viernes, 25 de agosto de 2017

El delito de ser gay entre Beatles



Brian Epstein, mánager y descubridor de la banda, murió hace 50 años, justo cuando el Reino Unido despenalizó el sexo entre hombres. Su drama es, desde entonces, un símbolo
Fue justo hace 50 años, en medio de lo que se ha dado en llamar el "verano del amor". Los Beatles habían entregado Sgt Pepper's Lonely Hearts' Club Band, arrasaban en todo el mundo con All you need is love y cientos de miles de jóvenes vestidos de manera estrafalaria y ataviados con flores en el pelo se reunían en San Francisco en un festival que glorificaba precisamente eso, el amor.Pero, por ley, de esa efusiva oleada de amor estaban excluidos todos los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del Reino Unido, donde las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo aún estaban prohibidas y eran perseguidas y castigadas por la ley. Ni siquiera Brian Epstein, el famoso mánager de aquellos cuatro chicos de Liverpool, el hombre que los descubrió mientras tocaban en el club The Cavern, el que pulió su imagen, se ocupó de lanzarles a nivel internacional y les hizo más famosos que el mismísimo Jesucristo, según la frase de Lennon, estaba invitado a la fiesta del amor.
Este domingo se cumple medio siglo exacto de la muerte (supuestamente accidental) por sobredosis de barbitúricos y alcohol del llamado "quinto beatle". Epstein falleció el 27 de agosto de 1967 con 32 años, en la más absoluta soledad, sin haber podido sumarse a la celebración del amor. Nunca tuvo una pareja estable y jamás reconoció públicamente su homosexualidad. No eran tiempos aquellos para andarse con tonterías: la misma legislación que en 1895 condenó al escritor Oscar Wilde a dos años de cárcel todavía seguía en vigor en el Reino Unido y el sexo anal podía acarrear la condena a cadena perpetua (hasta 1861, se preveía incluso la pena de muerte). Sólo en 1966, el año antes de la muerte de Epstein, más de 420 gays fueron condenados en Gran Bretaña por lo que legalmente se denominaban "actos de indecencia graves".


En aquel verano de 1967, y desde la entrada en vigor de esa legislación contra la homosexualidad, ascendían a más de 49.000 los hombres que habían sido condenados en el Reino Unido por esa causa, de los cuales se estima que 15.000 aún siguen vivos. Entre los hombres arrestados y encarcelados por homosexualidad durante los años 50 en Gran Bretaña, cuando la Policía decidió perseguir con mano dura esos comportamientos, no faltaban los nombres de relumbrón: científicos, matemáticos, artistas... Hasta Alan Touring, el responsable de descifrar Enigma -el código secreto utilizado por el Ejército nazi durante la II Guerra Mundial- fue condenado en 1952 por la famosa fórmula de "indecencia grave". Para evitar ir a la cárcel aceptó la castración química y siguió un tratamiento con hormonas femeninas. Dos años después, se suicidó.La legislación británica, sin embargo, no decía ni una sola palabra sobre el lesbianismo porque, cuando se redactó la normativa, las relaciones sexuales entre dos mujeres eran sencillamente inconcebibles.

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