miércoles, 2 de marzo de 2022

Un Picasso azul desconocido, a subasta

 

Subarna pone a la venta una obra desconocida del genio malagueño en su paso por Barcelona con un precio de salida de 80.000 euros

Pablo Picasso fue uno de los artistas más prolíficos de su tiempo. Eso hace que aparezcan con cierta regularidad obras desconocidas o inéditas del genio malagueño. Lo que resulta más difícil es que sean obras importantes y de gran calidad. Por eso no deja de ser una buena noticia una pequeña gran obra que en breve saldrá a subasta en Subarna el  3 de marzo.

Realizada en el reverso de una postal, la composición nos traslada a la época azul del gran pintor, con su fascinación por retratar la podredumbre, concretamente la que contempla en las calles de la capital catalana a principios del siglo XX, antes de trasladarse definitivamente a París. Haciéndose eco de los temas que también ha convertido en suyos su buen amigo Isidre Nonell, Picasso se acerca a las clases más humildes, a los desamparados, a los que tratan de sobrevivir en una Barcelona oscura y marcada por el color azul. Ese es el tono que persigue a la obra que ahora se pone en venta.

La escena que dibuja el joven Picasso con trazo firme y algo de cromatismo es la de un anciano paseando por la orilla mientras trata de proteger como buenamente puede al pequeño que lo acompaña. Todo ello con el puerto de Barcelona como fondo, como lo demuestra el hecho de que Picasso llega a plasmar la montaña de Montjuïc.

 Uno de los aspectos más interesantes de la obra es que su protagonista principal, el mendigo, es un modelo habitual de algunas de las obras del periodo azul, como podemos comprobar en composiciones como «Tragedia», un óleo de 1903 y que hoy se guarda en la National Gallery of Art de Washington. Precisamente en este óleo sobre madera también aparece el mismo niño que vemos en el dibujo, una escena que se sitúa en una playa. Es evidente que la obra a subasta es pareja de «Tragedia» y no podría descartase como una suerte de estudio preparatorio antes de la versión final que se expone en Estados Unidos. Es la identificación con el débil, con quien lo está pasando mal, en una época en la que el propio Picasso intentaba desesperadamente hacerse un hueco en el mundo del arte. Pese a que los galeristas parisinos le pedían alegres escenas de cafés o de tauromaquia, el pintor siguió con esta temática de tristeza y de cromatismo azul.

La pieza fue propiedad de los hermanos Junyer-Vidal, íntimos amigos de Picasso en sus años de bohemia en la capital catalana. Que esto fue así lo demuestra el reverso de la postal en el que podemos leer Suari y Juñer, una firma de fábrica de algodones torcidos a la inglesa para medias, zurcir o coser. Se trataba de una firma que estaba situada en Barcelona y que tenía que ver con los Junyer-Vidal, como lo prueba un sello que también vemos en la postal.

 

La composición es pareja de otra realizada en una postal y que fue subastada recientemente en Subarna, siendo finalmente adquirida por el Museu Picasso de Barcelona. Pese a ello, la procedencia es distinta. La obra ha llegado a Barcelona desde Madrid. Según informa la casa de subastas parece que el malagueño se lo regaló a un amigo, «un importante juez o militar» –como indican los actuales propietarios, aunque no se ha podido identificar al citado personaje–antes de instalarse definitivamente en París en 1904. La familia en algún momento se trasladó a Salamanca hasta instalarse definitivamente en Madrid. Pero la pieza no fue expuesta públicamente, hecho que hace que no aparezca reproducida en el gran catálogo razonado picassiano de Christian Zervos o que no lo encontremos en las grandes monografías de John Richardson y Josep Palau i Fabre.

