domingo, 25 de julio de 2021

El Paseo del Prado y el Retiro entran en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco

 

La Unesco decidió hoy incluir al Paseo del Prado y del Buen Retiro, en Madrid, en la Lista de Patrimonio Mundial.

 

El 'Paisaje de la Luz' del Paseo del Prado y el Retiro consigue ser inscrito en este 2021 como Patrimonio Mundial por la Unesco. La decisión ha sido comunicada en la 44º sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco desde China y aplaudida desde el Museo del Prado, 'cuartel de operaciones' de la candidatura española.

 El 'sí' de la inscripción del 'Paisaje de la Luz' como Patrimonio Mundial por la Unesco ha salido adelante, a pesar de que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) propusiera que la candidatura fuera aplazada aunque indicando el potencial que podía tener en el criterio de avenida arbolada,

Después de un retraso de más de dos horas y media con respecto al calendario fijado, ha llegado el deseado 'sí' después de que el comité organizador incluso propusiera dejar para el lunes la votación final, lo que ha recibido protestas por parte de algunos países participantes.

Será el primer bien mundial inscrito en la capital de España y se unirá a los bienes ya declarados ubicados en la Comunidad: el Monasterio de El Escorial, la universidad y el casco histórico de Alcalá de Henares, el paisaje cultural de Aranjuez y el Hayedo de Montejo.


 

El primer paseo arbolado de Europa

La clave con la que argumentaba la madrileña su excepcionalidad como candidatura es que por primera vez se presentaba un espacio verde urbano. Con el 'sí' de hoy la ciudad consegue saldar una deuda histórica porque es a día de hoy la única capital de Europa occidental sin ningún bien inscrito como Patrimonio Mundial.

 El Paseo del Prado primero, en 1540, y los jardines del Retiro poco después, supone la introducción por primera vez en el urbanismo europeo de la naturaleza en la ciudad. A destacar que el Paseo del Prado es el primer paseo arbolado, una alameda, diseñado en una capital europea

Implica además que el Palacio y los Jardines del Buen Retiro se instalan allí por la existencia del Paseo del Prado. "Desde mediados del siglo XVII Paseo y Jardines estarán indisolublemente ligados siendo el centro de la Corte de la Corona española durante más de 350 años", 


 
La llegada de los Borbones en el siglo XVIII supone la expansión de las ideas ilustradas. Con Carlos III se transforma esta área de la ciudad para convertirla en una ciudad ilustrada. Se abren los jardines a toda la ciudadanía y en ella se crea un área dedicada a la investigación, estudio y difusión del conocimiento para su disfrute e instrucción.

 Ya en el siglo XIX una parte de los Jardines se urbaniza y, atraídos por la naturaleza, las colecciones artísticas y los centros científicos se instalan en la zona las grandes instituciones políticas, económicas y sociales como el Banco de España, el Congreso de los Diputados, la RAE, la Bolsa o los grandes museos nacionales. También se installa allí la gran primera estación del ferrocarril, la del Mediodía, hoy Atocha.

 

viernes, 23 de julio de 2021

Así será el Reina Sofía de Santander: serio por fuera, libre por dentro

 

Después de casi una década de negociaciones, el nuevo museo, inquilino del antiguo Banco de España y vecino del Centro Botín, muestra su arquitectura por primera vez

 

La extensión del Museo Reina Sofía en Santander, un proyecto ideado en 2013 por el entonces secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, junto a las administraciones cántabras y la dirección del museo, empieza a acelerar. En marzo pasado, el concurso de arquitectura tuvo su fallo; este mes, el Ayuntamiento de Santander aprobó la modificación de su PGOU de modo que las obras cumplan la norma urbanística. Y esta misma semana, las construcción fue adjudicada y se anunció un calendario de ejecución previsto: obras en 2022; apertura a finales de 2023.

 Algunos datos: la sede del nuevo Reina será el antiguo edificio del Banco de España, en la cabecera de los Jardines de Pereda, con el mar a la derecha, a 130 metros del Centro Niemeyer y a 260 de la sede histórica del Banco de Santander que David Chipperfield va a transformar en el centro cultural del grupo bancario. El núcleo intelectual del museo será el Archivo Lafuente, una colección privada, a medias documental y a medias artística, cedida al Reina Sofía para que sea algo así como la colección del centro, la fuente de su exposición permanente. Habrá también una sala de exposiciones temporales...

.Aunque el contenido del nuevo Reina será un asunto que sólo se conocerá dentro de una par de años. De momento, lo que ya se puede atisbar es su arquitectura.


 

«El edificio original es de los años 1924 y 1925 y es obra de Eloy Martínez del Valle, que es uno de los grandes arquitectos de Santander de la época. Es, desde luego, uno de los mejores ejemplos de arquitectura civil de la ciudad. La fachada es muy simétrica, muy académica... Está protegida y no vamos a intervenir en ella, más que un poquito en el semisótano, que será un acceso alternativo a la escalinata central, algo parecido a la entrada de Los Jerónimos de El Prado», explica David Ceballos, arquitecto del estudio Ceroarquitectura junto a Borja Lomas, de Voluar Arquitectura y coautor del proyecto de reforma del antiguo Banco de España.

 «En cambio, en seguida vimos que el interior no cumple con las necesidades estructurales de un museo», continúa Ceballos. «Pero vamos a conservar una huella de la forma original, tan geométrica y cartesiana».

En resumen: el actual patio central del banco, el antiguo patio de operaciones, seguirá siendo el eje del espacio interior. La actual vidriera (adornada con un escudo franquista) desaparecerá, pero la luz seguirá entrando en cenital por ese vano.

 La gran audacia del nuevo museo será una plataforma de ocho metros por ocho que se instalará en ese patio central y que podrá subir desde el nivel del sótano (la antigua caja fuerte del banco) hasta el último piso, cuyo uso será más o menos lúdico (cafetería, talleres para niños, terraza abierta sobre la bahía...). Algo parecido a las varas del escenario de una ópera, que suben y bajan con un sistema hidráulico.

¿Y eso, para qué? «Un museo ya no es una cosa rígida como lo era en el siglo XX», explica David Ceballos. «Ahora esperamos que sea un espacio lo más abierto posible, que sea flexible y que se adapte a usos diferentes. La plataforma nos permite cambiar el espacio en función de cada exposición».