Un diseñador gana un litigio de tres años para que le
permitieran acceder a los resultados de un escaneo de la escultura
Esta historia empieza hace más de 3000 años en Egitpto y
acaba hace apenas unas semanas en Alemania, cuando el artista Cosmo Wenman
anunció a principios de noviembre que el Museo Neues de Berlín le había enviado
una unidad flash con los escaneos a todo color del famoso busto de Nefertiti
después de una batalla legal que ha durado tres años.
Desde que el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt descubrió la
pieza en 1912, Egipto ha reclamado que regresara a casa. La escultura pasó
parte de la Segunda Guerra Mundial escondida en una mina de sal, pero los
Monuments Men de las fuerzas aliadas la recuperaron en 1945. Gracias a eso, se
volvió a exhibir nuevamente en Berlín.
El busto fue escondido en una mina de sal durante la Segunda
Guerra mundial
Hace unos años, los responsables del museo decidieron
escanear el bustoo. Los datos obtenidos, sin embargo, nunca salieron a la luz
pública. Incluso dos artistas alemanes afirmaron haber hecho un segundo escaneo
independiente. Pocos les creyeron. Con la polémica suscitada, Wenman aprovechó
para pedir que le hicieran llegar los escaneos del museo.
Presentó una solicitud citando las leyes alemanas de
libertad de información que se aplican a las instituciones financiadas por el
estado. El museo lo remitió a la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano.
Según Wenman, la fundación afirmó que “entregarle directamente copias de los
datos escaneados amenazaría sus intereses comerciales”.
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