domingo, 22 de noviembre de 2015

El carisma no explica el respaldo del pueblo alemán a Hitler, según una polémica biografía



Peter Longerich abre un debate nacional en Alemania y rebate los libros de Fest y Kershaw
Hilter y sus mariscales de campo
«El fenómeno Hitler no se puede explicar fundamentalmente, como hace Ian Kersaw en su biografía estructuralista, por las fuerzas sociales y por las condiciones y estructura de la dictadura nazi. También es necesario despedirse de una vez de la imagen de un hombre a la sombra de su propio carisma que se alejaba cada vez más de la realidad, que se distanció del proceso político y dejó suceder los acontecimientos, una imagen que Hans Mommsen ha planteado en su tesis sobre el dictador débil».
Así rebate Peter Longerich en el prefacio de su biografía recién publicada en Alemania, «Hitler», los planteamientos de los más prestigiosos historiadores que en los últimos años se habían ocupado de la figura del dictador alemán. En su tomo de 1.295 páginas, recién llegado a las librerías alemanas y que ya empieza a hacer bastante ruido, Longerich pone el acento en el constante respaldo que Hitler se procuró por parte del pueblo alemán para sus políticas y el alto nivel de identificación de este con su Führer. «Así se obtiene una imagen diferenciada», subraya, sugiriendo que Hitler se sirvió de los intereses y del potencial del resentimiento de los alemanes para obtener progresivamente poder y que eso es lo que explica cómo pudo llegar tan lejos.



Subestimado

Longerich, un reconocido investigador de la historia del Tercer Reich y que actualmente trabaja como profesor en la Universidad de Londres, considera que se ha subestimado la agudeza política del líder nazi en beneficio de una falsa creencia en sus habilidades hipnóticas sobre los alemanes. En su opinión, las primeras tres décadas de la vida de Hitler, mitificadas en Mein Kapf y después por el aparato de propaganda nazi, sirven solamente para explicar la formación de una personalidad que tendría una gran influencia en la historia, pero no para permitir entender cómo se produjo semejante concentración de poder en manos de un solo individuo en un país culto, sensible e inteligente. Y en la respuesta a esta pregunta central de la obra, los alemanes no salen muy bien parados, ya que Longerich concluye que apoyaron y encumbraron a Hitler porque sus políticas les beneficiaban. Puro interés.
«¡En general, es la imagen de un dictador que controló mucho más y que estuvo más estrechamente relacionado con decisiones individuales de lo que se pensaba. He querido volver a colocar a Hitler como persona en el centro de atención», defiende, «distanciándose de visiones sociológicas que fundamentaban en una coyuntura histórica y social determinada el ascenso de Hitler al poder, incluido el más amplio planteamiento de Joachim Fest, al que también rebate abiertamente. 



La biografía de Longerich rechaza por tanto la respuesta que se proporcionó a sí mismo el pueblo alemán tras el final de la II Guerra Mundial, aferrado a la creencia de que había sido rehén de una banda criminal liderada por el carismático Hitler, empeñado en conquistar Europa y exterminar a los judíos. «No hay pruebas de que en su juventud fuese tan fanáticamente antisemita como se ha mantenido», advierte, «más bien se dio cuenta de que el antisemitismo existente en la sociedad alemana podría proporcionarle beneficios políticos y se apropió del tema».
«Durante los años 1919 y 1920, Hitler se percató de que podría triunfar en la política si se apoyaba e incitaba el antisemitismo», sostiene el autor, para quien el antisemitismo no se convierte en un elemento de primera línea del discurso de Hitler hasta al menos 1930. Basándose en los primeros discursos públicos de Hitler y en material de los diarios de su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, Longerich afirma que incluso sus políticas racistas, que culminaron con el Holocausto y la muerte de al menos 6 millones de judíos, fueron tomadas en gran parte basándose en el oportunismo político.
Recuerda que «Hitler fue entrenado como propagandista por el Deutscher Arbeitpartei (Partido de los Trabajadores Alemanes) en Múnich, lo que entraña consideraciones políticas muy concretas», y que «ciertas deficiencias funcionales» del Estado alemán funcionaron como «requisito previo para su omnipotencia».

