Gracias a su exposición sobre Picasso, el museo es el único
de los grandes, junto al Guggenheim de Bilbao, que crece en visitantes en un
2017 en el que el Thyssen perdió un 20% y el Prado casi un 7
Picasso, siempre Picasso. Apelar al magnetismo del malagueño
suele ser una apuesta segura. Ayer, hoy y probablemente mañana. Subastas,
exposiciones, reportajes... Picasso siempre está de moda. Ya intuían los
responsables del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, cuando el 5 de
abril del año pasado inauguraban la exposición «Piedad y terror en Picasso. El
camino a Guernica», que aquella muestra estaba llamada a romper todas las
barreras de afluencia. No ha superado el récord de 730.000 visitas que alcanzó
en 2013 «Dalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades
plásticas», pero se ha quedado muy cerca, tras cerrar el 4 de septiembre con un
total de 681.127 personas. Es, sin apelativos, la exposición más vista de
nuestro país en 2017 y la tabla de salvación a la que se ha agarrado el Reina
Sofía para salir indemne y hasta airoso de un mal año para los grandes museos
españoles.
De hecho, la institución dirigida por Manuel Borja-Villel ha
logrado un crecimiento del 3,6% de público respecto al año anterior, hasta sumar
3.880.812 entradas. Prácticamente un cuarto de sus visitas se deben al tirón
del «Guernica», lo cual es muy revelador del citado magnetismo de Picasso, pero
desde el centro se felicitan también de la buena acogida de los monográficos de
Bruce Conner y William Kentridge, entre otros. Solo el Guggenheim de Bilbao,
con 1,3 millones de visitantes y una subida del 13% en el «mejor año de su
historia», según sus responsables, puede vanagloriarse también, entre los
grandes museos, de haber hecho más caja que en 2016.
La entrada única
En cambio, el Prado y el Thyssen, que engloban las dos
colecciones de arte clásico más importantes de España, han sufrido un serio
revés. El más espectacular, el del Thyssen: un 20% menos de visitantes que en
2016, con 850.496. De nuevo Picasso, en este caso de la muestra «Picasso y
Lautrec», ha sido el buque insignia del Thyssen, con 119.670 espectadores,
cifra que crecerá, ya que la muestra sigue vigente. Este es prácticamente el
primer año en el que se puede calibrar el impacto del sistema de entrada única
(a la colección permanente y a las exposiciones temporales) que la pinacoteca
ubicada en el Palacio de Villahermosa implantó en febrero de 2016.
Por su parte, el Prado ha caído un 6,9%. Acumuló en 2017 un
total de 2.824.404 visitantes, de los cuales 485.178 acudieron a la muestra
«Tesoros de la Hispanic Society of America», la más vista de esta pinacoteca el
pasado año. Aunque el descenso es notorio, la institución valora que ha logrado
consolidar los 2,7 millones de visitantes que se fijaron como objetivo, un
entorno en el que vienen moviéndose durante los últimos años. Estos días, desde
su apertura el 21 de noviembre, la pinacoteca intenta arrancar el año nuevo con
mejores perspectivas mediante la muestra «Fortuny (1838-1874)», que hasta el 31
de diciembre ha sumado 120.681.
En cuanto a los 16 centros que se engloban en la red de
museos estatales, todo son parabienes: con un 5,4% más de visitantes, un total
de 2,9 millones, 2017 fue el mejor año en la historia de este conglomerado de
casas dependientes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Encabeza la
lista el Arqueológico Nacional, con un total de 543.027 visitantes. Otros
espacios como el Museo Sorolla o el de Antropología han alcanzado igualmente
cifras récord.