domingo, 3 de julio de 2016

Salvar los orígenes de Pablo Picasso



Una comisión mixta formada por el Ateneo y la Universidad aportará ideas para la restauración por la Junta del Aula de Picasso y el Palomar
«Todo empezó aquí», cuenta Diego Rodríguez Vargas, presidente del Ateneo, que comentó Christine Picasso, nuera del pintor, al entrar en el Aula de Picasso, en el edificio del Ateneo, en el que pudo encontrar caballetes, moldes de escayola, bustos de este material y hasta una placa conmemorativa de que su suegro estudió allí de niño. Estaba acompañada por el entonces delegado de Cultura, el ateneísta Fernando Arcas, cuando todavía buscaba una sede para el Museo Picasso en los años noventa.
No fue la primera vez que el entorno de Picasso visitó este reducto detenido en el tiempo de la vieja Escuela de Bellas Artes, en la que José Ruiz Blasco, el padre del pintor, fue primero alumno y luego profesor de Dibujo Lineal y Adorno de 1876 a 1891, cuando se traslada con la familia a La Coruña. En 1955 la amiga de Picasso, la fotógrafa Lee Miller, y su marido, el biógrafo del pintor, Roland Penrose, acudieron a Málaga a conocer la huella picassiana, con las indicaciones del artista y de su secretario Jaime Sabartés.
De la visita, Penrose escribió en su autobiografía: «Más instructivo fue comprobar que en la escuela de arte medio abandonada se respiraba aquel ambiente académico en el que Picasso recibió sus primeras clases, palpable en las filas de moldes polvorientos, pájaros disecados, caballetes y tablas de dibujo».
El Aula de Picasso está situada sobre el salón de actos del actual Ateneo, institución que desde el año 2000 ocupa parte de este enorme edificio del XVII, construido originalmente como colegio noviciado de los jesuitas. El Ateneo ha conservado en este aula hasta hace poco buena parte de su importante fondo pictórico.
Pero no es lo único que queda de la escuela: ya en los terrenos del Colegio de Prácticas Número 1, que comparte el mismo edificio, se encuentra el llamado Palomar, el antiguo aula de Dibujo al Natural con amplios ventanales y vistas de ensueño a los tejados de la Málaga de los siglos XVIII y XIX que marcaron la infancia de Picasso.
Ateneo-UMA
Sorprende que estos dos espacios tan ligados al pintor más famoso del siglo pasado, sobre todo el primero, sigan en el olvido en su ciudad natal. Por este motivo el Ateneo y la Universidad de Málaga van a poner en marcha una comisión mixta para proponer ideas a la Delegación de Cultura de la Junta, con el fin de que se rehabiliten y puedan ser incluidos en el circuito picassiano.
«Sería un reclamo turístico de primer orden, enlaza con los miembros de la escuela pictórica malagueña del XIX, que enseñaron aquí y fueron los primeros referentes de Picasso y cuya pintura se encuentra en los fondos del Museo de Bellas Artes»,