viernes, 3 de marzo de 2017



Sotheby’s muestra con una puja de 206 millones que el mercado recupera el pulso tras el bache de 2016
Tras el bache del año pasado, generado en parte por las incertidumbres del Brexit, la fiesta ha vuelto al mercado del arte londinense. Una subasta en Sotheby’s, titulada «Impresionistas & Arte moderno», con obras entre otros de Picasso, Klimt, Modigliani y Gauguin recaudó en la noche del miércoles el equivalente a 206 millones de euros, lo que la convierte en una de las más exitosas celebradas en la ciudad. En la víspera, otra puja en su rival Christie’s había indicado ya que el mercado recupera el pulso, con ventas por 160 millones de euros, un 45% más que las de la misma sala en estas fechas del años pasado.


La estrella de la subasta de Sotheby’s fue «Bauerngarten», un paisaje floral de Gustav Klimt de 1907, que el año pasado se había mostrado en una exposición sobre cuadros de jardines celebrada en la Royal Academy de Londres. La obra se vendió por 55,8 millones de euros, frente a los 42 de salida. Cuatro compradores anónimos rivalizaron en la puja y cuando se saldó con una oferta por teléfono el personal de la casas prorrumpió en aplausos y gritos de «bravo». El pintor simbolista vienés está de moda. Según Bloomberg, la presentadora estadounidense Oprah Winfrey habría vendido un Klimt a un comprador chino por 150 millones de dólares.
LUIS VENTOSO Corresponsal En Londres
La tercera más cara
La obra de Klimt vendida este miércoles en Sotheby’s es la tercera más cara de la historia de las subastas en Londres, solo superada por «Hombre caminando» de Giacometti (75 millones de euros) y «La masacre de los inocentes» de Rubens (58 millones).

Picasso, como siempre, también funcionó bien, con la venta de cuatro de sus obras. La más cara fue «Plata de tomates», pintura cargada de simbolismo, porque pintó la tomatera que creció en el balcón de su apartamento parisino durante la ocupación nazi. Se vendió por 19,8 millones de euros, con un precio de salida de 17. Otros tres cuadros de Picasso, dos de ellos retratos de mujeres, sumaron 33 millones de euros. «El retrato de Baranowski», una curiosa obra de Amadeo Modigliani, totalizó 18,6 millones de euros, un millón más que el precio de salida

viernes, 24 de febrero de 2017

La grieta en la Antártida creará un iceberg mayor que la isla de Mallorca



Decenas de científicos en diversas partes del mundo siguen de cerca la evolución de la gran grieta que se expande por la plataforma de hielo Larsen C, en la península antártica. A principios de febrero, la Agencia Espacial Europea difundió las imágenes captadas con ayuda de los satélites Sentinel-1 y esta semana es la British Antarctic Survey (BAS) quien facilita nuevas e interesantes fotografías y vídeos recogidos desde aviones que han sobrevolado esta gran fractura en el hielo.

En ambos casos, los expertos indican que la grieta se está ampliando a ritmo acelerado desde finales de 2016 meses y que es muy probable que alcance el extremo de la plataforma -provocando la fractura total- en los próximos meses.


Los cálculos actuales indican que la rotura de esta masa de hielo podría crear un iceberg de más de 5.000 kilómetros cuadrados. Para tener una idea aproximada de esta dimensión se debe recordar que la isla de Mallorca tiene una superficie de 3.640 km2.
Entre los equipos que estudian este fenómeno se encuentran también el proyecto MIDAS, liderado por la Universidad de Swansea (Reino Unido), que miden desde hace años las dimensiones de esta fractura.
Terreno inestable
Durante el presente verano antártico, un equipo de investigación de glaciología del proyecto MIDAS ha estado en Larsen C usando técnicas sísmicas para examinar el fondo marino bajo la plataforma de hielo. La inestabilidad de la zona impidió establecimiento de una base fija pero los científicos pudieron recoger datos sobre el terreno e imágenes aéreas de gran calidad.



La rotura de las plataformas de hielo en la Antártica y la formación de grandes icebergs es un fenómeno relativamente frecuente y no existen datos concretos que relacionen directamente el proceso que ahora se estudia con el cambio climático.

