martes, 15 de julio de 2014

Saltan las alarmas en el sector editorial español al retroceder 20 años



El mercado del libro obtiene la facturación de 1994. Desciende un 11,7% respecto a 2012 y acumula una caída del 40,6% desde la crisis. Todas las áreas caen, menos la digital

·                                 Hábitos de lectura en España


Ni las Cincuenta sombras de Grey han salvado del Inferno al sector editorial español en la mira de El francotirador paciente al ir como La reina descalza que se resiste a decir Dispara, yo ya estoy muerto y prefiere estar En la orilla como El héroe discreto y como el llamadoDoctor sueño para activar las Brújulas que buscan sonrisas perdidas. Con este juego de nueve títulos de libros, incluidos entre los más vendidos el año pasado en España, el mundo del libro se autorretrata: ha retrocedido 20 años en sus ingresos por facturación en el mercado interior (2.181 millones de euros). Solo el libro electrónico sigue su lenta subida (ya representa el 3,7% del total del negocio, el segundo en Europa después de Reino Unido). El sector acumula en seis años una caída del 40,6%.

Es el panorama presentado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) que a través de su presidente, Xavier Mallafré, señala al Gobierno de algunas de las causas de esta situación y reclama “a los poderes públicos una apuesta valiente por la industria cultural y por el sector del libro en general. La cultura no es gratis. Aquí se trabaja con material más sensible como es la educación y la lectura”. 
Las alarmas están encendidas no solo por el desplome de las ventas y la puesta en evidencia del sector editorial, sino también porque el horizonte gris, como en el título de la obra de Dan Brown que encabeza este apartado. Por un lado, el flujo de ventas durante el año tiende a desaparecer y a centrarse en fechas o eventos concretos (Día del libro, Feria de Madrid y Navidad), el aumento de la piratería cuya práctica asciende a unos 300 millones de euros anuales, los índices de lectura generales que son del 63%, quienes dicen leer al menos un libro al año, desciende a la mitad en lectores habituales, mientras el sector se queja de que el Gobierno sigue sin crear campañas eficaces para el fomento y promoción de la lectura acordes a un este tiempo donde conviven lo analógico y lo digital. Hasta 2008 se vendían muchos libros, pero la llegada del la tormenta perfecta (crisis, irrupción digital...), ha dejado al descubierto que en bonanza económica se vendían libros pero lectores de verdad había pocos. Pero el mundo editorial se niega a que su futuro lleve por título una de las novelas de Julia Navarro y más vendida en estos dos años: Dispara, yo ya estoy muerto.


 




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