Sobre la autenticidad de la composición no hay ningún tipo de dudas, aunque presenta un detalle cuanto menos curioso. La firma es apócrifa. Nunca fue estampada por el mismo Picasso que en aquellos años no daba especial a estos dibujos. Muchos años después, cuando todo aquello que había sido tocado por su lápiz o pincel se convertía en cotizada obra de culto, el malagueño rubricó algunas de estas piezas, aunque la que se subasta el día 3 no volvió a estar en su poder.

 El precio de salida de esta escena azul es de 80.000 euros, aunque se espera que pueda alcanzar los 200.000 euros. Hay precedente para que realmente aparezca alguien interesado en una obra propia de un museo. El pasado 8 de octubre Subarna vendió una composición, también postal picassiana, por 85.000 euros. En aquella ocasión fue el Ayuntamiento de Barcelona el que se hizo con él para poder ampliar las colecciones del museo del artista en la capital catalana.

 


 

lunes, 28 de febrero de 2022

Sale a subasta en Madrid un Velázquez valorado en 3 millones de euros

 

El 2 de marzo se pondrá a la venta de la mano de la casa Alabarte la pintura “Retrato de caballero”, “probablemente la última posibilidad de comprar una obra del joven Velázquez”

 El retrato realizado por Velázquez saldrá a subasta el 2 de marzo

En la casa Alabarte de Madrid, se va a proceder a la subasta de una obra de Diego Velázquez. Se trata de “Retrato de caballero”, que se pondrá a la venta el 2 de marzo y cuyo valor es tal que su precio de salida se estima entre los 2,5 y 3 millones de euros. “Es probablemente la última posibilidad en el mundo de comprar una obra del joven Velázquez”, aseguran desde Abalarte.

 Forma parte de la colección de los Vizcondes de Roda, que fue declarada inexportable en 2004 por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que calificó el retrato como “atribuido a Velázquez”. Aunque existen especialistas que han puesto en duda esta autoría, sí se coincide en su “buen estado” de conservación y que fue realizado en el primer cuarto del siglo XVII, entre 1621 y 1623.

El óleo, de 33 por 23 centímetros, podría ser un fragmento de una obra mayor. Se refleja un rostro sencillo, serio, una figura de busto sobre un fondo oscuro, que aparece cortado por los cuatro lados. Esto conlleva a una manipulación: “Se piensa que Velázquez remató la cabeza con el inicio de un cuello distinto al visible y que la gola existía pero era diferente, siendo el encaje que hay actualmente un añadido posterior”, asegura la casa de subastas.

Varios especialistas que han estudiado la obra coinciden en esta elaboración posterior, y en que las diferencias existentes en el lienzo parecen deberse a que la obra se produjo en dos momentos diferentes y por dos manos distintas.

 El 29 de mayo de 2007 el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid publicó su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), en un texto que recogía diversos informes de expertos en la obra de Velázquez en los que se analizaba técnicamente la obra, en algunos de los cuales se manifiestan dudas sobre la autoría del cuadro. Según el decreto, “se puede considerar una obra de notable calidad, pese a no poderla atribuir de manera unánime a Velázquez”.

SOFÍA CAMPOS

domingo, 27 de febrero de 2022

¿Quién pone precio a las obras de arte?

 

Galeristas, anticuarios, peritos y responsables de salas de subastas nacionales e internacionales explican los factores que influyen en la valoración de las piezas


 

'Retrato de caballero', atribuido a Velázquez –

En uno de los episodios del 'reality' de las Kardashian, la matriarca del clan, Kris Jenner, afea a su hija Khloe no reconocer al autor de un perro globo inflable que hay en la estantería de su despacho.

 « ¡Es un Jeff Koons! Tienes que ir a una clase de arte», la bronca humillándola. Koons es el 'artista de cabecera' en la era Kardashian. Como bien dice Will Gompertz, director de Arte de la BBC, «cada generación tiene los artistas que se merece». ¿Podría reconocer Ms. Jenner obras de Tiziano, Velázquez o Goya? Apostaríamos a que no. Para más inri, el supuesto Koons es solo una de los miles de reproducciones que hay en todo el mundo.