Sin voyeurismo

Algunos críticos, como Philipp Schnee, reprochan que esta biografía «carece del elemento vivo», que no aborda una caracterización pormenorizada del carácter y la vida privada del protagonista, pero Longerich rechaza esa perspectiva «voyeurista» y opta por una presentación sobria y sin color. «Es aconsejable evitar la embriagadora fascinación por el horror», reflexiona, «y no caer en la trampa psicológica». Su fría conclusión es que la figura política del Führer se alimentó de una serie de «fuerzas externas» predominantes y argumentos que Hitler as



viernes, 20 de noviembre de 2015

Roban 17 obras de maestros como Rubens, Tintoretto y Mantegna en un museo de Verona



Las piezas, que están valoradas en 15 millones de euros, se hallaban expuestas en el Museo de Castelvecchio
Un total de diecisiete cuadros, entre ellos algunos de Tintoretto y de Rubens, valorados en 15 millones de euros, han sido robados del Museo de Castelvecchio, en la ciudad italiana de Verona, informó hoy el consistorio en un comunicado. El suceso tuvo lugar a última hora de la tarde del jueves cuando el museo aún estaba abierto, «justo en el momento del cambio entre los trabajadores y el encargado de la vigilancia». En este lapso de tiempo l os sistemas de seguridad de la institución y los sensores de movimiento aún no habían sido activados.
De este modo los ladrones, tras inmovilizar al guardia que custodiaba el edificio, pudieron sustraer diecisiete obras de arte, entre ellas cinco de Tintoretto y una de Rubens. Además, robaron obras de Pisanello, Jacopo Bellini, Andrea Mantegna, Giovanni Francesco Caroto, Hans de Jode y Giovanni Benini.
El alcalde de Verona, Flavio Tosi, opina que los ladrones son profesionales y «sabían qué robar y conocían el museo. Seguramente alguien les ha mandado porque se han movido con habilidad, yendo a lo seguro» y agregó, en declaraciones a medios locales, que las obras robadas «son prácticamente las más preciosas expuestas». En una nota subrayó además que la seguridad en el museo se había aumentado a partir de 2005, cuando se implementó un sistema de videovigilancia.
En total, el museo cuenta con 48 cámaras distribuidas por el interior del edificio y otras tantas situadas en sus proximidades y las imágenes que han registrado ya han sido puestas a la disposición de la policía para tratar de esclarecer la autoría del robo.

sábado, 31 de octubre de 2015

Las joyas de Cleopatra están en peligro



El Gobierno británico avisa de una amenaza 'seria e inminente' a los museos por parte de bandas de crimen organizado. Las piezas pequeñas serían el botín más deseado.
La amenaza política internacional, por llamarla de alguna manera, no es la única que gravita sobre museos e instituciones culturales de Reino Unido. La National Crime Agency, en la que se amalgaman servicios de espionaje y fuerzas de seguridad, ha alertado de peligro de un ataque "serio e inminente", por parte de bandas de crimen organizado. La información, según medios especializados como The Art Newspaper, proviene de "topos" infiltrados en las organizaciones criminales.
A tenor de la información de los cuerpos del Estado, personas que organizan actos criminales han sido vistas reiteradamente en varios museos de Reino Unido. Las sospechas coinciden con los recortes en seguridad que han aplicado las instituciones a raíz de la mengua del presupuesto que les destinaba el gobierno británico.
Esta casualidad entre la disminución de la vigilancia y el robo se ha producido, por consecuencia o coincidencia, el pasado mes de septiembre en el Museo Nacional de Escocia, en Edimburgo, en el que los ladrones se llevaron a plena luz del día una colección de monedas medievales -piezas originales de los años 1555 a 1604- en un robo que los sindicatos atribuyeron al descenso de las medidas de seguridad por la reducción del presupuesto del Estado.
William Brown, encargado de la seguridad del organismo gubernamental Arts Council, ha mandado aviso a los museos e instituciones culturales para "enfatizar la vigilancia y en caso de alarmas que se traten con profesionalismo". Las medidas que aconseja el Arts Council advierten de guardar las colecciones en lugares protegidos y/o mantener las vitrinas limpias para detectar huellas dactilares en caso de robo. Los vigilantes deberán observar los gestos de los visitantes y el período de tiempo que permanecen ante una obra, por si alguno provoca sospecha mirando, excesivamente, algún objeto expuesto.
Los aristócratas retratados por Goya actualmente en la National Gallery o la piedra Rosseta del Museo Británico pueden estar tranquilos por sus dimensiones, las joyas de Cleopatra o la porcelana griega corren mayor peligro, a tenor de la última alerta.
Los empleados de la National Gallery (equivalente al Museo del Prado) han protagonizado una huelga intermitente en los últimos meses -ahora resuelta-, por la adjudicación del servicio de seguridad a una empresa privada, ajena a la institución. La pinacoteca recibió el año pasado 6.4 millones de visitantes, un número inferior a los 6.6 que traspasaron las puertas del Museo Británico, símbolo de la política imperial británica en siglos anteriores. El museo de arte moderno Tate Modern contó 5.7 millones de visitantes mientras que el de Historia Natural contabilizó 5.3 millones y el de la Ciencia 3.3 millones.
Las instituciones culturales aplican medidas de vigilancia según la coyuntura política o la posible amenaza contra la seguridad. Tras los atentados terroristas perpetrados en Londres en julio del 2005 se incrementaron los controles de acceso a pinacotecas, museos o bibliotecas. Ahora, de nuevo, gravita la amenaza de robo por parte del crimen organizado.

