jueves, 20 de agosto de 2015

Elvis Presley, el gran negocio en el mercado de las subastas



Es la tercera vez en 2015 que se rematan objetos que pertenecieron al rey del rock and roll
La subasta de bienes de Elvis Presley es una de las actividades más habituales de los últimos tiempos relacionadas al mundo del rey del rock and roll. Se podría decir que éste es junto a las reediciones de sus discos, a las versiones remasterizas y, sobre todo, a los compilados, es uno de los rubros más fructíferos que rodean su figura legendaria.
Elvis es uno de los ídolos más rentables desde su muerte, el 16 de agosto de 1977. El merchandising que figura en su web site oficial es realmente variado.
Meses atrás se dio cuenta de las subastas que se realizan de sus bienes en Graceland, su antigua mansión de Memphis, Tennessee, y actual meca para el peregrinaje de sus fans. En la nota publicada con el título Subastar la intimidad de los artistas muertos en noviembre del año pasado, se mencionaba el anuncio de Graceland sobre la subasta del primer single que Elvis había grabado. La idea, en ese momento, era realizarla el 8 de enero, día de su nacimiento. Sin embargo, la Semana Elvis no se celebra en esa fecha sino en agosto, en torno al día de su muerte.
Para este año se preparó un gran lote de elementos de la intimidad del astro para ser subastados en tres tandas. El primero, en enero, además de aquel primer single incluyó otros 66 objetos (su primera licencia de conducir, por ejemplo). Los otros dos, durante la semana Elvis.
Laura Pickett, directora general de Graceland Auctions, aclaró que en este caso los objetos vendidos no pertenecían a la casa Graceland sino a coleccionistas privados. Incluso, al principio se ofrecieron 174 objetos, pero la directora contó a la agencia de noticias AP que 14 de ellos serían reexaminados y que probablemente entrarían en una próxima subasta.
Los objetos retirados incluían un traje de Starburst que Presley usó durante sus conciertos en Las Vegas en 1973, y una guitarra autografiada por Presley, Johnny Cash, Carl Perkins y Jerry Lee Lewis. “No es raro que una subasta retire algunos objetos -dijo Pickett-. La integridad de la subasta y la autenticidad de los objetos son de suma importancia para nosotros'.
Y también es una manera de sostener la seriedad de negocio. En total, el lote que salió a la venta el pasado jueves incluyó 160 objetos, entre los que se destaca un dije de diamante y oro que Elvis le regaló a Sammy Davis Junior, que se vendió en 32.000 dólares, y un arma de fuego, vendida por 96.000 dólares. La oferta se realizó vía internet varias semanas antes.



Otros objetos

Anillo en forma de Búho. Presley le dio el anillo de oro de 14 quilates a un admirador tras un concierto en Lago Tahoe, en mayo de 1973. Precio de venta: 32.500 dólares.
Anillo para el meñique. Trae 15 diamantes. El cantante se lo dio a un miembro de su círculo cercano que comenzó a trabajar con él después de que regresó de su servicio militar y siguió colaborando hasta comienzos de la década del setenta. Precio de venta: 27.500 dólares.
Traje gris oscuro, de 1962. Fue usado por Presley en la película de MGM It Happened at the World's Fair. Precio de venta: 25.000 dólares.
Camiseta que Presley sacó de su guardarropa. La firmó para ser usada como el premio mayor de una rifa de los Boy Scouts, en 1973. Precio de venta: 16.250 dólares.


jueves, 6 de agosto de 2015

"Yesterday", la canción icónica de los Beatles, cumple 50 años



"Yesterday" es una canción que, aunque pase el tiempo, sigue estando tan vigente como el día en que se lanzó. La balada melancólica compuesta por Paul McCartney para los Beatles se escuchó por primera vez en 1965 con el lanzamiento del álbum "Help!" y fue la primera de la banda en contar con la voz única de uno solo de sus integrantes.
De acuerdo con los biógrafos de McCartney y los Beatles, Paul compuso la melodía completa en un sueño que tuvo en la casa de su novia Jane Asher y su familia en Londres. Al despertarse, fue rápidamente al piano, puso en funcionamiento una grabadora de cintas y la tocó, para no olvidarla junto con su sueño. Pero al ser parte de su inconsciente, temió haber plagiado una composición existente y por eso se puso a investigar con gente del negocio de la música para ver si conocían la melodía. Después de convencerse de que no había tomado la melodía de otra composición, McCartney empezó a hacerse cargo de la letra que la acompañaría.

