domingo, 17 de septiembre de 2023

Los ricos de Madrid concentran el 70% de sus bienes de lujo en arte por motivos fiscales

De los 854 millones de euros que los declarantes de Patrimonio tienen en obras artísticas en todo el país, más de 570 millones están en la región central

Los bienes de lujo conforman una pequeña gota de agua en el océano de riqueza que declaran anualmente los contribuyentes más acaudalados de España en el tradicional impuesto sobre el patrimonio. En concreto, de los casi 850.000 millones de euros que los obligados tributarios atesoraban a cierre de 2021 en inmuebles, rentas, acciones y participaciones empresariales y otra serie de conceptos, tan solo 1.892 millones, el 0,22%, correspondían a los conocidos como bienes suntuarios. Este grupo está formado, entre otros, por las joyas, las obras de arte, los vehículos de lujo o los yates. Y sirve además para analizar el comportamiento de unos y otros contribuyentes a la hora de aprovechar los beneficios fiscales que ofrece la legislación tributaria.

Al desagregar los diferentes bienes de lujo, según muestran los datos actualizados esta semana por la Agencia Tributaria, los ricos españoles suelen elegir a la hora de invertir su riqueza en joyas, pieles, vehículos, embarcaciones y aeronaves. La única excepción es Madrid, donde los grandes patrimonios parecen decantarse mayoritariamente por las obras de arte.

En concreto, de los 1.892 millones declarados en el conjunto del país en bienes de lujo durante 2021 –último ejercicio con cifras disponibles– el 54,8% correspondía al primer grupo, mientras que solo el 45,2% se debía a antigüedades y piezas y objetos artísticos. En casi todas las comunidades autónomas la proporción de joyas y vehículos supera con creces la de obras de arte, que en varios casos se sitúa incluso por debajo del 10%. La única excepción es Madrid, en donde un notable 70% del valor de los bienes suntuarios viene exclusivamente del arte y las antigüedades.

Este fenómeno, apuntan fuentes tributarias, se explica por varias razones, aunque la más habitual es la fiscal. Cabe recordar que el impuesto sobre el patrimonio está bonificado al 100% en la Comunidad de Madrid desde hace más de 10 años, por lo que los declarantes de la región no tienen que abonar ni un solo euro por esta figura. Sin embargo, prosiguen estas fuentes, la inversión en arte se ha entendido siempre como un valor refugio debido a las exenciones previstas en la ley, por lo que los altos patrimonios del país, “que son los que mejor asesoramiento reciben”, la han ido explotando año a año. Así, dado que las mayores fortunas están en Madrid, “la región se ha convertido en un foco de tenencia de bienes artísticos”.

Sin ir más lejos, de los 854 millones de euros declarados en arte y antigüedades en toda España, más de 570 millones (el 67%) provenían únicamente del territorio presidido por Isabel Díaz Ayuso. A gran distancia, con 138 y 82 millones, se encontraban respectivamente Cataluña y Galicia.

 La inversión en arte para aminorar la factura fiscal cuenta con varias posibilidades en la ley del impuesto sobre el patrimonio. De entrada, hay una serie de bienes inventariados y catalogados que cuentan con una exención total siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos en cuanto al precio y la antigüedad.

Así, a efectos de la aplicación de la exención en Patrimonio, se consideran objetos de arte las pinturas, esculturas, dibujos, grabados, litografías u otros análogos, siempre que sean obras originales y estén catalogadas. También cuentan con esta ventaja fiscal las antigüedades con más de 100 años que no hayan sido alteradas en el último siglo. Eso sí, hay ciertos límites en cuanto al valor de los bienes.

Por ejemplo, quedan exentas las obras pictóricas y escultóricas cuyo precio esté por debajo de los 90.151 euros siempre y cuando tengan menos de 100 años de antigüedad. Cuando superan esta franja temporal, las pinturas estarán limitadas hasta 60.101 euros y las esculturas, hasta los 42.070 euros. A la larga lista de bienes se suman colecciones de libros o instrumentos musicales por debajo de 42.070 euros y alfombras o tapices que no lleguen a los 30.050 euros, entre otros.

El impuesto, sin embargo, también contempla exenciones para obras de mucho más valor. En estos casos, basta con que los propietarios las cedan a fundaciones, museos o instituciones culturales públicas o privadas para su exhibición por un periodo mínimo de tres años.

Blindaje

 Aunque el gravamen sobre la riqueza está bonificado en Madrid en su totalidad, la compra de arte también supone un seguro para los contribuyentes de la región ante posibles imprevistos. Según explican estas mismas fuentes, la reciente puesta en marcha del impuesto de solidaridad sobre las grandes fortunas por parte del Gobierno central es la última prueba de ello.

La figura especial, por ahora de carácter temporal, está pensada para neutralizar los descuentos en Patrimonio que aplica desde hace años Madrid, a los que se han sumado ahora territorios como Andalucía o Comunidad Valenciana. Sin embargo, como su diseño está inspirado en el impuesto original, determinados bienes artísticos seguirán estando exentos, por lo que no tendrán que tributar.

Estos artículos y objetos también podrían servir de escudo en una hipotética reforma de la ley de financiación autonómica que obligue a las regiones a fijar unos tipos mínimos en Patrimonio para poner fin a la carrera fiscal a la baja. Por todo ello, añaden, no es de extrañar que el valor de los bienes suntuarios declarados en España haya crecido tanto en los últimos 10 años. En 2011, sumaron 844 millones. Hoy, más de 1.890 millones, un aumento del 124%.

Pablo Sempere