viernes, 27 de marzo de 2020

Imma Prieto, directora de Es Baluard Museu: "Ahora más que nunca hay que huir del espectáculo y apostar por la transmisión de conocimiento"


Imma Prieto, directora de Es Baluard Museu: "Ahora más que nunca hay que huir del espectáculo y apostar por la transmisión de conocimiento"
"Desde el ámbito de la cultura hay que trabajar con contenidos que generen valores en la sociedad".
"Pienso es el momento de establecer nuevos programas online, desde debates abiertos a actividades para niños"

jueves, 26 de marzo de 2020

Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía


Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía: "Nos tendremos que sentar a reflexionar sobre todo lo que estamos viviendo estos días y ver cómo se puede reordenar el sector"

"El sistema del arte ha pecado, como el resto de la sociedad, en centrarse demasiado en la producción y poco en los procesos, demasiado en los resultados cuantificables y menos en las personas así que habrá que reformularse, centrándose más en la investigación e intentando potenciarla".
"Al margen de esta circunstancia temporal, el Reina Sofía lleva años trabajando en dotar a la Web de contenidos y en acercarlos al público utilizando todas las herramientas posibles, incluidas las redes sociales".

martes, 24 de marzo de 2020

Mi primera epidemia fue Hitler, mi segundo Stalin.



THEODOR KALLIFATIDES

A los 81 años no ha ganado escepticismo, pero sí una conciencia renovada al asomarse al fondo de su pasado. «Caminando por Atenas y por el interior del Peloponeso observé a la gente de mi edad, intenté comprender sus realidades. Y hubo en ese ejercicio algo desolador: Europa ha hecho de la vejez una enfermedad. El viejo ya no es un ciudadano más. Eso es brutal».

Delgado, alto, con los surcos de la edad en el rostro noble, nada indica que este hombre aloje un gramo de cansancio. Y, sin embargo, en los ojos medianos y gentiles asoma un cierto desengaño. «Muchos olvidan que ser libre es un privilegio de la edad. Y Otra vida por vivir es parte de ese privilegio».
Ser libre, dice...

- Albert Camus nos advirtió que la libertad se construye desde la bondad, y eso es lo que hoy no tenemos. En Lesbos vi a centenares de griegos desbordados por las oleadas de inmigrantes volcados en ayudar, abriendo sus casas a los que llegaban a las costas. Entonces comprendí que sólo la gente pobre se vuelca en verdad en la ayuda de sus semejantes, pues ellos conocen bien la intemperie.



sábado, 21 de marzo de 2020

Ifema se convierte en un espacio de contención contra el coronavirus


Imagen del montaje de Ifema para acoger a enfermos de coronavirus.EFE


El recinto ferial de Ifema, en Madrid, se ha vaciado de ferias y ha pasado a convertirse en un muro de contención frente al coronavirus, con la transformación de uno de sus pabellones en un hospital provisional y de otro en un albergue para acoger a personas sin hogar asintomáticas.
La Comunidad de Madrid ya ha comenzado a acondicionar el pabellón 9 de Ifema que acogerá el hospital provisional, una iniciativa inspirada en las denominadas Arcas de Noé de la ciudad china de Wuhan, epicentro de la pandemia.
El objetivo de este tipo de instalaciones era acoger a un gran número de enfermos con síntomas leves e intentar evitar que la enfermedad, muy transmisible, siguiera propagándose.
Ahora cumplirá esta función el pabellón 9 de Ifema, donde el Gobierno regional en colaboración con el Ministerio de Sanidad y con el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) instalará 5.500 camas para casos leves de coronavirus y una UCI para los más graves.
Este mismo pabellón acogió recientemente, del 26 de febrero al 1 de marzo, la feria de arte contemporáneo (ARCO), una de las últimas celebradas en Ifema.
La edición estuvo marcada por la preocupación de la expansión del coronavirus, visibilizada en detalles como la instalación de numerosos dispensadores de geles desinfectantes y carteles informativos con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la enfermedad.

miércoles, 18 de marzo de 2020

UN CUADRO AL DÍA Picasso y el terror de las víctimas


Los museos cierran sus puertas, pero la contemplación del arte sigue abierta. Cada día, destacamos una obra visitable en la red y surgida del diálogo entre dos creadores. Hoy: el 'Guernica', que el malagueño pintó bajo el poderoso influjo de Rubens


'Guernica' (1937), de Pablo Picasso. MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA




“En Roma está el Papa, pero en Nápoles está Dios”. Y así Jean Cocteau sacó a Pablo Picasso de la capital italiana. En febrero de 1917, el escritor y el pintor montaron un viaje relámpago en el que el malagueño conoció a su futura mujer, la bailarina de los Ballets Rusos Olga Khokhlova, y también el impresionante Los horrores de la guerra (1640), de Rubens, en el Palazzo Pitti (Florencia). El devorador de imágenes, que convirtió a la tradición en su mejor colaborador, partió de ese inmenso lienzo donde la destrucción, la barbarie y el dolor habían quedado tan bien fijadas que se bebió al maestro barroco y levantó Guernica veinte años después. El cuadro se conserva y exhibe en el Reina Sofía de Madrid y puede visitarse virtualmente y en alta definición en la web del museo durante el cierre provocado por la cuarentena.


El Gran Duque Fernando II de Toscana quería una alegoría de la Guerra de los Treinta Años, el conflicto bélico más grande del siglo XVII, que involucró desde Suecia hasta España, entre 1618 y 1648. Un encargo similar llega a Picasso del Gobierno de la República Española para dar a conocer al mundo la miseria de la Guerra Civil española en la Exposición Internacional de París, en 1937. Picasso decide invertir la composición –como si fuera un espejo– y desplaza el movimiento de derecha a izquierda, con el mismo número de personajes (sin los cuatro amorcillos), la misma tensión dramática, las mismas expresiones de terror y con la culminación de dos mujeres que, desgarradas ante la subversión del orden social, levantan los brazos al cielo.


Picasso también incluye el espanto de la madre con su hijo, pero prefiere dar un paso más allá en el drama y representarlo fallecido. Alecto, el personaje mitológico que porta la antorcha (vive en el mundo tenebroso), tiene su acto reflejo en la lámpara que aparece en la parte alta de Guernica. Ahí está igualmente la figura del arquitecto muerto, que Rubens presenta con un compás en una mano y un escoplo en la otra. Y, por supuesto, la paz: el pintor barroco la muestra convertida en una rama de olivo. En la versión picassiana es una flor que resiste a la guerra.
A este evidente reflejo, la historiografía ha preferido denominarlo calco topológico, en lugar de fotocopia apocalíptica –demasiado peyorativo, dada la variedad monocromática con la que actuó Picasso– o incluso apropiación cultural, porque hace propia la idea de Rubens para tomar posición en el mundo. El otro día, un buen amigo me preguntó si imaginaba la violencia de la pintura flamenca en la tradición española. Y la pregunta quedó sin resolver hasta hoy.