jueves, 25 de julio de 2019

DIRECTOR DEL THYSSEN “El 99% de los museos del mundo tiene problemas para conseguir visitantes”


Guillermo Solana expone algunos de las problemáticas de los centros de arte

El director del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, ha afirmado que la masificación es un problema del “uno por mil de los museos”, que siempre tienen “el protagonismo” y el “escaparate” por ser “los más famosos”, pero no del resto de centros de arte.
“El 99 por ciento de los museos tiene problemas para conseguir visitantes y el uno por ciento está desbordado”, ha señalado Solana durante una entrevista concedida a Europa Press en la que ha lamentado la atención que ocupa en los medios un asunto de las élites museísticas.

Según ha apuntado, “El Uffizi, el Louvre, el Prado algunas veces, y el Moma” son los que están “desbordados”. “Luego, una amplia zona en la que nos apañamos según qué temporadas, y hay museos que, sin merecerlo, casi no tienen visitas”, ha dicho.
Hay museos que, sin merecerlo, casi no tienen visitas”
Mientras que hace unos años se aprovechaban “las colas” y la “masificación” para “sacar pecho”, ahora hay “colas breves”, ya que en opinión de Solana “lo inteligente es administrarse” y, además, en la actualidad “hay métodos para organizarse”. “El punto de vista ha cambiado, lo que se valora es la calidad de la experiencia”, recalca.
En este sentido, Solana celebra que “se ha pasado la obsesión con el número de visitantes” y “la competición entre museos”, algo que hace una década era “muy intenso”. Además, agrega que “los rankings son poco reveladores” porque “comparan cosas que no tienen comparación posible”. “¿Qué tiene que ver el Museo de la Ciudad Prohibida De Beijing con un museo de arte en una capital occidental?”, se pregunta.
Solana celebra que “se ha pasado la obsesión con el número de visitantes”
Entre febrero y mayo de este 2019, el Museo Thyssen programó una retrospectiva de la obra del artista polaco-francés Balthasar Klossowski de Rola (1908-2001), conocido como Balthus. Aquella exposición llegó a la capital un año y medio después de que miles de personas pidieran en Nueva York la retirada del Metropolitan de una de sus obras por su “sexualización de los niños”.
Solana ha confesado que tuvo “dudas” acerca de programar en el Thyssen una exposición de Balthus y que incluso la pinacoteca ha “aplazado” su celebración porque tenía “cierta inseguridad acerca de cómo iba a funcionar”. Sin embargo, le convenció el hecho de que la Fundación Beyeler de Basilea, con la que organizó conjuntamente la muestra, se lanzara al proyecto. Además, ha recordado que aunque la exposición que organizó el Metropolitan fue “controvertida”, salió “muy bien”, algo que les dio “seguridad”, si bien una exposición de fotografía en Alemania sobre Balthus no tuvo la misma suerte y finalmente no se llevó a cabo.
En el caso del Thyssen, Solana ha desvelado que una organización religiosa argumentó “muy educadamente” en una carta que el artista “blanqueaba la pedofilia” y que por ello se tenía que retirar. En este sentido, aunque reconoce que hay un “aspecto inquietante”, defiende que tuvo “momentos muy provocadores, en las que le encantaba perturbar e inquietar al espectador burgués”. Solana opina que “el espectador tiene perfecto derecho a sentirse inquietado por ciertas imágenes de ciertos artistas”, pero matiza que no le parece bien que “uno imponga a los demás su propio baremo”.

El director artístico del Thyssen ha señalado que la baronesa quiere que la colección continúe
Respecto a la colección Carmen Thyssen-Bornemisza, cuyo actual acuerdo de préstamo se prorrogará hasta finales de diciembre hasta que Carmen Cervera alcance un acuerdo con el Ministerio de Cultura y Deporte, el director artístico del Thyssen ha señalado que la baronesa quiere que continúe.