En su biografía, Many Years From Now, McCartney escribió: "Lo primero que hice con la melodía fue verificar si no tenía dueño, y la gente me dijo: 'No, es encantadora, y estoy seguro de que es toda tuya'. Me tomó un poco de tiempo asegurarme que no pertenecía a alguien, pero como un buen buscador, finalmente la reclamé como mía; al principio no sabía qué letra adaptarle. Solía llamarla "Huevos revueltos". Por su parte, John Lennon relató cómo llegaron a ponerle "Yesterday": "La llamamos 'Huevos revueltos', a modo de broma entre nosotros. Decidimos que el título solo debía tener una palabra, pero no encontrábamos ninguna adecuada. Una mañana, Paul se levantó, completó la letra y encontró el título. Me entristeció un poco haberla terminado, porque tuvimos muchos momentos divertidos a su costa".

viernes, 3 de julio de 2015

El cuadro más caro de la Historia ya cuelga en el Reina Sofía



Aunque no se ha confirmado oficialmente, «Nafea faa ipoipo (¿Cuándo te casarás?)», de Gauguin, fue adquirido por la Autoridad de Museos de Qatar por 300 millones de dólares 

 


El cuadro salió el lunes de Basilea, estuvo una noche en Barcelona y llegó el miércoles a Madrid

 

El cuadro salió el lunes de Basilea, en un camión de la empresa SIT, especialidada en transporte de obras de arte, rumbo a España. Iban dos conductores para turnarse y un restaurador de la fundación Staechelin, que actuaba como correo. Pasó una noche en Barcelona, en los almacenes de la empresa en la Ciudad Condal, y el miércoles llegó sobre las cinco de la tarde al Reina Sofía. Como es preceptivo, pasó un día aclimatándose en su embalaje

Explica el director del museo, Manuel Borja-Villel, que no se han tomado medidas de seguridad distintas a las habituales, que son suficientes: cámaras y un vigilante en sala. Pero, si el número de visitantes se disparara, se tomarían las medidas oportunas, añade. Confirma que tampoco se ha aumentado el valor del seguro tras la venta del cuadro. La garantía del Estado se hizo cargo de casi la totalidad de los seguros, que asciende a más de 1.587 millones de euros, si sumamos los 10 Picassos que se exhiben en el Prado y los 166 del Reina Sofía (incluyen obras de la colección del Kunstmuseum de Basilea, y de dos colecciones privadas que están cedidas a este museo: Staechelin e Im Obersteg).

Historia de su cotización

En 1893, cuando fue expuesta en la Galería Paul Durand-Ruel, fue valorada en 1.500 francos suizos. No se vendió. Dos años más tarde salió a subasta por 500 francos. Tampoco encontró comprador. Su abuelo lo adquirió por 18.000 francos suizos. Staechelin, que tiene un hijo y una nieta, cuenta que en 1981 la obra se tasó en 6 millones de francos suizos. Le preguntamos sobre el futuro de su colección. En febrero reconocía a ABC que hay problemas entre la Fundación y el Kunstmuseum de Basilea y que no descartaba retirar de allí su colección. «Estoy abierto a que vuelvan allí, no lo excluyo, pero no he tomado aún la decisión. Es cierto que hay problemas con el museo, no lo oculto», advierte.
Cuenta que dos accidentes aéreos marcaron a su familia. En 1967un chárter de la compañía familiar se estrelló en Nicosia. Las pérdidas económicas obligaron a su abuelo a vender parte de su colección de arte: un Van Gogh y dos Picassos. Estos últimos los compró la ciudad de Basilea tras un histórico referéndum: el Gobierno pagó 6 millones y hubo otros 2,4 millones de aportación privada. Un Picasso emocionado donó a la ciudad cuatro obras. El segundo accidente aéreo se produjo en 1977: murieron en él su padre, su hermano y la novia de éste. «A los 25 años, recuerda, me convertí en responsable de la colección». Reconoce que, debido a necesidades económicas, hay patrimonio familiar colgado en muchos museos: «Se nos acercan muchos coleccionistas para que les vendamos obras. Decidí vender el Gauguin por falta de dinero, pero no lo hice por inversión ni por especulación. No esperamos para hacerlo a que fuera el momento más propicio del mercado». Por el momento, dice, no tiene intención de deshacerse de más obras: «Por ahora no necesito más dinero.

 

miércoles, 22 de abril de 2015

Segunda parte del programa

Esta es la segunda parte, del programa LA MESA DEL GALLEGO ALFREDO PEREZ
Musica . de Juan Jose Delmenico . letra original para el programa
La idea , conduccon, produccion y direccion de Alfredo Perez
Es una propuesta para television y medios visuales....
Ademas han participado el director de cine CHARLY GOMEZ  - presente sus cortometrajes en el Festival de Barcelona
y el director de teatro Cristian Balci

UN PROGRMA PARA LA TELE

Es un formato de programa .LA MESA DEL GALLEGO ALFREDO PEREZ - que muestra nuevas alternativas visuales. En la Imagen la periodista, concejala y candidata a Intendente de la ciudad de Rosario. Es la primera parte
La musica del programa es original de JUAN JOSE DELMENICO - letra y musica
La conducion , produccion y direccion de ALFREDO PEREZ

lunes, 20 de abril de 2015

¿Llegaron los chinos a América antes que Cristóbal Colón?



