lunes, 18 de noviembre de 2019

Mata Hari, la «sex symbol» de los cabarets parisinos que acabó fusilada por espionaje


Se le condenó por ayudar a los alemanes como responsable de la muerte miles de franceses durante la I Guerra Mundial


Margaretha Zelle, más conocida por Mata Hari, fue fusilada en Vincennes el 15 de octubre de 1917 por alta traición, en el mismo lugar que un siglo antes Napoleón había ordenado asesinar al Duque de Enghien. Todo lo que rodea a esta mujer es un mito en el que es imposible separar la leyenda de la realidad.
Mata Hari había sido condenada a muerte tras un juicio en el que se le acusaba de haber sido responsable de la muerte de miles de soldados franceses como espía al servicio de los alemanes durante la I Guerra Mundial. Pero todo indica que las pruebas eran manipuladas y que su condena fue motivada por la conveniencia de buscar un chivo expiatorio para apaciguar a la opinión pública.


La inteligencia francesa había encontrado un mensaje comprometedor a la agente H21, nombre operativo de Mata Hari, con una clave fácilmente descifrable, a la que acompañaba el recibo de una transferencia de 5.000 dólares a una cuenta suya en un banco francés. Esa prueba fue determinante en el juicio, pero hoy existen sólidos indicios de que era una trampa para entregar a la espía a los franceses.
En un peligroso doble juego, Mata Hari también había sido reclutada por el capitán Georges Ladoux, al que informaba de los movimientos de las tropas alemanas y de la estrategia del alto mando. Ladoux siempre desconfió de sus informes y vigiló sus actividades. En el otro lado, los prusianos dudaron desde el comienzo de su lealtad.



Mata Hari había nacido en 1876 en Holanda en el seno de una familia de clase media. Su padre era sombrerero. Contrajo matrimonio muy joven con un militar que le llevaba 20 años. Fue un enlace desgraciado, que se rompió definitivamente cuando la servidumbre envenenó a uno de sus hijos.
Tras romper con su marido, Margaretha Zelle se instaló en París en 1904 y, poco más tarde, se convirtió en Mata Hari, haciéndose pasar gracias a sus rasgos por una princesa malaya. Mata Hari significa en ese idioma «ojo del día». En esa época empezó a bailar semidesnuda en cabarets con un éxito impresionante. Los hombres se volvían locos por ella y llenaban cada noche su espectáculo para ver las danzas sagradas que ella decía haber aprendido en Java.




Pero cuando comenzó la guerra en 1914 Mata Hari había envejecido y su atractivo había disminuido. En pleno declive y con deudas que no podía saldar, recibió la oferta de espiar para los servicios secretos alemanes a cambio de dinero.
Ella aceptó sin titubear y se convirtió en la agente H21.