“Estoy tranquilo, este es el lugar natural en el que debe estar”, ha afirmado Solana sobre esta colección, formada por 429 obras de artistas como Picasso, Rodin, Matisse, Gauguin, Courbet, Boudin, Monet, Sisley o Canaletto, entre otros. En cuanto al ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, Solana ha destacado que es un “privilegio” para los museos y espera que la perspectiva sea de “continuidad”. En cuanto a la situación política, reconoce que tener unos Presupuestos Generales del Estado congelados desde 2018 crea una “situación de suspense” y es un “factor de incertidumbre”.
Siguiendo con la política, Solana ha dicho que no ha tenido ocasión de hablar con el nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, pero sí con la concejala de Cultura, Turismo y Deportes, Andrea Levy, una asidua del museo y “amiga” de equipo, a quien agradece su contribución a la “promoción” del museo.

LA FOTOGRAFIA


Esta foto, tomada en agosto de 1937, es quizás la fotografía más famosa de la batalla de Shanghai. El niño en la foto nunca fue identificado por el fotógrafo.
La gran película sobre esta carnicería se suponía que era la respuesta de China a Dunkirk. Luego fue sacado de repente del mercado.
El Sistema de Censura de Beijing puede ser la razón por la cual varias películas chinas se han retirado de festivales internacionales y cines chinos en los últimos meses.
Si está pensando en Shanghái, probablemente aparezca una imagen de rascacielos y luces de neón. La ciudad es el centro financiero de China y un punto de reunión favorito para las personas que quieren ganar dinero en el Reino Medio.

Una escena completamente diferente se desarrolló en el otoño de 1937. Luego, los soldados japoneses tomaron la ciudad y comenzaron una carnicería de tres meses en la que murieron varias decenas de civiles.

lunes, 22 de julio de 2019

A juicio el banquero Jaime Botín, acusado de contrabando de un 'Picasso' valorado en 26 millones


La Fiscalía pide 4 años de cárcel y una multa de 100 millones. Está acusado de intentar sacar de España el cuadro 'Cabeza de mujer joven'


Imagen del cuadro de Picasso 'Cabeza de mujer joven

El Juzgado de lo Penal número 27 de Madrid acoge desde el próximo lunes el juicio contra el banquero Jaime Botín, acusado de un delito de contrabando de bienes culturales por haber intentado sacar de España el cuadro de Picasso 'Cabeza de mujer joven', pintada en 1906 y valorado en 26 millones de euros, sin la autorización pertinente. Tanto la Fiscalía de Madrid, que ha pedido 4 años de cárcel y una multa de 100 millones de euros para el banquero, como la parte de la defensa han pedido un aplazamiento del juicio, según han informado fuentes fiscales.




viernes, 19 de julio de 2019

El plan de Hitler mientras visitaba museos


El Führer disfrazó sus pretensiones invasoras demostrando su interés por los eventos culturales.


A mediados de julio de 1939 Europa estaba aterrada ante la amenaza de guerra, cuyo detonante serían Danzig y el «corredor polaco», viejas heridas que el tratado de Versalles había inferido a Alemania: en favor de Polonia el Reich fue desposeído de territorios donde la mitad de la población era alemana; aún escocía más el estatuto de «ciudad libre» de Dánzig, la gran ciudad industrial y comercial del Báltico, prusiana desde el siglo XVIII y con cerca de 400.000 habitantes, alemanes en un 95% y no menos lacerante era el «corredor polaco», que rompía la continuidad territorial alemana, separándola de Prusia Oriental.
Mientras se convertía en una amenaza, Hitler disfrazó sus pretensiones y suscribió con Polonia un Pacto de No agresión. Las relaciones se avinagraron en 1938, cuando Berlín propuso inútilmente a Varsovia abrir un pasillo de comunicación a través del «Corredor». La tensión subió cuando, en abril de 1939, Hitler denunció el Pacto de No Agresión y exigió la devolución de Dánzig y, de nuevo, el pasillo a través del corredor. Varsovia lo rechazó y recibió de Londres y París apoyo, actitud que le sentó a Hitler como una bofetada: puso en marcha un plan de ataque a Polonia, en clave «Fall Weiss» (Caso Blanco), y manifestó a sus militares que Danzig sería el pretexto y, tras él, Polonia. Y mientras Londres y París se atascaban en un acuerdo que incluyera a Moscú en las garantías del «status» polaco, Hitler trabajaba para adelantárseles en un tratado con Stalin.