No obstante, los expertos consideran demostrado que el cambio climático está teniendo un efecto significativo en el debilitamiento y la reducción del grosor de las plataformas de hielo de la Antártida

miércoles, 22 de febrero de 2017

Descubierta en Guadalajara la ciudad que puede cambiar los libros de historia



Un equipo de arqueólogos e investigadores ha descubierto bajo la ermita de la fotografía un hallazgo de enorme relevancia: una ciudad romana de 12 hectáreas, que se creía perdida, oculta bajo una colina y en perfecto estado de conservación.


Los expertos señalan la excepcional importancia de este yacimiento para el conocimiento del interior de la Hispania romana




Los expertos señalan la excepcional importancia de este yacimiento para el conocimiento del interior de la Hispania romana

Ha sido descubierta la que los arqueólogos identifican con una ciudad romana perdida, de nombre Caraca, en el municipio de Driebes (Guadalajara, cerca del límite de Madrid), en la comarca de la Alcarria Baja. Ya había indicios arqueológicos de la importancia del lugar, puesto que en 1945, durante la construcción del canal de Estremera, fue localizado a los pies de este cerro un tesorillo de plata, con un peso de casi 15 kilos, formado por tortas de pesos, recipientes, lingotes, sortijas, torques, fíbulas, y monedas.
El tesoro, datado a finales del siglo III a.C., se expone actualmente en el Museo Arqueológico Nacional y, pese a su importancia, se desconocía todo sobre su contexto arqueológico en esa zona, que no se había explorado y la mayor parte de los estudiosos tenía como carente de importancia. Posteriormente sólo se habían realizado algunas prospecciones en la década de los ochenta por parte de los profesores Jorge Sánchez-Lafuente y Juan Manuel Abascal.

Pero, desde este pasado otoño, un equipo de arqueólogos dirigido por Emilio Gamo Pazos (profesor-tutor del Centro Asociado de la UNED en Madrid) y Javier Fernández Ortea (gestor del Monasterio de Monsalud) ha desarrollado una prospección arqueológica intensiva y geotécnica del cerro de la Virgen de la Muela, en Driebes, descubriendo un hallazgo de enorme relevancia: toda una ciudad romana, de considerables dimensiones (unas 12 hectáreas), oculta bajo la colina.
Para explorar ésta se formó un equipo multidisciplinar formado por profesionales del CAI de Arqueometría y Análisis Arqueológico en colaboración con el Departamento de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica I (Sección departamental de Astronomía y Geodesia), de la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense. Así como por los arqueólogos e historiadores Jerónimo Sánchez Velasco, David Álvarez Jiménez y Saúl Martín González. Las prospecciones fueron financiadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, así como por el Ayuntamiento de Driebes y la Asociación de amigos del Museo de Guadalajara, con la inestimable cooperación de los dueños del terreno que permitieron el desarrollo de esta investigación.
Se ha trabajado con las técnicas y métodos de investigación históricos y arqueológicos más punteros, desde estudios de toponomia, cartografía y fotografía histórica, a un intenso trabajo de campo que incluyó la recogida de materiales arqueológicos en superficie –fundamentalmente cerámica, pero también piezas de estuco con restos de pinturas murales– y el uso de un georradar 3D. Esta técnica actual permite poder «ver» con detalle los restos arqueológicos a una profundidad de hasta 1,5 metros en tres dimensiones, con una recreación fiel por ordenador, sin necesidad de tener que excavar, a fin de saber con qué se van a encontrar los arqueólogos en la zona de la sospechan. Aunque los expertos esperaban resultados alentadores, lo obtenido ha superado con creces todas las expectativas y constituye un hallazgo seguramente revolucionario, como se detallará en las publicaciones científicas del equipo que actualmente se encuentran en prensa.
En efecto, se pudo confirmar en el plano la presencia de una gran ciudad romana con un urbanismo propio y muy desarrollado. A través del georradar se observa con claridad toda una ciudad, con sus espacios públicos, incluido un foro porticado, su cardo y decumanus, es decir, sus avenidas principales, posiblemente un mercado (macellum) y unas termas, además de una tupida malla de manzanas de viviendas que, además, parecen solaparse en diversas fases cronológicas.