 Esta anécdota demuestra, aparte de que el arte no es el fuerte de las Kardashian, que cada época adora a sus dioses artísticos y ello influye en sus cotizaciones.


 
Uno de los cotizadísimos perros globo de Jeff Koons -

Lo cual lleva a preguntarnos: ¿cuánto vale una obra de arte?

Lo que alguien esté dispuesto a pagar por ella. El valor de mercado de una pieza lo dictan la oferta y la demanda.

 Hace unos años le preguntábamos a Miguel Ángel Moratinos cuánto iba a costar la cúpula de Miquel Barceló en la sede de la ONU en Ginebra. «El arte no tiene precio», respondía tramposamente el entonces ministro de Exteriores. Lo tenía, y por cierto era muy elevado.


 

La baronesa, con sus hijas, junto a 'Mata Mua' en el Museo Thyssen - IGNACIO GIL

 la 41 edición de ARCO. Aún es pronto para saber los precios más altos alcanzados en la feria. Recientemente, se firmaba el alquiler de la colección Carmen Thyssen: 330 obras, valoradas en más de 1.700 millones de dólares (solo el 'Mata Mua', 250 millones). No se ha hecho público quién ha llevado a cabo la tasación. El desglose del valor de cada obra sorprende a algunos especialistas. No tanto el Gauguin como algunos otros lienzos. El próximo 2 de marzo, la sala Abalarte de Madrid sacará a subasta un 'Retrato de caballero', atribuido a Velázquez. Su precio estimado: 2,5-3 millones de euros.

 Para saber quiénes tasan las obras de arte, y sobre todo cómo lo hacen, recurrimos a los galeristas y anticuarios Artur Ramon (Artur Ramon Art, Barcelona) y José Antonio de Urbina (Caylus, Madrid), Jaime Mato (consejero delegado de la sala de subastas Ansorena de Madrid), una representante de una importante sala de subastas internacional, que prefiere mantener el anonimato, y Elisa Hernando, perito y profesora de la Universidad Nebrija en Economía y del Arte y Tasación, fundadora de Arte Global, una asesoría de arte para coleccionistas.

Todos coinciden en que valorar o tasar una obra de arte no es una ciencia exacta. Explican que son muchos los parámetros o factores a tener en cuenta: la atribución a un artista (especialmente en el arte antiguo) -si no hay unanimidad en la autoría, baja considerablemente el precio de una obra e incluso puede quedar invendida-; su calidad, estado de conservación, catalogación y bibliografía, datación en la carrera del artista (hay épocas más y menos cotizadas), la técnica, si está firmada o no, su procedencia (es más valiosa cuanto más pedigrí tenga, cuanto más relevantes hayan sido sus propietarios), si se le ha realizado un estudio técnico, el tamaño (es solo relativo)... La rareza y dificultad de hallar una pieza en el mercado le añade valor.

Por ejemplo, las esculturas de Modigliani. Hizo muy pocas y cada vez que sale una a la venta su precio se dispara. Aporta un plus la frescura del mercado. Gusta lo exclusivo: que una pieza lleve tiempo en una colección sin salir al mercado. Si ha estado muchas veces a la venta, su valor baja.


 

Waiting for a while', de Javier Calleja –

Asimismo, en el valor de una obra de arte influyen las modas. Basquiat es un fenómeno entre los coleccionistas millennials asiáticos y su cotización es prohibitiva. El artista malagueño Javier Calleja también arrasa en Asia. Christie's vendió 'Waiting for a while' por 1,14 millones de dólares. Por contra, la pintura del XVIII se vende hoy a precios ridículos. «Para hacer tasaciones reales es mejor no dejarse influenciar por las modas. Siempre tasamos a medio y largo plazo. Si miras solo a corto plazo y tienes pocas referencias estará la variable de la especulación. En una tasación intento acercarme lo máximo posible al valor real de mercado», comenta Elisa Hernando.