Investigadores de la Universidad de Colorado han encontrado objetos de origen asiático en Alaska

Un grupo de investigadores de la Universidad de Colorado ha identificado objetos de origen asiático, fechado de antes de la llegada de Cristóbal Colón a América. Así lo explica en la revista ´Live Science´ el arqueólogo Owen Mason. Las conclusiones de los arqueólogos se basan en un silbato y una hebilla con miles de años de antigüedad encontrados en el cabo Espenberg, en Alaska.
Según los expertos, dichos objetos tienen una antigüedad superior a los 1.400 años. Ambos objetos cuentan además con características que dejan claro su origen asiático. Uno de los principales indicadores sería que están hechos en bronce, un metal que no había sido descubierto en América en aquellas fechas.
Estos hallazgos se sumarían a otros desvelados recientemente, que ponen en entredicho que Cristóbal Colón descubrió el continente americano. De esta manera, antes de que la Pinta, la Niña y la Santa María llegaran a tierra americana, ya se habría producido otro desembarco previo.

La gran novela del genocidio armenio



Els quaranta dies del Musa Dagh, que Edicions de 1984 publica en una buena traducción al catalán de Ramon Monton (en castellano está descatalogada), está considerada como la gran novela del genocidio armenio. La publicó en 1933, justo el año en que Hitler llegó al poder, el judío austriaco Franz Werfel, que en 1938 se vio obligado a exiliarse a EEUU ante el avance del dictador alemán. La novela fue, en cierto modo, un avance de la barbarie que iba a azotar Europa, hecho que explica que fuera el libro más leído por los judíos del gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial.
Werfel, que en 1929 se había casado con Alma, viuda de Gustav Mahler, tuvo la idea de escribir Els quaranta dies del Musa Dagh después de un viaje que aquel mismo año realizó por Oriente Próximo. Allí vio a miles de refugiados armenios, entre ellos muchos niños y mutilados, y tuvo noticia de los horrores que había ocasionado la deportación de miles de armenios ordenada por el gobierno de los Jóvenes Turcos. Millón y medio de personas murieron en aquel holocausto del que se cumplen ahora cien años.
A la vuelta de su viaje, Werfel se documentó a fondo sobre el genocidio y decidió escribir una novela a partir de la resistencia que los habitantes de seis aldeas armenias organizan, en 1915, en la montaña de Musa Dagh (montaña de Moisés), a orillas del Mediterráneo, ante la persecución a que los someten las tropas turcas.
Estamos ante una novela coral que en algunas ocasiones muestra gran aliento literario y en otras tienes la sensación de que se alarga demasiado. Es muy probable que las casi mil páginas de la edición en catalán se habrían acortado de haberse publicado por primera vez ahora, pero la novela de Werfel es un fruto de otra época que ha logrado superar la prueba definitiva: continua siendo interesante más de 80 años después de su aparición.
De entre los muchos personajes que aparecen en la novela, el de Gabriel Bagradian se erige en principal. Se trata de un comerciante armenio de París, casado con una francesa, que sentirá la fuerza de la tierra cuando regresa con su mujer y su hijo al pueblo armenio de Yoghunoluk, situado en territorio de Turquía y en la cercanía de la frontera de Siria. Tras comprobar la injusticia de que son objeto sus compatriotas, participa activamente en la defensa que organizan en la montaña de Musa Dagh, donde se refugian mal armados con sus pertenencias y donde intentan llamar la atención de los barcos extranjeros que patrullan por la zona.
La novela parte de unos hechos históricos que Werfel noveliza a partir de una serie de personajes que incluyen a sacerdotes, médicos, periodistas y gente llana del pueblo. La esposa y el hijo de Gabriel Bragadian también juegan un papel destacado en una novela que incluye una historia de amor en medio de un mundo en guerra. El personaje del pastor protestante Johannes Lepsius, un misionero y orientalista real que defendió a los armenios frente a las atrocidades de los turcos, es otro personaje destacado en esta novela en la que la resistencia de los armenios de Musa Dagh es en todo momento el tema central.

Resistencia y diáspora

La resistencia en Musa Dagh se prolongó en realidad 53 días, hasta que un barco francés rescató a los refugiados armenios y los evacuó a Egipto. Werfel, sin embargo, prefirió reducirla a 40 días, ya que le parecía un número más bíblico. Recordemos, por ejemplo, los 40 días que Jesús se retira a meditar al desierto.
Cuentan que cuando en 1938 Hitler planeó invadir en Polonia y eliminar a los judíos, uno de sus generales objetó que el mundo no se lo perdonaría. La cínica respuesta del dictador fue: «¿Y quién se acuerda hoy del genocidio armenio?» Libros como el de Werfel sirven para que persista la memoria de un genocidio olvidado, de un genocidio que, cien años después de perpetrado, por increíble que parezca, sólo es reconocido en todo el mundo por veintidós países.