Es la solución que la famosa casa de subastas ha encontrado
al parón forzado por el coronavirus en la compra de obras maestras
La casa de subastas Sotheby's ha celebrado su primera venta
global digital, la solución que ha encontrado al parón forzado por el
coronavirus en las adquisiciones de obras maestras entre los más acaudalados
del mundo, y en la que ha destacado el "Tríptico inspirado en la Orestíada
de Esquilo" (1981), de Francis Bacon, por el que se pagaron más de 84
millones de dólares (unos 75 millones de euros).
La venta multimillonaria de la obra de Bacon era de esperar,
ya que era la primera vez que salía al mercado desde 1987, cuando fue vendida
por la prestigiosa galería de arte Marlborough a Hans Rasmus Astrup, un
empresario y destacado coleccionista noruego. Además, según explicaron los
expertos de Sotheby's, la monumental obra, de casi 4,5 metros de ancho y dos
metros de alto, es uno de los tan solo 28 trípticos de este tipo que pintó
Bacon, de los cuales la mitad pertenecen ya a museos.
Por todo esto, a lo que se añade que en los últimos 35 años
solo han salido a subasta otros 5 ó 6 trípticos de este tipo de Bacon, la pieza
se vendió exactamente por 84,55 millones de dólares, por encima de lo que había
estimado la casa de subastas, que la valoró en un mínimo de 60 millones y un
máximo de 80 millones.
En la sección de arte contemporáneo, el primero en
finiquitarse, también despuntó el "Untitled (Head)" de 1982 de
Jean-Michel Basquiat, considerada una de las obras en papel más importantes del
neoyorquino y por la que se pagaron 15,18 millones de dólares. Asimismo, el
"White Brushstorke I" de Roy Lichtenstein alcanzó los 27,03 millones
de dólares, el "PH-144 (1947-Y-NO.1)" de Clyfford Still los 28,73
millones y el "Green, Blue, Green" de Mark Rothko los 8,35 millones.
En arte impresionista y moderno, despuntó el "Tête de
Femme Endormie" (1934) de Pablo Picasso, uno de los ejemplares de la serie
de retratos de la amante del pintor español Marie Therese Walter dormida y que
los expertos de Sotheby's valoraron en un máximo de 12 millones de dólares.
Finalmente, la pieza, descrita por Sotheby's como "uno de los retratos
culturales más valiosos de todos los tiempos", alcanzó los 11,19 millones
de dólares después de no haber salido a la venta en cerca de 60 años, tras ser
adquirida en una subasta de la misma casa en Londres en 1960.
El cubano Wifredo Lam también tuvo un papel destacado en la
venta con su "Omi Obini" (1943), considerado un precursor de sus
importantes obras de finales de los 40 y de los 50, y que ha sido comparado con
su alabada pieza "La Jungla" (1943), que forma parte de la colección
permanente del MoMA de Nueva York. "Omi Obini", vendido por 9,60 millones
de dólares, superó fácilmente el hasta ahora récord del artista, que se alcanzó
en 2017 con "A tres centímetros de la tierra", por el que se pagaron
5,2 millones de dólares en una subasta en París.