La crisis era engañosa: en julio de 1939 Europa temblaba, pero, aparentemente, todo estaba en calma. Hitler, para evitar filtraciones, nada comunicó a sus aliados italianos y japoneses, e, incluso, enmascaró sus propósitos disminuyendo la producción de armamento, mantuvo los permisos militares y se dedicó al turismo cultural.
Visitó la fábrica Volkswagen, asistió en Viena a la semana del teatro del Reich, que estrenó «Friedenstag» de Strauss; aprovechó para visitar la tumba de su sobrina, Geli Raubal, que se había suicidado en 1931, y regresó a los lugares de su infancia y juventud, con especial atención a Linz y a sus proyectos museísticos. De vuelta a Alemania, visitó la factoría de Heinkel en Meklenburgo y presenció las pruebas del H.176, el primer avión a reacción. En Múnich asistió a la «Exposición de arte Alemán, 1939». Se recluyó unos días en el Berghof, su residencia alpina, donde alternó paseos con discreta actividad política: recibió al gobernador de Dánzig, al que aleccionó para que elevara la tensión «sin llegar al límite»: alemanes maltratados por polacos, negocios germanos perjudicados, abusos administrativos... el rosario de ofensas que tan buen juego diera un año antes en la cuestión de los Sudetes, que sirvió para descoyuntar Checoslovaquia.
Temibles cañones
Asimismo, ordenó que el anticuado acorazado Schleswig-Holstein, buque escuela de la Kriegsmarine, realizase una visita de buena voluntad a Dánzig... solo que en vez de sus habituales 175 guardiamarinas llevaría expertos artilleros para manejar los temibles cañones de 280 mm. del buque y un grupo de asalto de 250 hombres. Del 25 de julio al 2 de agosto se alojó en la residencia de los Wagner en Bayreuth para la temporada de ópera, y vio «El holandés errante», «Tristán e Isolda», «La Valquiria» y «El crepúsculo de los dioses».

Pero, de incógnito y utilizando su nuevo avión Focke-Wulf Cóndor, viajó a Berlín. Examinó con su ministro de Exteriores las negociaciones con la URSS y, para acelerar el acuerdo, accedió a tener en cuenta «los intereses de la URSS» en el Báltico. Vio con los militares que el «Plan Fall Weiss» estuviera listo el 26 de agosto; para enmascarar la concentración de fuerzas en Prusia Oriental, que alarmaría a los polacos, organizaron una conmemoración del XXV aniversario de la batalla de Tannenberg en la que Hindenburg aplastó a dos ejércitos rusos. Y, de paso, aprobó la serie de incidentes ideados por Göbbels para responsabilizar a Varsovia de la ruptura de hostilidades...
No se advirtió su ausencia de Bayreuth. Esa noche asistió a la ópera vestido con esmoquin blanco que le incomodaba. La música de Wagner le sirvió de tapadera para supervisar la línea Sigfrido en Saarbrüken y quedó satisfecho: contendría a los franceses si atacaban a Alemania mientras él aplastaba Polonia.
Cortinas de humo
El enmascaramiento de Hitler fue tan eficaz que William Shirer, el famoso corresponsal de la CBS en Berlín, viajó a Londres para coordinar la información de su cadena por si ocurría algo y lo más interesante fueron sus partidos de golf. El 14 de julio comentaba: «Después de haber estado oyendo a mis amigos del partido laborista tronar en el Parlamento contra el alistamiento obligatorio y a los conservadores expresar esperanzas de un futuro apaciguamiento, ha sido para mí un alivio oír que mi caddy exclama en un cerrado acento cockney: “Yo diría que uno de estos días tendremos que darle una buena somanta al tal Hitler“». («Diario de Berlín, 1934/1941», Debate, Barcelona, 2008)