El Kunstmuseum de Basilea certifica con 80 obras la
influencia en el malagueño en la etapa azul, el cubismo y los retratos
A la izquierda, un autorretrato del Greco, fechado entre
1590 y 1600. A la derecha, un retrato del Greco por Picasso realizado en 1899
Basilea, la tercera ciudad más poblada de Suiza, es famosa
en todo el mundo por una potencia económica marcada por una industria
farmacéutica (Novartis, Roche) a veces cuestionada ya veces aplaudida por sus investigaciones.
Quizás a raíz de esta potencia económica, sus tesoros culturales sean la
envidia de los coleccionistas de todo el mundo. No en vano se inaugura la feria
de arte más importante del mundo (Art Basel), un evento que permite a sus
clientes pasear por los 40 museos de la ciudad que ahora aprovechan para sus
inauguraciones. La más relevante, sin duda, trata de la relación entre Picasso
y El Greco. Desde hoy hasta el 25 de septiembre se expone en el Kunstmuseum de
Basilea, el museo de arte de la ciudad, y sustenta una tesis totalmente
innovadora: la influencia de El Greco (1541-1614) en la obra de Picasso no se
limita a su escena azul, pero su influencia es fundamental para el cubismo y
decisiva para toda la obra posterior del artista. La fascinación por Cretan
comenzó en sus años de aprendizaje y continuó hasta el final de su vida.