La lista de los hoteles de lujo que triunfarán en 2018
El menú diseñado por Dani García para Barceló Emperatriz
Exterior e interior del Museo Lázaro Galdiano, en la calle
de Serrano, 122 de Madrid, cedido al Estado y con una amplia pinacoteca. La
exquisita colección de arte incluye obras de Goya, El Greco, Zurbarán y el
Bosco
Por 69 euros por persona, huéspedes y externos al Barceló
Emperatriz pueden disfrutar de la experiencia que el hotel ha diseñado en
colaboración con el Museo Lázaro Galdiano: una visita privada por la colección
y una cena de época como las que ofrecían José Lázaro Galdiano y su mujer,
Paula Florido.
Uno de los platos del menú degustación de la experiencia,
similares a los que el matrimonio servía en sus fiestas privadas.
Hace tiempo que los hoteles son mucho más que lugares donde
dormir. Ahora se busca que tanto huéspedes como visitantes de paso vivan
verdaderas experiencias sensoriales que recuerden por siempre. Desde destinos
gastronómicos en sí mismos a exposiciones itinerantes, los mejores barman en
barra para dar un servicio de coctelería que entre por los ojos, todo tipo de
comodidades con sólo pulsar un botón, servicios inimaginables como una lista de
Spotify ya programada, una decoración única de diseño... Hay que ser original.
Salirse de la norma. Sorprender. Y dejar huella. Porque la competencia es muy
alta, especialmente para los hoteles de cinco estrellas, a los que se les
presupone una línea de exclusividad por el simple hecho de mantener esta
categoría.
En Madrid casi feroz. Sin ir más lejos, el emblemático y
centenario Hotel Ritz acaba de anunciar el cierre de sus puertas hasta finales
de 2019 para someterse a un "lavado de cara" en el que se invertirán
99 millones de euros para mejorar significativamente sus instalaciones. Pese a
haber formado parte de la Historia, su céntrica ubicación y anécdotas únicas
que penden de cada una de sus paredes, el edificio enmarcado en el estilo Belle
Époque no puede permitirse quedarse atrás respecto a los modernos hoteles
boutique. El hotel Urban, por su parte, es otro ejemplo de innovación, gracias
al impulso gastronómico de los últimos tiempos, con la primera estrella
Michelin para Cebo, el proyecto de Aurelio Morales, y el Glass Mar de Ángel
León, con tres en Aponiente. O los exclusivos brunch que han puesto en marcha
los hoteles Orfila y Santo Mauro. Ni siquiera hace falta ya hospedarse para
disfrutarlos en un entorno privilegiado.
Así las cosas, y siguiendo en la capital, Barceló Emperatriz
es otro de los hoteles donde se trabaja el lema de renovarse o morir. En su
búsqueda de un posicionamiento cultural, se ha diseñado un pack en colaboración
con el Museo Lázaro Galdiano, que se sitúa a sólo unos metros. Visto el éxito
del proyecto "piloto" con huéspedes, han decidido ampliar la peculiar
propuesta a externos al hotel. Se trata de una llave que da acceso a esta
colección privada cedida al Estado por el empresario, intelectual y poseedor de
una inmensa fortuna en la época José Lázaro Galdiano (Beire, Navarra, 1862 -
Madrid, 1947). Una residencia que evoca el "ambiente vivido"
transmitiendo la riqueza y variedad de una de las más célebres colecciones
privadas españolas.
Obras de Goya y El Bosco
'El Aquelarre' (1797-98), de Francisco de Goya, y 'Cabeza de
muchacha' (1624), de Diego Velázquez).
"El hotel Barceló Emperatriz quiere abrir las puertas
del arte y la cultura no sólo a sus huéspedes, sino también a los residentes en
Madrid. Por ello, con la colaboración del magnífico museo Lázaro Galdiano,
hemos creado esta experiencia exclusiva y diferenciadora, la primera pero no la
única, que refleja a la perfección la idea de ofrecer a nuestros clientes
planes originales y sorprendentes, que les permitan protagonizar, regalar y
compartir experiencias únicas", explica Carmen Domínguez, directora del
hotel.
Un total de 4.820 piezas distribuidas en las cuatro plantas
del icónico edificio, donde se incluyen obras de Francisco de Goya, Diego
Velázquez o El Bosco -nada que envidiar a otros museos- y las historias
secretas detrás de cada anillo y tiara de la esposa de Lázaro Galdiano, Paula
Florido (San Andrés de Giles, Argentina, 1852 - Madrid, España, 1932), o las
vajillas de plata litúrgica española.
Tras la visita privada, el viaje en el tiempo para conocer
la sociedad madrileña del siglo XIX continúa en el Restaurante Mutis, que
recupera la misma minuta de la sala de cenas de Lázaro Galdiano, en las largas
veladas de gala que daba junto a su mujer en el Palacio Florido. Compuesto de
platos como Creme de Vollaille "María Louisa", Salmón Pochado con
Salsa Venecia y Solomillo a la Gordard, el menú degustación finaliza con el
postre Emperatriz como colofón: helado de violeta, la flor favorita de Eugenia
de Montijo ( 5 de mayo de 1826, Granada - 11 de julio de 1920, Madrid), en
quien está inspirado el hotel, que utiliza este tono corporativo e incluso
tiene un cóctel en su homenaje. El precio de la experiencia (visita y cena) es
de 69 euros por persona. Requiere previa inscripción y se realiza para un
número limitado de personas. Se puede contactar con el Guest Experience del
hotel para más información.
La violeta es símbolo del hotel Emperatriz, pues se trataba
de la flor favorita de Eugenia de Montijo.
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