Por otro lado es posible que la ermita de la Virgen de la Muela, patrona de Driebes, erigida en el siglo XVI y que aún pervive en estado ruinoso, se superponga a un antiguo templo de una divinidad pagana en el centro del yacimiento. La identificación con la ciudad romana de Caraca, citada en las fuentes clásicas, pero cuya ubicación era hasta el momento desconocida, es muy probable, según los arqueólogos. Estos apuntan que los restos más antiguos son del final de la Edad de Bronce, es decir, de los comienzos del primer milenio antes de Cristo, y el lugar continuó ocupado por los carpetanos y luego, con la conquista romana, el lugar albergó esta importante ciudad que podría haber alcanzado, a la vista de los recientes descubrimientos, la categoría de «municipium». Además, los arqueólogos han localizaron un acueducto de «opus caementicium (el hormigón romano) con nada menos que 112 metros de canalización e idénticas características al de Segobriga y con cabecera en el manantial de Lucos, también situado en Driebes. La construcción de este tipo de obras iba en consonancia con la monumentalización de las urbes con estatus municipal.

Un paso necesario
Para cerrar el círculo, el otro hallazgo significativo es la identificación de unos sillares de grandes dimensiones con decoración almohadillada, pertenecientes a edificios públicos y los restos de la vía romana que uniría a ésta ciudad con Segobriga y Complutum, la llamada vía Complutum-Carthago Nova.
Sin embargo, para terminar de confirmar las hipótesis planteadas desde un inicio y los hallazgos constatados con las nuevas tecnologías, resulta necesario dar el siguiente paso. De este modo es la intención de los arqueólogos continuar en este año los trabajos en el lugar con el objeto de desvelar más detalles de este yacimiento excepcional para el conocimiento del interior de la Hispania romana. El espectacular hallazgo de una nueva ciudad romana como la de Caraca supone una oportunidad, no sólo para el conocimiento científico, sino también para el desarrollo sociocultural y económico de la comarca de la Alcarria. Para saber más detalles acerca de este descubrimiento los implicados en las labores de investigación han convocado una conferencia pública en el Museo de Guadalajara el próximo 9 de marzo.
Un cambio en el mapa territorial de Hispania

Expertos y autoridades están de acuerdo en la enorme importancia de la ciudad romana encontrada en Driebes, que ha sido posible gracias la colaboración entre universidades, administraciones públicas y particulares.
El alcalde de la localidad, Pedro Rincón, constata «la gran expectación creada por los restos arqueológicos» descubiertos, al tiempo que agradece «la colaboración de los dueños del terreno en el desarrollo del proyecto de investigación». Mientras que María Luisa Cerdeño, profesora de la Universidad Complutense, resalta «la importancia del descubrimiento de este nuevo yacimiento, casi intacto, porque puede proporcionar una valiosa información sobre el contacto de los romanos con las poblaciones indígenas y sobre su posterior desarrollo cultural».
El interés del yacimiento radica en que «documenta una amplia secuencia cultural que abarca desde los primeros ocupantes del cerro al final de la Edad del Bronce, el desarrollo de los carpetanos en la Edad del Hierro y su proceso de romanización», destacando la importancia de esta «gran ciudad romana que pervivió hasta finales del siglo II», completa. Teresa Sagardoy, arqueóloga de la Junta de Castilla-La Mancha, también se ha posicionado sobre el tema, que lo califica como «uno de los hallazgos arqueológicos más relevantes de los últimos años».

Respecto a los modernos métodos utilizados en la prospección arqueológica, con herramientas como el georradar 3D, Teresa Chapa –catedrática de la Complutense– destaca que ésta ha permitido detectar con gran precisión estructuras enterradas: «Bajo un campo arado casi pueden verse plazas, calles y casas de época romana». Con esta información, afirma la catedrática, «la arqueología puede contribuir decisivamente a la conservación de unos restos que de otro modo correrían el peligro de desaparecer». Finalmente, Fernando Aguado, director del Museo de Guadalajara, califica como excelente el trabajo del equipo de investigación –con Emilio Gamo y Javier Fernández a la cabeza– que recabó desde el primer momento el apoyo de diversos actores públicos y privados, como la Asociación de Amigos de Guadalajara, y declara que, aun en esta fase inicial de resultados, «los datos que arroja la prospección suponen ya dar un vuelco al conocimiento que se tenía hasta ahora de la presencia romana y viene a completar el mapa de la organización territorial de Hispania». Sólo cabe esperar –continúa– que las excavaciones saquen a la luz restos de entidad para poder ir completando las colecciones de época romana del Museo e ilustrar con ellos esta apasionante etapa cultural.