se habrían acortado de haberse publicado por primera vez ahora, pero la novela de Werfel es un fruto de otra época que ha logrado superar la prueba definitiva: continua siendo interesante más de 80 años después de su aparición.
De entre los muchos personajes que aparecen en la novela, el de Gabriel Bagradian se erige en principal. Se trata de un comerciante armenio de París, casado con una francesa, que sentirá la fuerza de la tierra cuando regresa con su mujer y su hijo al pueblo armenio de Yoghunoluk, situado en territorio de Turquía y en la cercanía de la frontera de Siria. Tras comprobar la injusticia de que son objeto sus compatriotas, participa activamente en la defensa que organizan en la montaña de Musa Dagh, donde se refugian mal armados con sus pertenencias y donde intentan llamar la atención de los barcos extranjeros que patrullan por la zona.
La novela parte de unos hechos históricos que Werfel noveliza a partir de una serie de personajes que incluyen a sacerdotes, médicos, periodistas y gente llana del pueblo. La esposa y el hijo de Gabriel Bragadian también juegan un papel destacado en una novela que incluye una historia de amor en medio de un mundo en guerra. El personaje del pastor protestante Johannes Lepsius, un misionero y orientalista real que defendió a los armenios frente a las atrocidades de los turcos, es otro personaje destacado en esta novela en la que la resistencia de los armenios de Musa Dagh es en todo momento el tema central.

Resistencia y diáspora

La resistencia en Musa Dagh se prolongó en realidad 53 días, hasta que un barco francés rescató a los refugiados armenios y los evacuó a Egipto. Werfel, sin embargo, prefirió reducirla a 40 días, ya que le parecía un número más bíblico. Recordemos, por ejemplo, los 40 días que Jesús se retira a meditar al desierto.
Cuentan que cuando en 1938 Hitler planeó invadir en Polonia y eliminar a los judíos, uno de sus generales objetó que el mundo no se lo perdonaría. La cínica respuesta del dictador fue: «¿Y quién se acuerda hoy del genocidio armenio?» Libros como el de Werfel sirven para que persista la memoria de un genocidio olvidado, de un genocidio que, cien años después de perpetrado, por increíble que parezca, sólo es reconocido en todo el mundo por veintidós países.