Coleccionar en tiempos de crisis
Pero
ni siquiera la élite del mundo del arte se salva de la crisis. Ayer mismo tenía
lugar en ARCO una mesa redonda sobre este asunto:«Coleccionismo
en tiempo de crisis». La Fundación
ARCOdistingue anualmente a los coleccionistas más destacados con suspremios.
Este año han recaído en la colección DKV (coleccionismo corporativo), la Zabludowicz Collection
(coleccionismo internacional) -fundada en 1994 por Poju y Anita Zabludowicz, es
la más importante de Finlandia-, y la colección Carlos Vallejo (coleccionismo
privado). La Fundación
ARCO, que también es coleccionista, ha adquirido en la feria
«Concierto barroco número 4», de Néstor
Sanmiguel Diest, y dos fotografías, «L’Etang» y «Le devil jeune moi qui a
été», de Elina Brotherus.
A partir de 2015, cambiará de sede su colección: del CGACpasará al Centro
de Arte Dos de Mayo de Móstoles.
Por ARCO han
pasado otros grandes coleccionistas. Carmen
Thyssen(es fácil distinguir a esta Hamelin de la nobleza, pues lleva
siempre una corte de fans) se ha interesado por artistas como Alex Katz, Erik Benson, Julian Opie...
Si compró o no, no lo sabemos. También se ha paseado por ARCO Rosario Nadal, este año como
flamante directora adjunta del Museo Jumex de Ciudad de México. Ayer había muchas caras conocidas por la feria (Jaime de Marichalar, Eugenia
Martínez de Irujo), que no quisieron perderse la inauguración, presidida por los Príncipes de Asturias. Y esta vez José Ignacio Wert sí
acudió.
¿Las ventas? Bien, gracias
ARCO parece irle bien a
las galerías. Muchos puntos rojos en Casado
Santapau: han gustado las obras de Alain Urrutia, Marti Cormand, Alexandre
Arrechea, Ximena Garrido-Lecca... En Espacio Mínimo han vendido a un
coleccionista suizo una obra de Paz
Errázuriz y hay ofertas para
la pieza de Liliana
Porter, una de las más interesantes deARCO’14. En el «stand» vemos
las sombras de los dos galeristas y de la propia artista, pero ella te pinta la
tuya... y en casa. El precio: 75.000 dólares, si es el primer ejemplar de la
edición; 100.000 el segundo y 125.000 el tercero. Más difícil venta tienen las
piezas de José Dávila enTravesía 4 (bloques de mármol sujetados a la
pared por cintas flexibles).
Pero
nunca se sabe: los caminos del coleccionismo son insondables. En la galería Barbara Gross, de Múnich,
cuelgan unos curiosos trabajos de Karin
Sander. Pertenecen a la serie «Mailed Painting». La obra de arte es el
embalaje del envío postal. Y más curioso aún, que ya hayan comprado algunas.
Costará más vender el Richter que cuelga en lagalería Michael
Schultz de Berlín: «Abstraktes Bild». Su precio: 8,5
millones de euros. Es la obra más cara de la feria. Para consolarse,
siempre le quedará ver un striptease.
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