A pesar de mantener siempre una actitud muy
reservada en la industria de Hollywood su estilo marcó a toda una generación
desde su primer trabajo en la pantalla. Delgada, amplios labios y con una
mirada embriagadora, su imagen permaneció enseguida en el recuerdo creando
escuela entre otras actrices. Su romance y posterior matrimonio con el tipo más
duro de la pantalla, Humphrey Bogart, fue considerado como una de las historias
más románticas de una industria acostumbrada a los amores pasajeros. Un amor
trágico que le partió el corazón cuando el cáncer le quitó a su primer marido.
Le tomó casi 20 años salir de la sombra de Bogart, algo que hizo gracias a su
trabajo teatral primero con la comedia Cactus Flower y luego con musicales como Woman
of the Year y Applause,
por el que ganó dos premios Tony.