Urbanismo realiza el proyecto museológico de la villa romana
sobre la que se asienta el Palacio de Villalón, aunque aún tiene que resolver
las filtraciones en el sótano
Es una de las cuentas pendientes del Museo Carmen Thyssen.
La recuperación definitiva de la casa romana que surgió durante las
excavaciones para la construcción de la pinacoteca en los terrenos del
renacentista palacio de Villalón. Antes de ser centro expositivo, el inmueble
fue un conocido comercio malagueño en el siglo XX y una elegante residencia de
familias aristocráticas centurias atrás. Un uso que todavía se perdía aún más
en el tiempo con el descubrimiento de la villa romana de los siglos I y II d.
C., que probablemente también hizo de antecedente comercial del inmueble ya que
se sospecha que fue la morada de un próspero mercader. Desde que se sacaron a
la luz en 2009, esta zona arqueológica esta pendiente de su definitiva recuperación,
una intervención que permitirá su apertura al público. Un proyecto para el que
el Ayuntamiento de Málaga ya tiene financiación.
La Gerencia Municipal de Urbanismo se encargará de acometer
las obras de rehabilitación del sótano para el que ha desarrollado un diseño
museológico que lo convierta en una nueva sala de exposiciones del Museo Carmen
Thyssen. Aunque esta vez será una invitación a recorrer y conocer el pasado
romano de la ciudad. La actuación arqueológica está presupuestada en 260.755
euros y ha sido incluida dentro del préstamo recientemente aprobado por Unicaja
por un valor total de 11,5 millones de euros y destinado al Plan Económico
Financiero 2016-17 del Ayuntamiento.
Consolidación preventiva
Según explica el gerente de la pinacoteca, Javier Ferrer, en
2016 se realizaron obras de consolidación de los muros y vías romanas del
subsuelo a la espera de la actuación definitiva para su rehabilitación y
apertura al público, lo que igualará el Thyssen con otros centros expositivos
de la capital con yacimientos, como el Museo Picasso o la Aduana.
El patrimonio arqueológico del Palacio de Villalón, en el
que la empresa Arqueosur ha realizado trabajos de consolidación preventiva,
aporta además información relevante al pasado de la ciudad. Una de las piezas
más destacadas es el denominado Ninfeo de los Peces, una fuente romana que
incluye unas pinturas murales que son las más antiguas conservadas en la
capital. Un atún, una dorada, una chopa y un voraz dibujados con llamativos
colores sobre fondo negro son los protagonistas marinos de esta singular
decoración romana que prolongará hasta el sótano del Museo Carmen Thyssen la
exhibición pictorica de sus salas superiores.
Además, la zona arqueológica, cuya ocupación se ha datado
entre los siglos Iy V d. C., también incluye mosaicos geométricos decorativos,
fragmentos de una escultura de bronce de la época romana y piezas de cerámica
de diversas épocas y monedas. Según las investigaciones, además de servir de residencia,
esta villa también tuvo uso industrial con una factoría de salazones y
comercial con una tienda de conservas, mientras que en su última etapa albergó
una necrópolis bizantina. Un pasado que, tras su recuperación, será visitable.