Una nueva teoría
sobre el cuadro 'El grito' de Munch concluye que en realidad no grita. El museo
de los falsificadores: un lugar en el que todo son 'fakes'.
El Grito de Edvard Munch
La Policía Nacional ha detenido a un falsificador de arte
que introducía en el mercado obras falsas que atribuía a grandes artistas como
Eduardo Chillida o Munch, y que se presentaba en subastas como un personaje
reconocido mientras alardeaba de sus relaciones con personas de prestigio en el
mundo del arte. La voz de alarma la dio un galerista alemán tras adquirir una
obra cedida por un español a una exposición de Alemania, presuntamente
atribuida a Eduardo Chillida y que resultó ser falsa, explicó la Jefatura
Superior de Policía de Madrid.
A partir de aquí, se abrió una investigación en marzo,
comprobando que el falsificador había puesto en subasta otras 11 obras falsas.
Al estafador se le atribuye un delito contra la propiedad intelectual y estafa
al falsificar obras de arte. Los agentes recuperaron 16 piezas, cinco de las
cuales ya habían sido subastadas y entregadas a su comprador obteniendo un
beneficio de unos 20.000 euros. "Se hacía pasar por un personaje conocido
en el mundo del arte internacional y conseguía la confianza de los comerciales,
así colocaba piezas falsas para su venta", informó la Policía Nacional.
Además de las obras de Chillida, los agentes comprobaron que
también había falsificado piezas de Edvard Munch y José Guerrero, con un valor
total que superaba los 250.000 euros. La obra más cara sería una falsificación
del expresionista Munch valorada en 115.000 euros. El modus operandi consistía
en ganarse la confianza de los comerciales de establecimientos de venta de
objetos de alto valor por el sistema de pujas. Así, introducía las obras y, una
vez vendidas, intentaba colocar piezas de mayor valor. La investigación
continúa abierta por si existieran más obras falsificadas circulando por el
mercado del arte.
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