domingo, 21 de agosto de 2016

LAETITIA CORYN Sexo, en cómic y sin tópicos



Éxito en francia de ‘Sex Story’, un cómic de la reconocida Laetitia Coryn y de Philippe Brenot, antropólogo. una historia de la sexualidad sin tópicos


Darwin tenía razón: el simio es el abuelo de todos. Pero la separación, hace millones de años, tuvo consecuencias de género: la hembra humana perdió pelos y ganó senos, atributo del que las primates carecen. Y al ponerse de pie, su vagina se adelantó y profundizó. El macho, entre tanto, deploró la pérdida del hueso del pene, que todos los mamíferos comparten. Pero porque su mano, cada vez más hábil, guiaba la penetración. “Un caballo, por ejemplo, tendría dificultades para cumplir, si le faltara ese hueso”.
Pero si el humano puede jactarse de las dimensiones de su órgano, superiores a las de cualquier primate, agachará la cabeza ante su otra característica, la violencia de género. “Ningún chimpancé le parte la cara a una hembra. Y los primates ignoran la violación”. Todo esto lo enseña, en Sex story (Les Arènes BD), el trazo de una francesa de 32 años y cara de ángel, que lleva media vida en el dibujo de historietas (política, y ahora también sexualmente, incorrectas).
Porque Laetitia Coryn, hija de la actriz Nathalie Seigner y del actor William Coryn “y sobre todo nieta –se enorgullece– de un payaso célebre, Mimile, supo desde los 15 años que sería dibujante. Se formó bien.


La francesa Laetitia Coryn, hija de actores, ha publicado El mundo maravilloso de los viejos y cómics contra la violencia de género 


Los dos tomos de El mundo maravilloso de los viejos (2007-2009) le dan un nombre. Y su colaboración el 2012 en cómics contra la violencia de género, un estatus.
En ese punto aparece, para ponerle texto a la historia del sexo, el psiquiatra y antropólogo Philippe Brenot, director de los cursos de sexología de la Universidad Paris Descartes. Un hombre necesario. Porque, “por increíble que parezca, en ocho años de estudios un futuro médico dedica centenas de horas a la cardiología y ni un minuto a la sexualidad”.
El dúo alumbrará esta fas­cinante Sex story, que liquida tópicos





¿Los gays eran norma en Grecia? “Invento del abogado de Oscar Wilde para defender a su cliente”. Era tolerada la felación de un noble por un niño en etapa prepuberal (“antes de que aparezca vello”) porque “se creía que el esperma era vehículo de conocimiento”. Pero esa relación terminaba con la pubertad. En Grecia, como en Roma, “las relaciones sexuales entre varones adultos acarreaban lapidación”.
Los términos homosexualidad y pederastia son del siglo XIX. “En 1869, exactamente, el húngaro Karl Maria Kertberry, un militante de los derechos humanos, acuña homosexual para reemplazar invertido y sodomita”. (La palabra heterosexual es posterior, con perdón).
En ese siglo, la reina Victoria no merece su leyenda, sino esta otra: disfrutaba del piercing genital de su marido, Alberto. Y la escritora George Sand competía con Victor Hugo (el de las relaciones diarias, pero no exclusivas, con su amante Juliette) en voracidad sexual.
En cambio, aparte de anunciar la sexualidad infantil, “Freud habla poco de sexo, desconocía personalmente los excesos que le desvelaban sus pacientes liberadas y le molestaba el tema”.



¿Moderno el vibrador? Sólo las pilas. Cleopatra se entretenía con un cucurucho de papiro relleno de abejas vivas. Y, como sus contemporáneas, se implantaba hojas de acacia para prevenir embarazos. ¿Más? El casamiento por amor no tiene más de un siglo. Y el cinturón de castidad no es medieval, sino un sex-toy de los burdeles franceses del siglo XIX.
Cierre mitológico: “Clítoris era tan pequeñita que Zeus debió transformarse en hormiga para poseerla”...

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