viernes, 23 de octubre de 2015

El Museo Picasso muestra la fascinación del pintor malagueño por El Greco



El centro expondrá hasta el próximo 17 de enero el cuadro 'Caballero anciano', una obra maestra que pertenece a la colección del Museo del Prado

El Museo Picasso de Barcelona muestra desde hoy en la exposición La pasión grequiana de Picasso la fascinación e influencia que ejerció Domenicos Theotocopoulos en el pintor malagueño en diferentes etapas de su vida.
Fruto de un intercambio de obras, el Museo Picasso expondrá hasta el próximo 17 de enero el cuadro Caballero anciano, una obra maestra del retrato de El Greco, que pertenece a la colección del Museo del Prado.
Esta obra se expone junto a 29 piezas que forman parte de la colección permanente del museo barcelonés, todas seleccionadas por la comisaria de la muestra y conservadora del centro, Malén Gual.

Según ha explicado Malén Gual, "esta admiración se puso de manifiesto especialmente en el período de contacto de Picasso con el Modernismo barcelonés, en la época azul, en los inicios del cubismo y en los años sesenta, cuando dirigió su mirada hacia el siglo de oro español.



La pintura "Caballero anciano" es un óleo de 1587-1600 y uno de los que más interés literario y artístico ha despertado desde los inicios de su exposición en el Museo del Prado.
El cuadro de El Greco responde a una tipología poco frecuente, la del busto corto y al mismo tiempo austero, donde el retratado se enfrenta de manera muy directa al escrutinio del espectador, y donde se reducen al máximo los elementos retóricos que acompañan y contextualizan el retrato en la Edad Moderna: vestimenta, escenario y gestualidad.

La admiración de Picasso por El Greco se inició en su juventud, relata la comisaria, cuando tuvo la oportunidad de estudiar la obra de El Greco a raíz de sus visitas al Museo del Prado, en Madrid, durante el período 1897-1898, cuando estudiaba en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
El joven Picasso decidió pronto formarse por su cuenta, aprendiendo precisamente de la observación de las obras maestras conservadas en el Prado, "si bien en los registros de la pinacoteca madrileña no ha quedado constancia de que copiara algún cuadro de El Greco, y sí, en cambio, de obras de Velázquez o Murillo", aclara Gual.
De esta época proviene también la fascinación por la obra de Velázquez, constatada en una hoja de dibujos realizados en Horta de Sant Joan en 1898 en la que escribe toda una declaración de intenciones: "Greco. Velázquez inspiradme", expuesta junto al retrato "Hombre al estilo de El Greco" (1899).


En la exposición se pueden contemplar una serie de dibujos de personajes con cabezas estilizadas, "al modo grequiano", a menudo mezclados con otros dibujos y caricaturas de Picasso pertenecientes a este período.
Al volver a Barcelona, en el círculo del café modernista Els Quatre Gats, entró en contacto con Santiago Rusiñol, Miquel Utrillo e Ignacio Zuloaga, admiradores, coleccionistas y defensores de El Greco en un momento en el que todavía no había recibido el reconocimiento general e incluso su obra estaba adscrita todavía a la escuela italiana.
En los últimos años del siglo XIX, Picasso realizó varios dibujos y pinturas en los que la inspiración de El Greco es central: alargamiento pronunciado de las figuras y caracterización de los personajes con vestimentas del siglo XVI".
Todas las obras de Picasso presentes en la exposición muestran esta influencia, entre ellas una obra en la que retrata a Santiago Rusiñol a la manera grequiana como si fuera el Caballero de la mano en el pecho.
La influencia de El Greco se interrumpe hasta que renace hacia 1950 y se mantiene hasta los años 70, como muestra la última sala de la exposición, centrada en sus retratos.
En ese Picasso tardío, el artista malagueño utiliza todo tipo de técnicas, incluidos el grabado sobre linóleo y el aguafuerte, y temáticamente hace retratos de personajes masculinos.El ejemplo más claro es el "Retrato de hombre con gorguera", un grabado con gubia de 1962 donde Picasso no sólo estiliza el rostro del personaje, sino que hace suya la composición y la sobriedad de los fondos de los retratos de El Greco.







