domingo, 23 de febrero de 2014

ARCO'14: cómo seducir a un coleccionista



Coleccionar en tiempos de crisis


Pero ni siquiera la élite del mundo del arte se salva de la crisis. Ayer mismo tenía lugar en ARCO una mesa redonda sobre este asunto:«Coleccionismo en tiempo de crisis». La Fundación ARCOdistingue anualmente a los coleccionistas más destacados con suspremios. Este año han recaído en la colección DKV (coleccionismo corporativo), la Zabludowicz Collection (coleccionismo internacional) -fundada en 1994 por Poju y Anita Zabludowicz, es la más importante de Finlandia-, y la colección Carlos Vallejo (coleccionismo privado). La Fundación ARCO, que también es coleccionista, ha adquirido en la feria «Concierto barroco número 4», de Néstor Sanmiguel Diest, y dos fotografías, «L’Etang» y «Le devil jeune moi qui a été», de Elina Brotherus. A partir de 2015, cambiará de sede su colección: del CGACpasará al Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles.

Por ARCO han pasado otros grandes coleccionistas. Carmen Thyssen(es fácil distinguir a esta Hamelin de la nobleza, pues lleva siempre una corte de fans) se ha interesado por artistas como Alex Katz, Erik Benson, Julian Opie... Si compró o no, no lo sabemos. También se ha paseado por ARCO Rosario Nadal, este año como flamante directora adjunta del Museo Jumex de Ciudad de México. Ayer había muchas caras conocidas por la feria (Jaime de Marichalar, Eugenia Martínez de Irujo), que no quisieron perderse la inauguración, presidida por los Príncipes de Asturias. Y esta vez José Ignacio Wert sí acudió.

¿Las ventas? Bien, gracias


ARCO parece irle bien a las galerías. Muchos puntos rojos en Casado Santapau: han gustado las obras de Alain Urrutia, Marti Cormand, Alexandre Arrechea, Ximena Garrido-Lecca... En Espacio Mínimo han vendido a un coleccionista suizo una obra de Paz Errázuriz y hay ofertas para la pieza de Liliana Porter, una de las más interesantes deARCO’14. En el «stand» vemos las sombras de los dos galeristas y de la propia artista, pero ella te pinta la tuya... y en casa. El precio: 75.000 dólares, si es el primer ejemplar de la edición; 100.000 el segundo y 125.000 el tercero. Más difícil venta tienen las piezas de José Dávila enTravesía 4 (bloques de mármol sujetados a la pared por cintas flexibles).

Pero nunca se sabe: los caminos del coleccionismo son insondables. En la galería Barbara Gross, de Múnich, cuelgan unos curiosos trabajos de Karin Sander. Pertenecen a la serie «Mailed Painting». La obra de arte es el embalaje del envío postal. Y más curioso aún, que ya hayan comprado algunas. Costará más vender el Richter que cuelga en lagalería Michael Schultz de Berlín: «Abstraktes Bild». Su precio: 8,5 millones de euros. Es la obra más cara de la feria. Para consolarse, siempre le quedará ver un striptease.


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