La
exposición cuenta con obras de Willem de Kooning, Mark Rothko, Jackson Pollock,
Clyfford Still, Robert Motherwell, Barnett Newman o Hedda Sterne
En 1950, un grupo de pintores de Nueva York se reunían a
toda prisa en el apartamento de uno de ellos para redactar una carta de
protesta contra el Metropolitan Museum of Art, al que acusaban de ofrecer una
visión reaccionaria de la pintura contemporánea americana y de despreciar el
arte moderno. Habían sido excluidos de la muestra American painting today y la
virulencia de aquel escrito les valió el apelativo de “irascibles”. Poco
después fueron inmortalizados por Nina Leen para la revista Life. Y ahí están,
serios y desafiantes, Willem de Kooning, Mark Rothko, Jackson Pollock, Clyfford
Still, Robert Motherwell, Barnett Newman o Hedda Sterne (la única mujer del
grupo, también la única que parece querer esbozar una sonrisa). Es la única
fotografía de grupo que existe de los expresionistas abstractos, y el
Guggenheim Bilbao la ha colgado en el espacio didáctico (no deja de encerrar
una gran lección) de camino hacia la colosal exposición que por primera vez en
más de 50 años vuelve a reunir a este lado del Atlántico a unos artistas que
coincidieron en un momento y en un lugar (EE.UU., durante y después de la II
Guerra Mundial) y a los que si algo identifica como movimiento, mucho más rico
y complejo de lo que erróneamente se ha percibido, es la defensa que todos
ellos hicieron de la diversidad y la libertad individual.
Esta es la primera vez que el expresionismo abstracto
desembarca en Europa desde que en los cincuenta el MoMA envió dos expediciones
a diferentes ciudades europeas, entre ellas Barcelona, la única donde en 1955
encontró un público afín que le hizo batir todos los récords de visitantes
(60.000 en un mes, frente a los 20.000 de Londres, por ejemplo, donde tenía
entrada libre, o los 8.000 de Viena).
No hay comentarios:
Publicar un comentario