jueves, 24 de septiembre de 2015

Las Ferias de Arte , un negocio para algunos

Quien tiene trayectoria y conocimiento en el medio cultural internacional, se da cuenta, que las Ferias de Arte, son un gran negocio para algunos.
Un invento, que lleva bastante tiempo, y donde el negocio, es solo para determinados personajes, a costa de aquellos que procuran obtener un espacio considerable.
En las grandes ciudades del mundo, siempre exite una Feria, a modo de difundir un pais o atraer turismo. Pero es solo el negocio para determinados personajes....
EL GRAN COLECCIONISTA, basa su interes, su pasion, su inversion, en las grandes obras y es un mercado totalmente reducido....
Con el correr del tiempo, se ha ido desgastando, el interes , por la inversion cultural...Teniendo en cuenta la gran crisis global, los pequeños, inversores, le dieron paso a otras prioridades.....
En la Argentina, por ejemplo, despues del fallecimiento de Amalia Fortabat, y muchos años antes que ello ocurriera, el mercado del arte fue declinando.En la actualidad, solo piensan, en el gran coche, el gran viaje, y no la inversion de obras de arte..Los propios turistas, que llegan a la Argentina, solo piensan en pasar por el barrio de San Telmo, y comprar una buena botella de sifon.....
Y en el exterior, bueno otro dia les sigo explicando que viven del arte algunos.....algunos....SON los que cobran por curadurias, por ....mejor otro dia....

John Lennon animaba a sus compañeros a realizar fechorías en la escuela



John Lennon era un genio, un músico convertido en leyenda y, al parecer, también un rebelde. El líder de Los Beatles se convirtió en uno de los rostros de la contracultura, el cabecilla que cantaba y abogaba por la paz. Pero no todo eran buenas conductas y causas nobles en la vida de Lennon. Pero, antes de convertirse en esa especie de héroe, todavía más mitificado tras su fatídica muerte a manos de Mark David Chapman, la estrella de música probó el lado malo de la vida.
Con quince años estudiaba en el instituto Liverpool Quarry Bank. Allí no era a él a quien le jaleaba un público entregado Era él quien animaba a sus compañeros a realizar fechorías en la escuela, y no tenía problema alguno en desobedecer en clase o poner a prueba a los profesores.

viernes, 11 de septiembre de 2015

El contrato que lanzó a la fama a los Beatles se subastará en Londres



Lo firmaron en 1962 junto al representante Brian Epstein y saldrá a la venta por 411.000 euros

El contrato que firmaron en 1962 The Beatles y el representante Brian Epstein, que catapultó a la fama a la banda de Liverpool, saldrá a la subasta en Londres por un precio estimado de entre 300.000 y 500.000 libras (de 411.000 a 685.000 euros), informó la casa Sotheby's.
Días antes de publicar su primer sencillo, «Love Me Do», los cuatro integrantes definitivos del grupo -John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr-, rubricaron el único documento que les uniría a Epstein, que controló los pormenores del despegue de su carrera. El documento determina que el mánager era responsable de «todos los asuntos relativos a la vestimenta, maquillaje y aspecto» del grupo, y le daba poderes para despedir a alguno de los integrantes de The Beatles si se producían disputas entre ellos. Una de las cláusulas del contrato detalla que Epstein podía echar a alguno de los músicos si «dos o más de ellos desean dejar fuera a uno o más del resto de artistas sin el consentimiento escrito del mánager».
Sin este contrato y la relación que selló sería inconcebible que The Beatles hubieran alcanzado el mismo éxito. Era necesario algo más que inspiración musical y composición para reinventar la música popular», sostuvo Gabriel Heaton, especialista en Libros y Manuscritos de la casa de subastas, que rematará el documento el 29 de septiembre. Epstein, que había regentado una tienda de discos y no tenía experiencia en la representación de artistas, convenció al grupo de que les convertiría en estrellas tras escuchar sus primeras grabaciones.
El 9 de noviembre de 1961, el empresario visitó el «Cavern Club», en Liverpool, para oír en directo a la banda por primera vez y regresó todas las noches durante la siguiente semana. Un mes después, el 10 de diciembre de 1961, The Beatles acordaron que Epstein sería su representante, si bien esa relación no se formalizó por escrito hasta el 1 de octubre del año siguiente. La implicación de Epstein en el día a día del grupo le llevó a ser conocido como el «quito Beatle».
Cuando en agosto de 1967, con 32 años, fue hallado muerto en su apartamento del barrio londinense de Belgravia por una sobredosis accidental de medicamentos, el grupo le rindió tributo: «Le queríamos. Era uno de nosotros», afirmó John Lennon.